ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ ᴄɪɴᴄᴏ

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—¿Porque tenemos nosotros que recoger la leña?—Preguntó Eren molesto, mientras hacía caer el hacha sobre el tronco partiéndolo en dos.

—Porque los demás han ido a comprar a la ciudad.—Dije, recogiendo ambos trozos de madera del suelo.

—Yo hubiera preferido ir a comprar.—Rechistó y yo reí.

—¿Porque no te callas y sigues cortando?—Dije entre risas, claramente de broma. Él me sonrió burlonamente y continuó haciendo su trabajo.

—Yo creo que deberíamos volver ya, está nevando y va a anochecer en nada.—Comenté, mirando al cielo para observar como los copos de nieve caían lentamente sobre nosotros.

Por no decir que me estaba congelando, no me acostumbro a este frío invernal.

—Sí, tienes razón. Corto el último y nos vamos.—Esperé a que terminara y con toda la leña en mis brazos comenzamos a andar de vuelta a casa.

—¿Te acuerdas del camino?—Reí.

—Claro, no te preocupes.—Ambos nos miramos con detención.

—¿Te imaginas que nos perdiéramos en medio del bosque?—Eren se quedó en silencio, lo que no me dio muy buena espina.

Igualmente seguimos caminando, yo le seguí, él había venido también ayer a cortar leña, se sabía el camino mejor que yo.

—No creo que estemos muy lejos.—Dijo, yo repasé mis labios cortados con la lengua.

—Déjame que te ayude a llevar las cosas.—Comentó y yo negué con la cabeza.

—Tú estás cansado de los entrenamientos, yo lo llevo.—El castaño suspiró profundamente y yo le miré de reojo.

—Hacéis todos lo mismo, me tratáis como si fuera inútil.—Añadió, yo me paré en medio del nevado bosque y él se giró para observarme.

—¿Inútil? Literalmente eres lo mas útil que tenemos la humanidad ahora mismo, tan útil que necesitamos todas tus fuerzas a nuestra disposición.—Aclaré, pero no parecía muy convencido por lo que acababa de decirle.

No quería que pensara cosas que no eran verdad.

—Llevar unos trozos de madera no me van a quitar fuerzas.—Puede que tuviera razón.

—Además, yo soy la mayor, yo mando.—Dije intentando relajar el ambiente mientras volví a caminar a su lado. Él rió, algo que agradecí.

—Mayor serás de edad, porque de altura...—Yo abrí los labios haciéndome la ofendida.

—¡Oye!—Ambos reímos a carcajadas.

—¿Que tal van los entrenamientos?¿has conseguido algo?—Pregunté para cambiar de tema.

—No, y empezando a desesperarme.

—Solo llevamos una semana aquí, todavía tienes mucho tiempo. No te presiones a ti mismo.—Le apoyé, colocando una mano sobre su hombro.

—Siento que tengo un peso y una responsabilidad encima muy grande, me preocupa no poder hacerlo.—No me quiero ni imaginar lo que tiene que ser tener esa presión encima.

—Ya verás como si. Lo seguirás intentando y lo conseguirás. Si Annie puede, tú también.—Hablé dedicándole una de mis mejores sonrisas.

—Sí, espero que así sea.—Después de unos minutos en silencio y pensar que nos habíamos perdido más de cinco veces, Eren se paró en seco en frente mi y se volteó hacia mi.

—¿Que pasa?

—Dame un momento, me estoy ubicando.—Me llevé la mano a la frente frustrada.

ᴀʟᴍᴀ. [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora