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— Cuando éramos más pequeños, a él le gustaba nadar —contó Hoseok, recostado en el asiento. Namjoon estaba conduciendo, Hoseok iba en el lado del copiloto y Jungkook, Tae y Jimin, atrás. Habían ido a casa de Jimin para pedirle el auto a su mamá—. Hay un lago a las afueras de nuestra ciudad. Está bastante lejos y algo oculto, es lindo, pero no mucha gente suele ir porque... es algo peligroso. Está muy profundo y, uh, hay algo de corriente por el viento, decían que antes hubo muchos accidentes ahí, así que ya tenía mala fama. Pero es precioso —se asomó por el espacio entre su asiento y el de Namjoon, mirando a los chicos atrás, Jimin y Taehyung se habían quedado dormidos ya, eran altas horas de la madrugada y la noche había sido agotadora, pero Jungkook seguía despierto, solo recargado en el hombro de Taehyung, escuchando las palabras de Hoseok—. Mi mamá no me dejaba ir, pero cuando empecé a juntarme con Yoongi... él me llevó ahí. Estaba lejos, caminábamos por mucho tiempo para llegar, pero a él le encantaba. Al principio solo íbamos a ver, después yo le enseñé a nadar. Y, desde ello, parecía que nunca quería dejar de hacerlo. A veces nadabamos juntos y, cuando yo me cansaba, me sentaba en la orilla a observarlo. Él podía nadar por tanto tiempo, parecía que nunca se cansaba, estaba feliz ahí, así que yo le acompañaba siempre que lo pedía —Namjoon le miró por apenas un segundo, antes de regresar su vista al camino, estaba sonriendo, pero no lucía precisamente feliz; era de esas sonrisas cargadas de una melancolía tan pesada que podía percibirse por todos a su alrededor—. Alguna vez, cuando mi padrastro nos siguió a petición de mi madre y nos vio ahí, se enojó mucho. Parecía que iba a golpearme y, uh, Yoongi me defendió. Dijo que él me había llevado y que era idea suya, y este señor... —se detuvo por un momento—. Tomó su cabello y restregó su rostro contra la tierra. Fue algo tan brusco, y tan humillante, supongo. Esa imagen nunca dejó mi mente, Yoonie estaba... estaba llorando tanto. Y los días después de ese... estaba algo distante. Igual salía conmigo, no me gustaba estar solo y a él tampoco, pero no hablaba mucho, apenas me miraba —contó, un par de sollozos preocupando a los dos chicos que le escuchaban—. Fuimos ahí de nuevo un tiempo después, me dijo que nunca dejara que ese señor, mi padrastro, se me acerque. Luego solo caminó hasta la orilla y entró en el agua. Yoongi siempre nadaba, nadaba todo el tiempo, y ese día no nadó —bajó un poco más su voz, que ahora se escuchaba tan temblorosa. No había hablado de ello jamás, ni con Yoongi ni con nadie—. Fue la primera vez que lo intentó, yo lo saqué. Lo saqué, nos quedamos en la orilla y él lloró en mi pecho toda la noche. Supe que había algunas cosas que podían desencadenarle ese... ¿estado? Pero, en realidad, la mayoría del tiempo estaba mal. Eran raros los días que le veía sonreír o que hablaba un poco más de lo usual y no había nada que yo pudiera hacer para ayudar, pero lo adoraba, no podía abandonarlo. Aunque él no pareciera apreciarme tanto como yo a él, no quería dejarlo. Yoonie es mi amigo —estaba cubriendo su rostro con ambas manos, queriendo hundirse en su asiento, no quería que le vieran llorar. Namjoon estaba preocupado, pero no podía descuidar el camino ni podía detener el auto, tenían que llegar lo antes posible.

Aún estaba oscuro afuera, pero tal vez no faltaba mucho para el amanecer. Habían salido en cuanto pudieron, por más pequeña que fuera la esperanza de llegar a tiempo para hacer algo. Ni siquiera sabían si el lugar que Hoseok indicó sería el correcto, pero no tenían más pistas a dónde dirigirse.

— Pensé que ya estaba bien. Desde que estaba contigo... se veía más feliz. Pensé que habías logrado hacer algo con él, que tú encontraste la forma de ayudarle, yo nunca pude hacerlo —siguió, Jungkook le escuchaba en silencio—. Él te adoraba, no creí que fuera capaz de lastimarte. Perdón por dejar que lo hiciera, debí advertirte al menos, debí decirte que me llamaras si él...

— No hay nada qué hacer sobre eso ahora —susurró Jungkook—. Lo importante, en este momento, es encontrarlo.

— Siento que pude haber hecho algo por tí. Yo sabía lo que él era, pero también... quizá tenía miedo de enfrentarlo. Él no escucha. No escucha a nadie.

— No te preocupes —repitió—. Ya pasó, ¿bien? Ya pasó.

[ × ]

— ¿Nos trajiste aquí porque fue... donde lo hizo la primera vez? —preguntó Taehyung. Todos estaban despiertos ya, el lago se visualizaba desde donde estaban, acercándose. La luz del día ya iluminaba el lugar.

— Aquí lo hizo varias veces. Y, alguna de esas, luego de que lo saqué, estaba intentando hacerlo despertar y, cuando abrió sus ojos, solo se rió —contó, atento a su entorno. Era enorme aquel lugar y había tantos puntos por dónde llegar, así que estaba tratando de buscarlo con su mirada—. Me dijo que no importaba cuántas veces lo salvara, él estaba decidido a morir aquí. Eso dijo y, aunque a veces lo hizo en otros lugares, por eso pensé que tal vez podría estar aquí. Espero que esté aquí —siguió. Todos en el auto estaban tan ansiosos. No habían dormido nada o casi nada, estaban tan cansados. Pero todos estaban preocupados, no podrían descansar hasta saber dónde estaba.

La respiración de Hoseok se detuvo cuando notó una silueta entre los árboles, algo moviéndose. Golpeó el hombro de Namjoon para llamar su atención, señalando el lugar donde lo vio, sin poder formar las palabras, siquiera.

— Oh, creo que ahí está —dijo Namjoon, captando la atención de Jungkook y de sus amigos en ese punto.

— ¿E-es él? —susurró Jungkook, nadie respondió. Aún estaban demasiado lejos para saberlo.

Se acercaron en el auto tanto como pudieron, pero, una vez el camino entre el lago y los árboles que le rodeaban se volvió estrecho, Namjoon apagó el motor, y todos entendieron de inmediato que debían bajar y seguir acercándose a pie.

Caminaron hacia aquella silueta a paso rápido, casi corriendo, tan solo intentando saber si esa era la persona que buscaban.

Aún estaban algo lejos cuando Hoseok suspiró, las lágrimas llenando su rostro y el nudo todavía en su garganta, estaba tan superado.

— Yoo-, ¡Yoongi! —gritó, queriendo acabar con la duda de una vez por todas.

Estaban tan ansiosos por saber si lo habían encontrado y, por otro lado, Yoongi sintió su corazón detenerse por un segundo cuando escuchó aquella voz.

Creyó que estaba alucinando, lo pensó por un momento, su cuerpo estaba en pésimas condiciones, así que era una posibilidad, tal vez solo estaba imaginando a esas personas que se acercaban hacia él. Y, aunque fuera lo más seguro, no quiso arriesgarse.

Tomó su mochila, que estaba recargada en el tronco del árbol donde se había recostado a dormir, y sacó los frascos que tenía en ella con velocidad. No planeaba irse hasta que la comida se terminara, pero no podía dejar que le detuvieran. Si aquellas personas eran reales y la voz que escuchó era de quien pensaba, entonces tenía que adelantar un poco sus planes.

Su mano, ya tan temblorosa y débil, guió el frasco a sus labios. Y su cabeza se inclinó un poco para dejar entrar todo el puñado de pastillas.

Sacó otro frasco más y, sin pensarlo, lo vació en su boca también, tragando con dificultad, tosiendo un poco por la molestia en su garganta. Luego, simplemente, miró una vez más a aquellas personas, que ahora corrían hacia él, y, de nuevo, estaba preguntándose si había algo que hubiera podido hacer para que las cosas fueran diferentes.

Se preguntaba si, en caso de haberla, podría ser feliz en otra vida.

Se preguntaba si debió haber hecho esto antes de lastimar a tanta gente.

Apenas pudo arrastrarse con sus brazos mientras todas esas dudas daban vueltas en su cabeza e incluso cuando llegó al agua, seguían ahí.

En otra vida, ¿tendría la oportunidad de reencontrarse con Jungkook?






[ × ]


Nota: Aaaah, ya voy a salir de vacaciones. Este mes sin falta debería quedar terminada esta historia, que, como ven, no le falta mucho :(

Gracias por sus comentarios, me hacen feliz.<3

Disasterology 윤국 YoonKook • Donde viven las historias. Descúbrelo ahora