07.

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— ¿Vas a bajar a comer, hijo? —abrió ligeramente la puerta y preguntó, luego de haber tocado y no recibir respuesta.

— No —susurró apenas.

— Entonces supongo voy a traerte aquí —sonrió, con todo el dolor en su alma reflejado en sus ojos—. Voy a traer tu bandeja, a dejarla para que comas cuando te dé hambre y a regresar a por ella más tarde, aún llena, porque no vas a comer, ¿cierto?

— Lo siento.

— Hijo... —se acercó a la cama, sentándose a su lado—. Necesitas ayuda. No puedes seguir así, acabas de volver del hospital y vas a regresar si sigues negándote a comer.

— ¿Necesito ayuda?¿Lo dices tú, que lloras mientras cocinas, mientras comes, mientras esperas a que papá vuelva del bar, ebrio, cuando te duchas, desde que despiertas hasta que vuelves a dormir?

— Seokjin, me levanto. Me levanto para intentar sobrellevar esto, necesito que lo hagas también, no te rindas aún.

— Jungkook no va a volver, mamá.

— Pero está bien, está con su novio. Estoy segura de que un día va a venir a visitarnos y vamos a reírnos de esta incertidumbre, él va a contarnos lo felices que han sido y posiblemente se casen, nos invitará a su boda, estaremos con él cuando...

— ¿Cuando finalmente quiera saber de nosotros?

— Él... está en sus asuntos, supongo. Va a regresar cuando arregle sus pensamientos. Quería tiempo a solas con su novio y... eso está bien.

— Sabes que no está bien. Jungkook nunca fue rebelde, ni siquiera sus amigos saben de él, es más que eso. Se fue con un novio que acababa de conocer, ese tipo pudo haberle hecho algo y tú piensas en él como tu queridísimo yerno. Es un hombre ocho años mayor, mamá, sé realista.

— Trato de confiar en él, te juro que lo intento.

— Deberías odiarlo, por Dios. Jungkook tenía 16, ¿qué clase de hombre de 24 años se mete con un chico de 16, viene a su casa diario para tener sexo y luego se hace pasar por su novio de 18 cuando a mí, específicamente, Jungkook me dijo que no eran pareja? Él no es alguien en quien se pueda confiar, entiéndelo.

— Es lo único que me hace querer salir adelante. Estoy tratando de creer que está bien y que aún va a regresar, tan solo sigo viviendo porque lo estoy esperando. Seokjin, no me importa si te parece estúpido, necesito una maldita razón para vivir.

— Estás ignorando la puta realidad. Él podría estar en problemas y tú has dejado de buscarlo, te engañas con la idea de que él vendrá a tí.

— Ponte en mi lugar. Yo... no sabes cuánto me duele, no puedo con esto —las lágrimas comenzaron a brotar por sus ojos y Seokjin sintió la culpa llenar su ser ante ello. No quería lastimarla—. Lo he buscado hasta debajo de las piedras, estoy cansada y lo único que tengo ahora es creer en que él está bien. Y, ah... necesito que comas, ¿sí? —limpió bruscamente sus lágrimas, enfocando su mirada suplicante a su hijo—. Ya perdí un hijo y no quiero perderte también. Necesito que estés bien, por favor, Jinnie —y huyó de ahí sin más.

Seokjin volvió a recostarse tras cerrarse la puerta, miró hacia el techo cerrando luego sus ojos y sintió el nudo en su garganta volver a apretarse, con tanta fuerza. La presión en su pecho nunca desaparecía, estaba tan mal con todo aquello y parecía que las cosas tan solo empeoraban con el pasar del tiempo, conforme la esperanza se desvanecía.

Había dejado su carrera pocos días después de la desaparición de Jungkook; era algo para lo que se había esforzado demasiado, pensaba volver al próximo año luego de que su hermanito estuviese a su lado, pero nunca lo hizo.

Disasterology 윤국 YoonKook • Donde viven las historias. Descúbrelo ahora