—Capitán.—Nombró Reiner e inmediatamente quitó su mano de mi herida para voltear la cabeza hacia el hombre de la puerta.
Levi probablemente no haya visto nada, pues la ancha espalda de Reiner tapaba toda la escena.—Estaba saludando a Alma, ahora me voy. Me alegro mucho de que estés mejor, nos vemos.— Fingió realmente bien. Mi cara aún estaba petrificada.
Reiner se acercó y depositó un beso sobre mi frente.Odio no tener las fuerzas para meterle un puñetazo en la boca.
Aún sentía como la sangre recorría todo mi abdomen.
El rubio se dio la vuelta y después de agachar la cabeza en dirección al capitán, salió por la puerta desapareciendo de mi vista.
Noté como el capitán se acercó a pasos lentos hasta mi, pero mi mirada estaba totalmente borrosa por lo que solo pude ver una mancha negra acercarse.
Poco a poco mi vista mejoró. Alcé la mirada para encontrarme con un hombre serio, su cabello era negro, tanto como la noche, largo por ambos lados y rapado por la parte de abajo. Sus ojos eran alargados, de un mágico color azul grisáceo, y su nariz recta.
Este hombre era realmente atractivo.Su expresión era de una total indiferencia. Solo con tenerlo delante me intimidaba demasiado.
No iba vestido con la ropa oficial de la legión sino con un traje negro que le quedaba como si realmente los trajes se hubiesen creado solo y expresamente para él.
Desprendía elegancia y fuerza, y tenía un cierto destello de maldad en sus ojos.
—Estás blanca.—Le escuché decir, y rápidamente intenté volver dentro de mi.
Su voz era grave, hablaba un una tranquilidad que me ponía los pelos de punta.Busqué las palabras justas para decir pero no me salían por el nudo que aún tenía en la garganta.
Respiré hondo por unos segundos en los que cerré los ojos y le volví a mirar.—¿Quienes eran esos chicos?—Me preguntó girándose hacia la puerta, mirando a los dos desgraciados caminar a lo lejos del pasillo.
—Unos amigos.—Dije después de unos segundos de silencio. Mi voz sonó rota.
Ahora mismo, mi mente discutía consigo misma para saber que hacer o simplemente como actuar.
Estaba atemorizada.¿Debía decir algo?¿o no? Claramente no quiero morir y, si digo algo, ¿quien podrá protegerme del titán acorazado y del colosal?
Nadie.
—Amigos.—Repitió con cierto tono de ironía. Nuestras miradas se encontraron y rápidamente la aparté, en un debate conmigo misma.
—Tienes la herida abierta.—Habló mirando mi barriga.—Hange me dijo que estabas curada.—Continuó hablando y el dolor de mi estómago comenzó a calmarse aunque no mucho.
Yo solo tragué saliva.
—¿Te lo han hecho ellos?—Me preguntó, negué con la cabeza como respuesta.
—Ya veo.—Un silencio inundó por unos segundos la sala hasta que volvió a hablar.
—Te encontré tirada en el suelo, al lado de la muralla. ¿Como llegaste hasta ahí?—Nada mas me pregunto eso, todas mis neuronas combatieron para llegar a una respuesta creíble que me de tiempo suficiente para decidir si voy a contar la verdad o no.
—Me caí.—¿En serio, Alma?
—¿Y la cuchilla atravesada en tu barriga también se cayó ahí por arte de magia?—Preguntó irónicamente.
Me hundí en sus ojos con el ceño fruncido por unos segundos.—Sí.—No se me ocurría nada que inventarme. Él me miraba como si intentara aprenderse cada uno de los rasgos de mi cara de memoria.
—¿Vas a dejar de mentirme? Así no llegamos a ningún lado, y realmente tengo mejores cosas que hacer.—Rechistó, mientras cruzaba los brazos sobre su pecho.
Parecía un padre regañando a su hijo.—Lo siento.—Murmuré y agaché la mirada.
—¿De que tienes miedo?—Esas palabras resonaron en mi cabeza, una y otra vez.
Su intimidante mirada realmente hacía que me temblaran las piernas.
—Los fuertes se aprovechan de los débiles. No lo entenderías.—Pronuncié. Pareció interesarle lo que había dicho, un destello apareció en sus ojos.
—¿Y tú eres débil? Has sobrevivido a una cuchilla atravesada en tu estómago y a no sé cuánto tiempo fuera de la muralla sin que ninguno de esos caras mierdas te devorase. No me pareces débil.—Habló. Una sonrisa quiso aparecer en mi boca, era la primera vez que alguien no pensaba que era débil.
—Pero llegué a esa situación porque no pude defenderme.—Murmuré, las lágrimas volvieron a las cuencas de mis ojos al recordar todo lo sucedido.
—Entonces admites que alguien te hizo eso, vamos avanzando.
—Sí, pero si te digo algo, puedes deducir lo que me pasará.—Dije, era la verdad. Si le contaba a Levi qué me había pasado y porqué, probablemente todo se iría a la mierda.
La legión de reconocimiento atacaría a Reiner, él se convertiría en titán y todo sería un desastre, probablemente terminaría muerta.
—Yo puedo defenderte, ¿lo sabes, verdad?—Mi corazón se estremeció por un momento ante su propuesta y sentí un ápice de seguridad, pero no duro mucho.
—No puedes.—Me entristecí. Probablemente él pensaba que yo estaba hablando de un simple mundano pero no, desgraciadamente no.
Aún así, el hecho de que me ofreciera su protección, ablandó mi corazón.
—¿Porque no?¿Quien sería capaz de derrotarme?—Volvió a preguntar. Si él supiera.
Yo opté por quedarme en silencio.
—Te llamas Alma, ¿me equivoco?—Yo asentí con la cabeza.
—Llamaré a Hange para que te cure la herida.
—Oye.—Hablé antes de que se diera la vuelta.
—¿sabes cuando es la ceremonia de reclutamiento?—Pregunté, no sabía cuántos días había pasado inconsciente, y si Reiner y los demás ya tenían el uniforme, es que ya sucedió.
—¿Porque?¿Quieres unirte a la legión de reconocimiento?—Me preguntó y yo asentí con la cabeza.
—Vale, yo me encargaré. Eres del ciclo 104, ¿verdad? Que coincidencia, el mismo que el de Eren Jaeger.—Pronunció.
Eren vino a mi cabeza. Lo último que me acuerdo es que acababan de atacar Trost, Eren se convirtió en una especie de titán, algo muy raro que no llegué a entender. Estos últimos días todo era una locura. Se pasaron horas y horas eliminando a los titanes cuando llegó la legión de reconocimiento.
Días después nos encontrábamos sacando a los cadaveres de Trost y ahí fue cuando Reiner hizo lo que hizo.
—¿Él está bien?—Pronuncié preocupada, no me acordaba de que se lo habían llevado y que iban a hacer un juicio.
—Sí, está bien. Está en mis manos, no tienes nada de lo que preocuparte.—Yo dibujé una pequeña sonrisa en mis labios aunque no sabía muy bien si lo decía irónicamente o no, pues algo de sarcasmo sonó en su voz.
—Bueno, me tengo que ir. Al final tendrás que tomar la decisión que más te convenga. Yo no sé la respuesta correcta.—Comentó de espaldas, alejándose lentamente hasta la puerta.
Lo que me dijo provocó que mi mente volviera a procesar toda la información por enésima vez para saber que hacer. Estaba perdida.
Se giró, para decir algo antes de salir.
—Y no te subestimes, no eres débil.
![](https://img.wattpad.com/cover/258695097-288-k911826.jpg)
ESTÁS LEYENDO
ᴀʟᴍᴀ. [Levi Ackerman]
FanficCan I just stay here? Spend the rest of my days here? 'Cause you make me feel like I've been locked out of heaven Basada en Shingeki no Kyojin.