39.

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— ¿Cómo te fue? —preguntó en cuanto el otro entró por la puerta, acercándose para dejar un beso en sus labios. Yoongi lo correspondió, tomando la cintura del menor para mantenerle cerca.

— Uh, no lo sé —susurró—. Lo intenté, dejé algunas solicitudes, dijeron que tal vez me llamarían luego, pero dudo que pase. Tal vez... mi nivel de estudios es demasiado bajo. Es difícil encontrar trabajo —cerró la puerta detrás suyo, tomando la mano del chico para caminar junto a él hacia la cocina.

— Hm, Yoongi... Tengo más estudios, traje mis papeles también, yo puedo- —se detuvo, el otro estaba negando con la cabeza.

— No, no. No quiero que trabajes.

— ¿Por qué no?

— Yo trabajo y tú te quedas en casa. Así son las cosas y ya.

— ¿Por qué? Dame una buena razón para aceptar eso.

— Agh —suspiró, algo molesto por tener que explicar aquello, ¿por qué no podía sólo obedecer y ya?— Tú tienes familia y tu familia debe estar buscándote.

— También tienes familia.

— Sabes a lo que me refiero —se sentó en una de las sillas del comedor, Jungkook se quedó de pie frente a él—. Mis padres ni siquiera deben saber que me fui, a mis amigos les dije que no me busquen. Yo era el adulto en esto, a tí te busca tu familia y te busca toda la gente que supo de lo pequeño que eres. Si alguien te encuentra, va a avisarle a tus padres y ellos vendrán por tí. Quien realmente tiene que mantenerse oculto eres tú —Jungkook se quedó callado, solo mirándole.

— No quiero estar oculto toda mi vida.

— ¿Quieres regresar?

— No dije eso.

— Entonces en cuanto tengamos más dinero, podemos irnos a otro país, a algún lugar en donde nadie sepa de lo que pasó. Podríamos empezar de nuevo, otra vida.

— Hm —extendió su mano para tomar la del mayor, Yoongi también le miraba—. Supongo eso sería lo mejor. El problema es que... nuestros seguidores ya no son suficientes, ¿cierto?

— Por ahora están bien, este mes aún hubo una buena cantidad, pero están bajando. Solo estoy buscando trabajo para prevenir, por si, un día, en serio comienzan a ser muy pocos —explicó.

Hacía un tiempo que se ponía tan nervioso cuando Jungkook preguntaba por el dinero del mes. Yoongi iba a retirar el dinero y revisaba la cantidad de personas que habían pagado la suscripción, pero, conforme los meses pasaban, más personas decidían cancelarla. Estaban perdiendo suscriptores y, bueno, esa cuenta era la que mantenía la renta de la casa, su comida y todo lo que necesitaban para vivir. Necesitaban a toda esa gente.

— No quiero, Yoongi —susurró cuando las manos del mayor sujetaron su cintura, acercándolo a él. Comprendía tan bien sus señales, conocía su mirada. Sabía lo que quería.

— Prepara un par de cámaras, bebé —pidió, ignorando lo que él otro había dicho anteriormente.

— No quiero —repitió—. No ahora. Lo hicimos antes de que te fueras, estoy cansado.

— Te dije que podías dormir un rato.

— Lo hice, pero igual... estoy cansado. Y... no hay lubricante. No compraste más, ¿cierto?

— Lo olvidé. Mañana lo compro, ¿sí? Será solo esta vez.

— Yoongi, no tienes idea de cómo duele sin lubricante. No. No quiero hacerlo ahora. Por favor, entiende —el mayor se quedó callado.

Claro que lo sabía.

— Bebé, tal vez necesitamos grabar más. Hay días en que no grabamos nada, tal vez por eso estamos perdiendo seguidores. Es nuestro trabajo. Hacer esto es nuestro trabajo. El dolor va a pasar, ¿sí? Es solo esta vez.

