ꜱᴇᴛᴇɴᴛᴀ ʏ ᴏᴄʜᴏ

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—Cuanto tiempo.—Yo volteé mi cabeza en busca de la persona que me había hablado.

Mi corazón dejó de latir en mi pecho al ver a Historia, pero no era la chica enérgica y sonriente que recordaba, sus ojos estaban apagados y si agachaba la cabeza en dirección a su barriga, se podía ver que ella estaba embarazada.

Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo, parecía completamente otra persona.

Mis labios se entreabrieron queriendo decir algo, pero las palabras se me atascaron en la garganta y su expresión se torció.

Apreté la copa que tenía entre mis manos y tragué duro.

—Me alegro de que estés de vuelta.—Hablaba sin ganas, sin sentimiento, como si estuviera vacía, como si estuviera...

Rota.

Por un momento sentí que en vez de cuatro años habían pasado decenas de ellos.

Su cabello rubio estaba bastante largo y llevaba puesto un precioso vestido color esmeralda que se ceñía a su cuerpo.

—¿Qué te ha pasado?—Pregunté anonadada, sé que no había sido la mejor elección de palabras pero no conseguí formular ninguna otra frase.

Sus cejas se hundieron.

—¿Lo dices por el bebé?—Preguntó, con esa cara inexpresiva.

—Lo digo por...—Tomé aire y analicé su rostro detenidamente.—Por todo.—Ella desvió la mirada hacia la pista de baile por un momento, para después volver a mirarme.

—Han pasado muchas cosas desde aquel día.—Dijo en un tono bajo, apenada.

—Ya veo.—Seguía sin entender nada, parece que no soy la única que lo ha pasado mal durante este tiempo.

—Me han contado todo lo que pasó en Marley.—Yo contuve la respiración, analizando su perfil sigilosamente.

—No te culpo. Pasaste por un infierno.—Continuó hablando, sin mantener ningún tipo de contacto visual, con la mirada fija en las personas que bailaban alegremente en medio de la pista.

Su cabeza se volteó en mi dirección.

—Elegiste aferrarte al odio en vez de al amor.—Sentí como mis músculos se tensaron al escuchar lo que ella decía.

—Supongo que eso dolía menos.—Finalizó, adentrándose en mis ojos como si pudiera leer por completo lo que sentía.

Lo hice. Me aferré al odio en vez de al amor que sentía por ellos, porque era más fácil odiarlos que esperar todas las noches a que vinieran a recatarme.

Aunque creo que lo único que he conseguido es sufrir el doble.

—Ninguno de vosotros tenéis ni idea de lo que siento, así que dejar de fingir que sí.—No sé porqué salté a la defensa, pero lo hice.

Como si esa coraza saliera cada vez que alguien consigue adentrarse en mis sentimientos y me diera miedo.

—Tienes razón. Tú eres la única que lo sabe.—Dijo, bajando el tono de voz, para después de echarme una última mirada comenzar a separarse de mí.

—Historia.—Hablé al sentirme mal por las palabras que le dije, cuando ella solo intentaba entenderme.

—Me alegro por tu embarazo.—Ella se giró a mirarme, no conseguí ver ningún brillo en sus ojos, ni si quiera un intento de sonrisa.

—Gracias.—Soltó, para continuar su camino con firmeza.

Encontrarme con Historia había revuelto todo lo que había desayunado esta mañana en mi estómago, dándome unas ganas de vomitar increíbles.

Los sentimientos estaban a flor de piel y comenzaba a sentir como mis manos temblaban.

No pienses tanto Alma, no lo hagas.

No empieces a recordar, cálmate e ignora esa presión que sientes en el pecho.

Miré al frente decidida, encontrándome al capitán en la pista de baile.

Él estaba bailando, con una mujer, una mujer de la legión, una subordinada, recuerdo haberla visto el día que me sacaron de Marley.

Una mujer alta, de pelo rizado entre castaño y rojizo, ojos grandes verdosos y una hermosa y blanca sonrisa en los labios.

Mi corazón se estremeció al recordar las palabras de Eren.

"Aquí no te han echado mucho de menos, por lo que he visto el capitán se lo ha estado pasando muy bien con una subordinada suya."

Casi temblé al pensarlo.

Bailaban al son de la música, se miraban con profundidad. Los ojos de ella brillaban, me recordó a los míos antes de que me llevaran a Marley.

Él estaba serio, pero con su mano firme en su cintura.

Sus caras estaban cercas, y la sonrisa de la chica se ensanchaba con amor a medida que pasaba el tiempo al igual que mi rostro se iba poniendo cada vez más pálido.

Recordé cuando nosotros dos bailamos, aquel día en ese garito de mala muerte, cómo aquella electricidad recorría todo mi cuerpo cuando nos mirábamos de tan cerca.

Mi respiración se iba volviendo pesada, y por más que forcé a mi cuerpo para apartar la mirada, para dar media vuelta, estaba completamente congelada, como si yo misma me obligara a ver esa escena, a ver cómo se me partía el alma.

Él se inclinó, sujetando firmemente su cintura, echándola hacia atrás, mirándose ambos fijamente a los ojos.

Juro que escuché como mi corazón se partió en dos desde aquí.

¿Eren tenía razón?¿El capitán había estado con otra mujer en estos cuatro años que yo no estuve?

Mi cuerpo no se movió ni un centímetro, me quedé completamente paralizada, como si estuviera hipnotizada viéndolos bailar.

La copa se resbaló entre mis dedos, estallando en el suelo, provocando que todo el lugar se volteara en mi dirección.

Ese fue el momento en el que mi cuerpo reaccionó, ese fue el momento en el que pude volver a tomar aire, en el que pude moverme.

Agaché la mirada, sin entender como se me había caído la copa al suelo y al volverla a alzar, la mirada del capitán recaía sobre mi.

Sus cejas hundidas.

Yo retrocedí un paso aturdida, y cuando vi que un trabajador se acercaba a paso rápido a recoger lo que yo había ensuciado, me agaché acuclillada en el suelo.

—Lo siento mucho, de verdad, ha sido sin querer. Lo siento.—Repetí, mientras mis manos temblaban.

—No se preocupe señorita, tenga cuidado no se vaya a cortar.—Me respondió aquel chico con una hermosa sonrisa sincera en los labios, como si hubiera notado mi respiración pesada desde ahí.

Yo le hice caso y me volví a levantar, con aún toda la atención del lugar encima de mí.

Miré a ambos lados, a Levi ya separado de la mujer, mirándome con preocupación en los ojos, fruncí los labios y me di la vuelta, huyendo de ese lugar lo antes posible.

ᴀʟᴍᴀ. [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora