ᴄᴜᴀʀᴇɴᴛᴀ ʏ ᴛʀᴇꜱ

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—¡Alma!¡Rápido!¡Alma!—Me sobresalté rápidamente sobre la cama, quedando literalmente de pie sobre el colchón.

—¿qué?¿qué?¿qué?—Rechisté angustiada mientras me frotaba los ojos con las manos adormilada.

—¿Te has quedado dormida? Teníamos una reunión con el capitán, ha llegado una carta del comandante, ¡tenemos que abandonar la casa, ya!—Dijo Jean chillando. Yo hundí las cejas y solté un profundo bufido.

—Venga, recoge todas tus cosas.—Continuó diciendo apurado, y al instante corrió hacia la puerta para desaparecer tras ella.

En el momento pensé en volverme a dormir pero no quería que la policía militar me volara la cabeza, por lo que decidí vestirme lo más rápido que pude.

Algo adormilada, pero velozmente, me dirigí hacia mi armario, en donde decidí ponerme lo mismo que me llevaba poniendo todos estos días, un aburrido pantalón negro, que se ceñía completamente a mis alargadas piernas, y una camiseta de tirantes blanca, perfecta para esos cansinos entrenamientos en el patio, que también se ceñía perfectamente a todo mi pecho.

Por otro lado, en mis pies me puse mis botas marrones.

Al terminar saqué toda la demás ropa para meterla en la mochila que llevaba una semana bajo mi cama, aunque tampoco era mucha.

Conseguí salir por la puerta, después de que se me cayera la mochila al suelo y tuviera que recogerlo todo de nuevo, y bajé las escaleras trotando.

Toda la casa ya estaba vacía, por un momento temblé al pensar que se habían ido sin mi, pero al abrir la puerta, los pude ver a todos esperándome frente al porche.

Incluso a mi gran amiga Nifa, hablando con Levi, el cual ni si quiera me miró al salir por la puerta.

—¿Estáis todos, no? En marcha.—Habló el capitán con esa voz masculina, tan serio como siempre y con esas cejas negras hundidas.

Comenzamos a alejarnos de aquella casa, no tardamos mucho en ponernos las capuchas para pasar desapercibidos.

Al alzar la mano a mi cuello me di cuenta de que me faltaba algo, el collar que me regaló Levi.

Maldecí todo y a todos.

—Esperad.—Grité, para que todos me escucharan, causando que se voltearan hacia mi.

—Me he dejado algo. Tengo que volver.—Sin pensármelo dos veces di la vuelta sobre mi misma dirección a la casa, pero claramente no podía irme sin más, alguien, que imagino quien fue, agarró mi brazo con decisión.

—No vas a ir a ninguna parte.—Soltó, frío.

—Per...—Me interrumpió.

—Dalo por perdido. Continuemos.—Habló, para después soltarme el brazo y caminar de vuelta a su lugar.

—Levi, escúchame.—Rechisté.

—He dicho que no.—Dijo sin si quiera girarse a mirarme.

—Dios, deja de ser tan cabezota y escúchame.—Volví a rechistar, enfadada, este hombre nunca me escucha, me pone de los nervios.

Levi se giró lentamente a mirarme, con superioridad.

—Es muy importante para mí. Por favor.—Dije bajando el tono de voz. Puse la más triste de mis caras, incluso un puchero en mis labios para tratar de convencerle.

ᴀʟᴍᴀ. [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora