ᴠᴇɪɴᴛɪꜱɪᴇᴛᴇ

2.7K 311 126
                                    

No hacía más que dar vueltas y vueltas en mi cama desde que Levi salió por esa puerta.

No podía pensar en otra cosa, no podía sacármelo de la cabeza y eso me estaba sacando de quicio.

Me llevé las manos a la cabeza con frustración y me levanté sobre mi misma, quedando sentada en aquella cama con la sábana por encima de mis piernas.

Me miré en el espejo, todo mi pelo caía desordenado por mis hombros, las ojeras en mis ojos estaban más marcadas que nunca, al igual que el rojizo de estos, debido a que tenía un sueño increíble.

Me froté los ojos.

Esa mirada, esos labios, esa manera de hablar.

Va a terminar conmigo.

Me levanté de un salto de la cama y me dirigí al balcón para tomar un poco de aire, estaría bien despejar la mente y mirar las estrellas por un rato.

Abrí la puerta y para mi desgracia o no tan desgracia, Levi se encontraba ahí.

Ese sentimiento que tanto provocaba en mi, que me temblaran las piernas y se me acelerara el corazón, volvió.

Estaba sin camiseta. Podía apreciar su musculosa espalda la cual provocó un escalofrío en todo mi cuerpo.

Pensé en cómo sería clavar mis uñas en ella claramente de forma sexual.

Agité la cabeza para olvidarme de esos pensamientos.

Él estaba de espaldas, con esos musculosos y anchos brazos apoyados en el muro mirando a las estrellas.

Tragué duro.

Me abracé a mi misma al sentir un pequeño amago de frío colarse por mi camisón blanco y caminé hacia él.

—¿Tú tampoco puedes dormir?—Pregunté. Él se giró sin mutarse, me miró inexpresivo de arriba a abajo y después volvió a mirar al frente.

—No.

—Ya somos dos.—Reí. Él solo se quedó serio.

Un silencio inundó toda el lugar.

Decidí colocarme a su lado y hacer lo mismo que estaba haciendo él, mirar a las estrellas.

Sentí como su mirada aterrizó en mi perfil, rápidamente le miré.

Nuestros ojos se conectaron, y nos quedamos mirándonos el uno al otro durante casi un minuto entero.

Su mirada era diferente que otros días, hoy estaba angustiada, incluso podría decir que atormentada.

Pude ver ganas acumuladas en ellos.

—Alma.—Me llamó, acabando con el silencio.

—Lo nuestro es imposible.—Dijo, alto y claro. Yo me quedé totalmente congelada.

—¿Qué?—Solté. No entendía a que se estaba refiriendo.

—Tú solo eres un niña que buscas algo en mi que no vas a encontrar.—Continuó hablando, inmediatamente fruncí el ceño. ¿Una niña?

¿Se estaba refiriendo a lo que creo que se estaba refiriendo?

—¿A que viene esto ahora?—Volví a preguntar apretando los puños a ambos lados de mi cuerpo.

—Viene a que no quiero que se confundan las cosas.—Pinchazo en el corazón. ¿Confundir?

—¿De que estás hablando?—Continué haciendo preguntas, esperando el porqué de esta repentina discusión.

Hace unas horas estaba a punto de besarme y ahora esto.

—¿No estoy hablando lo suficientemente claro?—Me giré completamente hacia él y crucé mis brazos sobre mi pecho, comenzando a enfadarme.

—¿Se puede saber que te pasa?—Rechisté. Él solamente resopló, tan fuerte que toda mi piel se erizó.

Sentí como mis piernas comenzaron a temblar.

—Entre tú y yo nunca va a pasar nada, solo quería dejarlo claro.—Punzada en el corazón por segunda vez.

—¿No ha pasado ya?—Me quejé.

—Por eso mismo lo digo, no quiero que te pienses nada que no es.—Una sonora y burlona carcajada salió de mi garganta, a modo de defensa, aunque por dentro mis ganas de llorar eran increíbles.

—¿Estás insinuando que yo siento algo por ti?

—¿Acaso no es así?—Preguntó, irónicamente.

—¿Y tú?¿Tú no sientes nada por mi?—Él negó con la cabeza, mis labios se apretaron al momento.

El sudor comenzaba a resbalarse por mis manos. ¿Porque estoy tan nerviosa?

—Todo lo que he hecho por ti, lo he hecho porque eres mi subordinada.—No me lo creo, no me lo creo. Él era diferente conmigo, yo lo sé.

—Mentira. ¿Porque mientes?—Dije, la vergüenza invadió mi cuerpo tras decir eso.

—No miento.—Su expresión era de indiferencia total, ¿de verdad que está pasando esto en serio? Mordí mi labio inferior.

—¿Porque te niegas cualquier ápice de felicidad que entra en tu vida?—Dije, totalmente sincera, eso es lo que me parecía al menos. La voz me temblaba, y él notaba perfectamente lo mucho que esto me estaba afectando.

—¿Ápice de felicidad?¿Te crees importante para mi?—Dijo.

—Vale, vale. Lo he pillado. Me olvidaré de todo esto y de ti, si me miras a los ojos y me dejas claro que no sientes absolutamente nada hacia mi.—Sabía perfectamente cuál iba a ser su respuesta, eso es lo más triste de todo. Me acerqué a él hasta quedar a centímetros.
Nuestras respiraciones estaban entrecortadas.

El silencio inundó la sala mientras nosotros nos mirábamos directamente a los ojos.

—No siento absolutamente nada por ti, Alma.—Sentí como mi corazón se rompió, literalmente.

¿Porque sentía que sus ojos me decían totalmente lo contrario? Me sentía humillada. Mis mejillas se tiñeron levemente por el nerviosismo y me separé.

Yo realmente llegué a creer que entre nosotros había una conexión especial, como dijo Hange.

Ni si quiera sabía que es exactamente lo que yo sentía hacia él, pero algo había, aunque parece ser que solo lo había por mi parte.

Procedí a darme la vuelta y volver por donde había venido pero su mano agarró mi muñeca antes de dejarme huir.

No le quería ver la cara.

Hace unas horas estaba a punto de besarme, joder.

Le miré con odio retenido en mis pupilas, sintiendo el calor de su mano rodeando me muñeca.

Nuestras miradas se conectaron. Duele.

—Tengo la mala suerte de destruir todo lo bonito que aparece en mi vida.—Habló en un tono bajo. Hizo una pausa y se acercó hasta mi cara.—Y tú eres muy bonita, Alma.—Sentí las cuencas de mis ojos llenarse de lágrimas, pude ver con claridad el dolor en sus ojos.

Hange tenía razón, Levi está roto.

Silencio.

Sin decir ni una palabra más, salí a paso acelerado de la habitación zafándome de su agarre.

Escuché un fuerte golpe a mis espaldas, como si Levi hubiera golpeado algo, pero no me giré, debía mantener algo de dignidad. Tenía que irme de ahí con la cabeza bien alta.

ᴀʟᴍᴀ. [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora