—Alma, espera.—Escuché a Levi a mis espaldas. Ahora que nos habíamos alejado de la multitud, podía hablar sin que nadie me fuera a escuchar.
—No puedes hacer eso, Levi. No soy un juguete, no puedes venir un día y decirme que no hay nada entre nosotros y al día siguiente cogerme de la mano.—Rechisté, llevándome las manos a la cabeza con frustración.
—No sé qué es lo que pasa por tu cabeza ahora mismo, y sé de sobra que tampoco me lo vas a decir, así que por favor te pido que me dejes en paz.—Continué hablando, mi mente estaba cansada.
Levi se quedó callado observándome, mientras la brisa despeinaba su cabello negro.
Yo intenté relajar mi respiración, aunque era bastante difícil hacerlo con su mirada encima de mi, subiendo y bajando por todo mi cuerpo, repasando cada detalle de mi cara desde la distancia.
Tragué saliva y de un momento a otro el pelinegro se acercó a pasos acelerados a mi.
—¿Que haces?—Murmuré nerviosa.
Al llegar a mí, una de sus manos aterrizó en mi cintura y me pegó contra el carro que tenía a mis espaldas.
Esa mirada tan familiar volvió, otra vez yo era su presa y él el depredador. Mis piernas temblaron como nunca lo habían hecho.
La otra de sus manos aterrizó en mi cuello, acercando todavía más mi cara, quedando a menos de tres centímetros el uno del otro.
Escuchaba desde aquí como mi corazón latía con fuerza.
Sus ojos recorrían toda mi cara, de arriba a abajo, pasando por los labios, donde se detenían más que en otra parte.
Él mordió su labio inferior, sentí fuego en toda mi piel al verlo.
Nuestras respiraciones comenzaban a coordinarse.
Sus dedos acariciaron mi mejilla con delicadeza hasta llegar a mis labios, donde su dedo pulgar repasó todo mi labio inferior con lentitud.
Mis sentimientos se estaban revolviendo en mi estómago.
—Niégame que tú también te mueres por besarme.—Habló lentamente, con su mirada en mis labios, podía ver la lujuria en sus ojos. Estaba tan cerca de mi que nuestros alientos se mezclaban.
—Tú dijiste que lo nuestro era imposible.—Al decir eso, sus ojos subieron a los míos y se separó unos centímetros de mí, aunque aún estábamos cerca. Pareció algo sorprendido.
Sentí como toda la tensión se rompió en un momento.
—¿Tus sentimientos han cambiado?—Preguntó, yo tragué saliva.
Me había estado autoconvenciendo de que él no me gustaba, de que esto no podía ser.
¿Acaso está jugando conmigo? Hace una semana estaba negándome sentir cualquier cosa hacia mí y ahora esto. No entiendo a este hombre.
—No lo sé.—Dije casi en un susurro. Pude ver una mueca de tristeza apretando sus labios.
—Yo...—Me interrumpió.
—No hace falta que des explicaciones. Tienes razón.—Tragué saliva.
¿La estaba cagando?
Me estaba arrepintiendo. Debería haber dejado que me besara. ¿Porque soy tan imbecil?
—Te haré cambiar de opinión.—Dijo, su mirada bajó a mis labios al entreabrirlos con confusión.
Iba a preguntar que a qué se refería pero antes habló él.
—Voy a hacer que te enamores locamente de mi, Alma Noboa.—Mi corazón se estremeció, martilleó con tanta fuerza que sentí que se me salía del pecho.
Tragué fuerte.
Pestañeé rápidamente confusa.
Nos miramos, profundamente, sentí que sus ojos siguieron hablándome. Aún estábamos cerca, le repasé con la mirada.
¿Y si ya estaba locamente enamorada?
—¿Que te ha hecho cambiar de opinión?—Pregunté en un hilo de voz.
—Ver como te rompías en mis brazos.—Hizo una pausa. Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza.
—Ver que la chica que parece un ángel caído del cielo, también tiene demonios que la atormentan, y necesita que alguien la salve de ellos.—Me quedé sin respiración. Todo lo que decía, cada expresión, cada palabra, me acuchillaba el corazón, lo sentía latir.
—¿Te atrae la oscuridad, Levi?—Pareció sorprendido por mi pregunta, un esbozo de sonrisa apareció en sus labios.
—¿Y a ti?¿Te atrae la oscuridad, Alma?—Eso sonó tan jodidamente sexy que casi me desmayo.
Era tan poco común verlo sonreír que cuando lo hacía todos los músculos de mi cuerpo se tensaban.
Nos quedamos en silencio, mirándonos por unos segundos.
Ambos nos giramos al escuchar a la gente venir hacia nosotros, Levi se apartó de mí lentamente como si no hubiera ocurrido nada.
—Alma, ¿porque te has ido?—Preguntó Jean mientras se acercaba a mi y recorría con la mirada al capitán sospechosamente.
—Me encontraba mal. El capitán vino a ayudarme.—Me inventé, Jean se quedó en silencio, sabía perfectamente que era mentira, pero tampoco tenía intención de decírselo.
—Bueno, volvamos al cuartel, entonces.
—Sí, mejor.—Le sonreí de la mejor manera que pude y caminé tras él para dirigirnos a nuestro carro.
Miré a Levi por una última vez antes de irme y nada más alejarme respiré profundamente, algo que no era capaz de hacer cuando aquel pelinegro estaba cerca de mi.
—Ahora dime la verdad.—Habló Jean cuando subimos en el carro.
—Esa era la verdad.
—¿Te piensas que soy tonto?—Preguntó irónicamente, pensé que la mejor respuesta sería el silencio.
Segundos después Sasha y Connie subieron bastante desanimados al carro, Jean y yo nos quedamos en silencio por respeto a la familia de Connie.
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ᴀʟᴍᴀ. [Levi Ackerman]
FanfictionCan I just stay here? Spend the rest of my days here? 'Cause you make me feel like I've been locked out of heaven Basada en Shingeki no Kyojin.