ᴠᴇɪɴᴛɪᴛʀᴇꜱ

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**Las partes en cursiva son recuerdos**

Entreabrí mis ojos lentamente. Tenía el cuerpo dolorido, tanto que había algunas partes que ni sentía.
El sonido de las ruedas de un carro hizo que recuperara la conciencia. Todo estaba borroso, mi cabeza daba vueltas y lo único que podía concentrarme era en intentar mover las partes del cuerpo que no sentía.

—Buenos días bella durmiente.—Giré mi cabeza como pude hacia donde venía esa dulce voz. Supuse que era Hange, aunque lo único que alcanzaba a ver era una sombra tumbada al lado mía.

—¿Hange?—Hablé como pude. La voz salía de mi garganta costosamente y entrecortada.

Tenía ganas de vomitar.

—¿Donde estamos?—Susurré. Me estaba empezando agobiar, todo daba vueltas, estaba mareada, me dolía absolutamente cada parte del cuerpo.

Mi boca estaba pastosa, me costaba tragar.

—Camino a casa.—Escuché a mi lado.

Era de noche, ya que no había ninguna luz.

Caí en que ambas estábamos en un carro.

—¿Donde están los demás?¿Y Levi?—Continué preguntando bastante agobiada, me estaba empezando a costar respirar.

—Tranquila, todos estarán bien.—Me relajé un poco como pude, cerré los ojos y respiré profundamente. Así me sentía mejor.

Sentí la brisa golpear mi cara y despeinar mi flequillo.

—¿Que hay entre Levi y tú?—Nada más Hange preguntarme eso, mi mente viajó por todo lo vivido con él, cada conversación, cada mirada.

Agaché la mirada hasta sus labios que se entreabrieron para decirme algo, realmente me quedé hipnotizada con ellos. Eran carnosos y estaban teñidos de un color rojizo suave.

—Tranquilízate...—Hizo una breve pausa.

—Saldremos de esta.—Habló, con un tono de voz bajo y lento. Volví a alzar la mirada hasta sus ojos, que me miraban con esa expresión tan característica en ellos.

No conseguía sacarme su cara de la mente.

—Todo va a salir bien, estoy aquí, estoy contigo.—Sus palabras rondaron por mi cabeza haciéndome olvidar el dolor por unos segundos, callé mis llantos como pude.
Su voz resonaba una y otra vez en mis oídos.

—¿Alma?—Giré mira cabeza hacia Hange. Aclaré mi garganta.
Escuchaba cada sonido exageradamente alto, tanto que me costaba entender lo que Hange me preguntaba.

—¿Eh?—Fue lo único que pude llegar a decir. Estaba delirando.

—Vamos, ir sola a casa es peligroso.—Una sonrisa apareció en mis labios al escucharle decir eso.

—Desde que llegaste he visto una conexión especial entre vosotros.—Continuó hablando de fondo mientras yo observaba las estrellas que iluminaban el cielo, aunque las veía algo borrosas.

—Nunca había visto a Levi actuar así.—Tragué saliva ante sus palabras.

Nuestros ojos se conectaron. Literalmente me estaba desnudando con la mirada, me recorría el rostro, los labios, bajaba por mi pecho y cuando llegaba a mi abdomen volvía a subir.

—Él suele actuar grosero y frío con las personas, pero contigo es diferente.—Dijo. Yo solo me dediqué a escuchar en silencio.

ᴀʟᴍᴀ. [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora