09.

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— Te ví, demonios. ¡Te ví, Yoongi!

— Jungkook, sabes por qué lo hago. Yo... no-no lo hago por gusto.

— ¡Deja de mentirme! —gritó, empujándole con fuerza—. No puedes negar que te gustó, la estabas tocando, conozco tus malditas reacciones, tus expresiones cuando estás excitado y sé que ahí lo estabas. No me... —se detuvo por un segundo, sintiendo las lágrimas obstruir su visión—. No sigas lastimándome así —su voz estaba totalmente rota.

Le dolía tanto pensar en que anteriormente llegó a conocer de memoria todas y cada una de las expresiones de Yoongi, aprendió todo lo que le gustaba, lo que provocaba en él cada uno de sus toques y la sensibilidad de cada una de las zonas de su cuerpo. Sabía a la perfección qué hacer, sabía cómo complacerle.

Y no entendía el momento en que Yoongi había dejado de reaccionar ante él, la primera vez que terminó durmiendo sin haber podido hacerle tener siquiera una erección, lo tonto que se sentía al ya no ser suficiente.

No sabía si la edad tendría algo que ver.

Él era muy joven aún y apenas había comenzado su vida sexual, sus primeras experiencias con Taehyung y sus primeras veces con Yoongi, era un adolescente, estaba curioso por el sexo y nunca le era suficiente, quería hacerlo todos o casi todos los días (una vez vivían ya juntos), y no se aburría de ello, podía seguir excitándose aún cuando aquello se había vuelto ya una rutina.

Sin embargo, Yoongi sí parecía haberse cansado.

Quizá porque era mayor.

Al principio estaba ansioso también por probar a Jungkook, pero es que siempre hacían lo mismo. Todo se acabó tan pronto, memorizó por completo el recorrido de Jungkook por su cuerpo, memorizó la rutina cuando le hacía un oral, sus movimientos cuando le montaba y, al intentar ser él quien llevase el control, se excedía; terminaba siendo demasiado rápido o muy brusco, lastimaba a su chico y tenían que dejarlo por ello.

Ya no estaban en sintonía, ya no se entendían en ese aspecto.

Y, demonios, no habían tomado en cuenta lo importante que aquello se había vuelto en su relación.

— Jungkookie, no... no llores —trató de acercarse, pero el menor retrocedió—. Lo siento, lo siento, ¿sí? Sé que no se arregla con solo disculparme, pero no debiste ver eso.

— ¿Prefieres seguirlo ocultando?¿Por qué me dijiste que no te gustaba realmente? Estás disfrutando con ella, yo no tengo ningún lugar ahí.

— Bebé, soy un hombre. Mi cuerpo reacciona, no lo controlo.

— ¿Es todo lo que vas a decir? Si a tu cuerpo le gusta estar con ella, ¿por qué no te quedas ahí? Déjame ir de una vez, ya no puedo seguir soportando esto. Ya no quiero estar aquí, esperando volver a gustarte.

— A ella no la amo. Te amo a tí, demonios, entiéndelo. Tú eres mío, yo soy tuyo, nada ha cambiado.

— ¡Todo ha cambiado! —gritó, bajando las escaleras mientras limpiaba las lágrimas de su rostro. Estaba tan superado por todo—. Me tienes encadenado a tí, pero yo no te siento mío. No puedo sentir que me quieres.

— Te quiero.

— No lo parece —abrió la puerta de la entrada, Yoongi ni siquiera le había seguido—. Necesito salir —dijo únicamente, cerrándola detrás suyo y comenzando a caminar, sin estar completamente seguro hacia dónde iba.

...

KookooJn

En realidad, vivo un poco lejos de aquí

Disasterology 윤국 YoonKook • Donde viven las historias. Descúbrelo ahora