18.

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— Me recuerdas, ¿cierto? Hace tanto que no te veo.

— Ah, sí. Namjoon —sonrió algo nervioso, extendiendo su mano para saludar al chico frente a él.

— ¡Oh! ¿A mí me recuerdas? —preguntó ahora Hoseok, extendiéndole su mano también.

— Sí, a ambos los recuerdo —quiso saludarle, pero rió suavemente cuando el chico chocó su mano, en un saludo tan... ¿poco formal?— No olvidaría a los amigos de mi novio. Además, no los había visto hace años, pero los ví en nuestra casa antes de venir acá.

— Ah sí, qué tontos —rió, acercándose más al menor. Ese par era tan agradable.

— Ah... tenemos que ver el departamento —interrumpió Yoongi, sujetando la cintura del menor para acercarle a él y esperar a que sus amigos comprendieran esa señal. Jungkook pasó saliva.

— Claro, nos vemos luego —Namjoon respondió, llevando a Hoseok consigo para alejarse de ahí. Yoongi quería estar a solas con su novio y ellos lo respetarían.

Y es que tampoco tenían idea de todo lo que había pasado aquella vez, los recuerdos que seguían en la mente de Jungkook, el tormento de seguir sintiendo el dolor en su cuerpo y el desprecio en su alma.

Nadie sabía lo que había pasado, por eso no podía culparlos por dejarlo en manos de Yoongi. No sabía cómo hablar, no sabía cómo pedir ayuda para dejar de sentirse atraído hacia alguien que lo había lastimado y podría volver a hacerlo.

— Tiene ducha con tina, cocina, sala, ventanas amplias y una habitación matrimonial —sonrió, acercándose al menor para abrazarle por detrás, recargando su cabeza en su hombro y sintiéndole tan tenso—. ¿Te das cuenta? Tú y yo vivimos como esposos, tan solo falta tener nuestra preciosa ceremonia con tu familia ahí, tu hermano, mis amigos, tus amigos, quizá hasta podría invitar a Vernon —rió suavemente, acariciando su estómago con sus dedos.

— Ya te había dicho que no me gusta que hables de Vernon.

— ¿Por qué? —rió.

— Lo sabes.

— Lo olvidé. Repítelo.

— Cuando estuvimos allá, me echaste en cara todo lo que hacías con él. Me estabas comparando con tu ex, dime que olvidaste esa humillación —trató de escaparse de sus brazos, pero el otro le presionó con fuerza.

— Bebé... —susurró. No estaba dispuesto a soltarle—. Sí lo recuerdo, quería saber si tú lo hacías. Yo... no volveré a decir esas cosas de él, ¿sí?¿Puedes perdonarme? Igual me agrada y tal vez lo invitaría a nuestra boda, pero puedes estar seguro de que no me gusta ya. Enserio.

— Y tú deberías entender que ya no confío tanto en tí. No puedo hacerlo.

— Sí lo entiendo, y fue mi culpa —susurró en la última parte—. Olvida eso, ¿bien? No vuelvo a mencionarlo si así lo quieres, pero con una condición.

— ¿Cuál?

— Probemos la tina juntos, ¿sí? Quiero que te duches conmigo.

— Dios, no. Ya te había dicho que nada de sexo en un tiempo, Yoongi. Aún no...

— Dije que te duches conmigo, no vamos a tener sexo —rió, algo apenado—. ¿Enserio crees que solo me importa el sexo? Ha pasado mucho tiempo y estoy tratando de respetar tu decisión hasta que me permitas volver a acercarme. Te he demostrado que quiero cambiar, ¿puedes cumplirme esa petición? Es lo único que te pido.

— No me siento cómodo con eso, ¿bien? No te quiero tan...

— ¿Tan qué?

— Tan cerca —ambos permanecieron en silencio por un segundo—. ¿Puedes alejarte? —pidió, pues no dejaba de abrazarle y aquello le ponía nervioso.

Disasterology 윤국 YoonKook • Donde viven las historias. Descúbrelo ahora