— Yoongi...

— Es nuestro trabajo —repitió—. Tenemos que hacerlo. Es nuestra obligación. Esa gente paga y nosotros cumplimos —siguió, mientras sus manos acariciaban la cintura del otro, bajando un poco, Jungkook las sujetó para intentar detenerlas.

— P-puedo masturbarte. Grabemos eso.

— No. Eso podría hacerlo solo, no nos siguen por eso.

— Pero-

— Ven —se levantó, tomando la mano del otro para ir hacia la encimera de la cocina, donde estaban el par de cámaras que había mencionado.

Tenían algunas por toda la casa, listos para encenderlas en cuanto fueran a hacerlo. Y ahora pensaba en que tal vez habían gastado demasiado en ello; antes tenían tantos seguidores, tanto dinero, que no pensaron en que podían comenzar a perderlo algún día.

Hizo al menor apoyar sus palmas en la mesa de la cocina y deslizó su pantalón y su ropa interior por sus piernas, dejándolos caer. Jungkook respiró profundamente, tratando de calmarse, de prepararse para lo que venía.

Era su obligación.

Al final, Yoongi tenía un poco de razón en ello.

Era su obligación seguir cumpliendo con los videos, era eso lo que lo alimentaba y le daba un techo, ¿cierto? Debía ser un poco más profesional y poder lidiar con adversidades. Es decir, debía poder soportar una sola vez aunque no hubiese lubricante. Sólo una vez.

El par de dedos de Yoongi en su interior, entrando solo con ayuda de un poco de saliva, no estaban tan mal. Jungkook seguía intentando relajarse y eso le estaba ayudando.

Cerró sus ojos, dejando que el placer le llenase, y recostó su pecho en la mesa cuando Yoongi tocó su punto dulce. Sus manos estaban apoyadas en ella, buscando algún punto donde pudiera sujetarse, y un leve gemido escapó de su boca. Yoongi sonrió.

— ¿Ahora sí quieres? —susurró, buscando seguir tocando aquel punto. Jungkook solo pudo asentir con la cabeza.

Siguió dilatándole por un rato, para luego llevar su otra mano a su propio pantalón y comenzar a bajarlo, haciendo lo mismo con su ropa interior después.

Llenó de saliva su mano, luego rodeó su propio miembro, tratando de lubricarlo al menos un poco de ese modo, antes de acercarse un poco más al otro.

Sacó el par de dedos de su interior y sujetó sus caderas, llevando el falo a su entrada, comenzando a penetrarle, teniendo que usar un poco de fuerza para lograrlo.

Algunos quejidos llenaron la cocina, las manos de Jungkook se aferraba al borde de la mesa y su cuerpo entero se tensaba. Yoongi acarició un poco su espalda baja para calmarle.

— No te muevas, bebé. Tranquilo —susurró y, una vez más, Jungkook solo asintió, usando todo su esfuerzo para poder mantenerse quieto mientras el otro terminaba de entrar, cerrando sus ojos con fuerza y tan solo esperando a que el dolor disminuyera, a que dejara de arder de aquel modo.

Yoongi esperó un poco, dejando que su entrada se acostumbrara a su miembro, antes de comenzar a moverse, tan suavemente.

En serio hacía lo posible por no lastimarlo. No quería lastimarlo.

— Yoongi —llevó una mano a su boca para poder morderla en cuanto terminara de hablar—. Rápido —pidió.

Y el mayor no se hizo esperar.

Le embistió con tanta fuerza, Jungkook mordía su propia mano, pero eso no evitaba que los quejidos fueran audibles. Simplemente dejó que lo hiciera, él mismo pidió que lo hiciera.

Porque estaban perdiendo seguidores, así que tal vez ver algo nuevo les hiciera quedarse.

Era su trabajo, a fin de cuentas.

Disasterology 윤국 YoonKook • Donde viven las historias. Descúbrelo ahora