ꜱᴇᴛᴇɴᴛᴀ ʏ ᴜɴᴏ

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—Todos tenemos países y culturas distintas. Pero frente a un enemigo tan poderoso, es momento de unirse.—Continué escuchando desde mi celda, el discurso de un supuesto hombre llamado Will Tybur, según Pieck, que estaba dando en una especie de festival para celebrar que Marley había ganado la guerra.

Rodeé mis piernas con mis brazos sobre el colchón y volví a concentrarme en entender lo que decía.

—Les pido a quienes no quieran morir que colaboren. ¡Vivamos para ver el futuro juntos!—Segundos después, gritos y aplausos emocionados de la gente retumbaron por toda mi celda.

—Si unimos fuerzas, podremos superar cualquier obstáculo.—Que coñazo de discurso.

—¡Para vencer a los demonios de la isla de Paradis!—Alcé la cabeza.

¿Demonios?¿Eso es lo que son?

—Yo, Willy Tibur, como emisario especial de Marley, aquí y ahora...—La piel se me erizo al escuchar el barullo de la gente.—¡declaro la guerra a las fuerzas de Isla Paradis!—Casi salté de la cama al escucharlo.

¿Marley acababa de declararle la guerra a Paradis?

Pero sin darme tiempo a pensar sobre lo que acaba de escuchar, toda mi celda tembló, y segundos después un grito de titán casi me revienta el tímpano.

Eren, ¿eres tú, verdad?

Yo alcé la mirada perpleja, viendo algunos escombros de piedra caer del techo, y recé porque esta celda no se viniera abajo.

La gente volvió a chillar, pero mi ceño se hundió al darme cuenta que no eran gritos de emoción ni aplausos, eran gritos de horror. Se escuchaban golpes como si estuvieran corriendo por todos lados, y como si un edifico entero se hubiera derrumbado.

Miré cada rincón de mi celda. Tragué duro, aferrándome a las sábanas del colchón con dureza.

Estaba petrificada, expectante de lo que iba a pasar.

Esto era lo que me decía la carta, minutos después de romperla aquel día, recogí los trocitos del suelo y la volví a reconstruir.

Eren se había escapado de Paradis, había actuado por su cuenta y ahora estaba en Marley preparado para atacarles.

Entonces si no me equivoco, este es el ataque de Eren, y eso quiere decir que el cuerpo de exploración también ha venido.

Pero, ¿como piensan salir vivos de aquí?

—¿Alma Noboa?—Tras un buen rato de ruidos raros y dar vueltas y vueltas a la cabeza, escuché la voz de un soldado marleyano justo en frente de mi celda.

Le miré, un soldado alto, que creo que jamás había visto por aquí, o por lo menos no me había dado ningún golpe. Tenía el cabello rubio, tapándole un poco los ojos, la vestimenta blanca del ejército y una pequeña barba decorando su cara.

—Sí.—Pude decir.

En cuanto respondí, sus manos salieron de los bolsillos para sacar una llave que supuse que era de mi celda.

—Ven conmigo.—Me levanté para obedecer lo que me decía, extrañada de que nada más salir no me haya puesto unas esposas.

Caminé tras ese hombre durante unos minutos hasta que subimos unas escaleras, miré curiosamente por una ventana.

Por poco me caigo de morro contra el suelo cuando vi al titán de Eren, a lo lejos, luchando con otra especie de titán.

Apreté los puños a los lados de mi cuerpo.

ᴀʟᴍᴀ. [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora