ᴠᴇɪɴᴛɪᴜɴᴏ

3K 314 49
                                    

—¿Y qué vamos a hacer? Nos tenemos que ir—Hange se llevó la mano a la cara con frustración. Me sentía una carga.

¿A donde tenían que ir?

—No lo sé.—Respondió Levi, yo solo los miré desde aquella camilla, con ojos de cachorro.

—Le has contado que...

—No.—Rápidamente le interrumpió Levi, ¿que era lo que no me quería decir?¿que me tenía que contar?

Les miré interrogante, pero las palabras seguían sin salir de mi garganta y tampoco quería intentarlo, tenía pinta de que iba a doler demasiado.

—Ya tiene suficiente con lo suyo, se lo diremos después.—Afirmó el capitán.

—¿La dejamos aquí?—Habló Hange, ahora mismo quería que la tierra me tragara.

¿Tenían que ir a una misión? Nadie dijo nada de una misión hoy.

—La llevaremos con nosotros. En el cuartel no se quedará nadie, no podemos dejarla aquí en su estado.—Hange asintió con la cabeza a lo que dijo el capitán y ambos se pusieron en marcha.

—¿Puedes caminar?—me preguntó el capitán. Tragué saliva. Dolor.

Me enderecé entre pequeños gemidos de dolor, ya sentada en la cama, bajé ambas piernas y las apoyé en el suelo. Respiré hondo para sacar las fuerzas de donde no las tenía. Levi miraba con atención cada uno de mis movimientos.

Sentí las piernas cargadas, dolor por todo el cuerpo.

Es lo que tiene cuando te golpeas contra el suelo intentando huir de alguien.

Al intentar ponerme de pie, mis piernas me fallaron pero Levi rápidamente me agarró el brazo con su grande mano, impidiendo que me cayera.

Respiré lentamente para mantener el equilibrio y lo miré.

Estaba serio, con el pelo desordenado, cayendo sobre ambos lados de su cara, oscuro, oscuro como la noche, pero con unos ojos brillantes. Sus rasgos masculinos me estremecieron.

Me miraban con tanta detención, con tanta curiosidad y cuidado, sentía el calor de sus ojos, como tensaba la mandíbula cuando nuestros ojos se encontraban, igual que hacía con todo su cuerpo.

No sé el qué pero algo causo en él.

Quitó la mano de mi brazo y se giró hacia Hange.

—Lleva todo lo que necesites.—Hange asintió y comenzó a meter botes, vendas, jeringuillas y muchas cosas más en una mochila, ¿para que era todas esas cosas?¿Para mi? Odio las agujas.

—Yo llevo eso, ayuda a Alma.—Dijo Levi agarrando la mochila de los brazos de Hange, sentí que se había desecho un poco de mi.

La castaña se acercó y rodeó mi cintura con su brazo, comenzamos a caminar rápido dentro de lo que cabía, con su ayuda, pues aún me costaba un poco mantenerme en pie.

El dolor de cuello, los mareos y la falta de equilibrio no me ayudaban mucho.

Todos los carros estaban preparándose, al igual que los soldados. Me encantaría saber que están pasando.

Localicé a Armin, Eren y Mikasa sentados en uno de los carros.

De pie, en frente de él, se encontraba Moblit con un señor que no he visto en mi vida, pero por lo que llevaba puesto parecía un cura.

—Amigo.—Habló Hange acercándose al cura extraño que parecía tener una cara de desagrado, y rodeó su hombro con su brazo.

—El pastor Nick nos va a acompañar en el día de hoy, a ver si viendo la realidad le da ganas de contarnos algo.—Dijo. Eren posó sus ojos sobre mi y su ceño se frunció el instante, rápidamente se acercó agarrando mi brazo con su mano y observando detenidamente mi cuello y cara.

ᴀʟᴍᴀ. [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora