ᴄɪɴᴄᴏ

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Golpeé mis nudillos contra la puerta de la oficina de Levi. Lo había decidido, yo iba a salvar a la humanidad. Iba a decirles quiénes eran lo traidores que rompían las murallas para que los titanes nos mataran, lo iba a hacer, aunque eso suponga el fin de mi vida.

—Adelante.—Escuché su voz al otro lado de la puerta, me armé de valor y la abrí.
Pude ver al capitán sentado en su silla delante del escritorio mirándome con cara de indiferencia.

—Capitán, lo he decidido. He encontrado la respuesta.—Dije, con la voz firme y tragando saliva.

—¿Y que has decidido?

—Te lo voy a contar, sé que mi vida puede correr peligro pero creo que esto nos podría salvar a todos.—Respondí a su pregunta. Él repasó sus labios con su lengua y alzó ambas cejas. Su mirada conseguía que me pusiera más nerviosa de lo que estaba.

—Cuando quieras.—Yo me acerqué hasta la silla que se encontraba en frente del escritorio y me senté. No sé porque tenía la sensación de que él pensaba que no le iba a contar algo muy interesante.

—Antes de todo, he de decir que si no te lo he dicho antes es porque estaba asustada, ahora he podido pensar con claridad y sé que es lo mejor para todos.—Comenté él solo se mutó a asentir con la cabeza y a analizar absolutamente todas las expresiones de mi cara.

—Sé quienes son el titán acorazado y el titán colosal.—Solté y esperé una expresión de total sorpresa pero lo único que recibí fue un alzamiento de cejas.

—¿Te están afectando las medicinas de Hange, verdad?—Preguntó sarcásticamente y yo fruncí el ceño mientras entreabría los labios, no es para nada la reacción que me esperaba.

—Capitán. Los escuché hablar, se delataron ellos solos. Cuando se dieron cuenta de que sabía su secreto, no pude huir y me llevaron a lo alto de la muralla..—A medida que hablaba su expresión se iba poniendo cada vez más seria, ahora si que me estaba tomando en serio.

—Allí, me dijo que había escuchado demasiado y que no tenía otra opción. Yo intenté huir pero me alcanzó con el equipo de maniobras y después me tiró. Él otro día, después de recuperar la consciencia, me dijo que él fue quien me había salvado, que quería hacer un trato conmigo.—Continué contando mi historia, la tensión de la situación era cada vez más palpable. Levi se iba enderezando en su silla a medida que lo contaba.

—Me amenazó, me dijo que si les delataba me mataría, y que esta vez no fallaría.—Levi me interrumpió.

—¿De quienes estamos hablando, Alma?—Tragué saliva y respiré hondo, ya no hay vuelta atrás, Alma. Tienes que decirlo.

—Reiner Braun y Bertholdt Hoover.—Confesé.

Nada más decirlo, Levi se levantó de la silla casi de un salto y caminó hasta mi.

—Vamos a hablar con el comandante, ahora.—Su intensidad consiguió asustarme y provocar el tembleque de mis piernas.
Me agarró de la muñeca. El calor de su mano provocó un escalofrío por todo mi cuerpo.

Él tiró de mi muñeca a fuera de su oficina.

Agaché la mirada para ver como tiraba de mi, su mano rodeaba mi muñeca con delicadeza, comparada con la mía, era el doble de grande por lo que sentía que mi muñeca se iba a escapar entre sus grandes manos.

Una electricidad me recorrió todo el cuerpo.

Después de unos minutos de completo silencio, llegamos hasta el supuesto despacho.

El golpeó sus nudillos contra la puerta para después comentar que era urgente.

Volteé mi cabeza y miré hasta el final del pasillo.

Un nudo se creó en mi garganta al ver a Reiner al fondo, parado hacia mi, con el ceño fruncido y los puños apretados.

Mis ojos se abrieron como platos asustada.

Levi está tirando de mí dentro de la oficina de Erwin y Reiner lo está viendo. ¿La he cagado?

Mi corazón se estremeció cuando negó lentamente con la cabeza, entreabrí mis labios queriendo decir algo pero Levi me adentró en la habitación antes de que pudiera.

Mi estómago se revolvió y mi mente que hace unos minutos tenía tan clara ahora estaba borrosa.

—¿Que sucede, Levi?—Alcé la cabeza para ver a Erwin, el comandante.

Ya lo había visto alguna que otra vez, era un hombre, por sus cuarenta, su pelo era rubio peinado hacia los lados perfectamente, sus ojos tan azules como el cielo y una nariz robusta en medio de su cara.

Sus ojos se posaron en mi, pude ver algo de curiosidad en ello.

—Cuéntaselo, Alma.—Él nudo en mi garganta no me permitió hablar, mi corazón aún seguía encogido en un puño.

Después de unos segundos en silencio, el capitán se percató de que me sucedía algo y colocó ambas de sus manos en mis hombros para girarme hacia él. Yo alcé la cabeza para poder mirarlo a los ojos y él la agachó, debido a la diferencia de alturas.

—Eh, ¿que pasa?—Escuché salir de su boca.

—Me acaba de ver entrar. Reiner.—Murmuré, Levi frunció el ceño.

—Joder.—Rechistó.

—¿Alguien me explica que está ocurriendo aquí, por favor?—Interrumpió Erwin.

—Reiner Braun y Belthorldt Hoover, del ciclo de reclutas de Eren. Ellos son el titán colosal y el titán acorazado.—Habló Levi, los ojos de Erwin por un momento estuvieron a punto de salir de su órbita.

—¿De donde has sacado esa información?—Me dispuse a contarle toda la historia. Después de haberlo hecho, un silencio invadió todo el despacho.
Mis piernas aún temblaban por la anterior situación.

—¿Cual es tu nombre?

—Alma Noboa.—Dibujé una pequeña sonrisa en mi boca y él asintió con la cabeza.

—Tengo que pensar.—Comentó Erwin.

—Levi, dile a Mike que reúna a todos los mayores aquí urgentemente, tenemos que pensar que vamos a hacer y de qué manera utilizaremos esta información.—Habló Erwin, levantándose de la silla, dejándome ver su gran altura, notablemente más que nosotros dos.

—De acuerdo.

—Alma, lo mínimo que podemos hacer por ti es brindarte protección. Gracias a ti la humanidad ha dado un gran paso el día de hoy, estamos agradecidos por tu sacrificio.—Habló para después agachar la cabeza por unos segundos en forma de agradecimiento, y yo hice lo mismo.

—Lo que vas a hacer ahora, será volver con tus amigos y con Reiner, hablaras mal sobre Levi y dirás que te ha traído a hablar conmigo porque has incumplido una norma, estar en el despacho de un superior sin permiso. Le harás creer que no has venido para contar nada. Después de eso volverás y tras la reunión te informaremos de lo que tendrás que hacer.—Yo asentí rápidamente mientras tragaba saliva.

Acaba de empezar lo bueno.

ᴀʟᴍᴀ. [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora