ꜱᴇᴛᴇɴᴛᴀ ʏ ᴛʀᴇꜱ

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No voy a negar que me merecía que me pusieran las esposas, pues acababa de apuñalar a uno de sus compañeros delante de todos.

Con una de sus manos en mi nuca para dirigirme y otra sobre las esposas, aquel soldado del cuerpo de exploración, al cual nunca había visto la cara, me alejó de Levi, quien se había quedado mirándome sin expresión alguna.

Rápidamente eché un vistazo a Jean, que estaba siendo vendado en el abdomen por lo que acababa de hacerle, vi como su rostro aún continuaba paralizado como si todavía no hubiera entendido porqué le hice eso.

—No te muevas de aquí.—Me ordenó, de manera ruda.

Yo le dediqué la mayor mueca de asco que jamás había puesto y él me respondió hundiendo las cejas y separándose unos metros de mí.

Estaba tan metida en nuestra conversación de antes que no pude darme cuenta como un dirigible blanco empezó a cruzar el cielo justo por encima nuestra.

¿Esta era su escapatoria?

Al parecer sí, pues después de una orden clara del capitán, todos subieron a bordo de aquel dirigible. A mí desgraciadamente me tuvo que subir aquel hombre castaño con cara de culo.

Una vez allí, me dejó en una esquina del lugar como a un perro abandonado y se fue.

Miré como se movía por encima de la ahora oscura ciudad, mientras los soldados subían uno tras otro.

Pensé en tirarme por la borda, pero ahora la idea de morir no me parecía tan buena.

El capitán pasó en frente mía dirigiéndose a otra habitación, pero no me dedicó ni una simple mirada.

Esa manera suya de andar, como si el mundo estuviese a sus pies, desprendiendo elegancia y arrogancia, con la cabeza bien alta.

Me quedé contemplando como los soldados de la legión celebraban su victoria. Supuestamente habían ganado su primera batalla.

¿Galliard y Pieck estarán bien? No los vi desde ayer, ¿Eren los habrá matado?

Hablando del Rey de Roma... como no Mikasa le había ayudado a subir al dirigible, había otro chico rubio en frente de ambos, todos se miraban con caras melancólicas que daban ganas de pegarse un tiro.

¿Armin?¿Ese chico rubio es Armin? Diría que es sin duda el más cambiado de todos.

Sin embargo, algo que había notado, era que estaban más apagados de lo que recordaba, no sé qué habrá pasado en mi ausencia pero no parece que cosas muy buenas.

El trío de Mikasa, Eren y Armin pasaron por en frente mía, el único que me dedicó una mirada fue el moreno. Yo tragué saliva mientras veía como se dirigían hacia el mismo sitio que fue el capitán hace unos minutos.

Me apoyé sobre la pared, estas esposas era demasiado incómodas.

Después de que pareciera que todo el mundo estaba a bordo, se pusieron a gritar y festejar la victoria.

Me pareció curioso como se llamaron a sí mismos Nuevo Imperio de Eldia.

Jean, Connie y Sasha me lanzaban miradas apenadas de vez en cuando, como si estuvieran debatiendo si acercarse a mí o no.

Yo hundí las cejas y les devolví las miradas con odio acumulado en mis ojos azules, que según yo ya no son tan azules como antes.

Volteé la cabeza al ver por el rabillo del ojo como alguien más subía al dirigible, dando una voltereta por el suelo, con una escopeta en las manos.

Era una de las candidatas a guerreros, una niña, acompañada por el rubio que me entregó la carta de Eren.

Todos los soldados se giraron expectantes.

En cuanto iba a abrir la boca el arma se disparó, mi corazón dio un vuelco del susto, no pensaba que dispararía.

Miré detenidamente como Sasha caía al suelo segundos después.

Sentí un dolor en el pecho, algo que hacía mucho que no sentía, ¿que era eso?

La niña, aún con furia en los ojos, recargó el arma una segunda vez. Jean sacó la pistola para intentar detenerla, adentrándose en una lucha de quien sería más rápido en disparar al otro.

Sin embargo, antes de que disparara, golpeé con mi bota el hombro de la chiquilla haciendo que cayera de bruces al suelo y la escopeta se alejara de ella unos metros.

Jean me miraba anonadado.

Él me dedicó una mirada de agradecimiento. Le había salvado. No sé ni si quiera porqué lo había hecho, pero lo conozco lo suficiente para saber que él no iba a disparar a la niña y esa bala terminaría atravesando su pecho como a Sasha.

Rápidamente todo se puso en movimiento, unos cuantos soldados fueron a por los niños y otros comenzaron a vendar el torso de Sasha con velocidad.

Jean se llevó las manos a la cabeza y Connie estaba pálido.

Me acordé de los momentos que viví con Sasha, sentí una angustia en el pecho. Mi respiración se volvió más pesada y mis manos temblaron, ¿lo estaba pasando mal por ella?

No, Alma, te tiene que dar igual, te tiene que dar igual.

Finalmente un soldado me llevó hasta una puerta, al otro lado, estaban Hange, Levi, Eren y el gilipollas de Zeke.

Cuando lo vi la sangre hirvió dentro de mis venas, y me dieron ganas de ir hasta él para ahorcarlo entre mi manos, como me hizo aquel día de la misión para que no pudiera moverme.

Me coloqué en frente de la mayor, supuse que el soldado me había llevado allí porque ella quería hablar conmigo.

Intenté ocultar mi sorpresa cuando la castaña me rodeó con fuerza entre sus brazos, sentí el calor de su cuerpo, hacía tanto tiempo que alguien no me daba un abrazo que casi me caigo de rodillas al suelo al perder la fuerza en mis piernas.

Tragué saliva cuando se separó y la miré inexpresiva.

Pude ver lágrimas acumuladas en las cuencas de sus ojos.

—¿Que te han hecho?—Murmuró analizando mi rostro con pena, supongo que le habrán contado todo lo que pasó fuera, que le habrán contado todo lo que yo dije.

No respondí, no iba a abrir la boca.

—¿Quieres que te diga lo le han hecho?—Todos miramos a Zeke cuando habló.

Apreté los puños y sentí mi corazón arder en rabia.

—Le han estado torturando durante cuatro años, metiéndole en la cabeza que los malos de la película sois vosotros, hasta que lo consiguieron. Ha apuñalado a un compañero suyo, es decir, la han convertido en un arma contra vosotros mismos.—Mi cuerpo tembló al escuchar al rubio, atado en el suelo del dirigible.

Solté el aire que guardaba en los pulmones y me desorienté por unos segundos.

Levi salió furioso de la sala, sin decir absolutamente nada.

Yo solo miré como su espalda se alejaba por el pasillo.

ᴀʟᴍᴀ. [Levi Ackerman]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora