11.

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— Shhhh, no hagas ruido —susurró, empujándole dentro del baño y cerrando la puerta con cuidado para descubrir su boca luego—. Tienes que escucharme.

— Solo vine a orinar, quiero dormir.

— Jungkook, por favor.

— Ah — suspiró, cansado—. Tengo sueño. Apúrate.

— Bueno... ya no sé cómo disculparme. Sé que me equivoqué, lo admito. Hace mucho que he estado pensando en cómo sería hacerlo con una chica y yo-yo no supe cómo controlarme.

— Lo sé y no quiero impedir que estés bien con ella, no quiero estorbarte.

— No, no. El punto es que me dejé llevar por eso, por querer probar a una, tú sabes que fuiste el primero y el único para mí, nunca lo había intentando con una mujer, fue solo curiosidad.

— Voy a irme mañana, Yoongi. Voy a regresar a mi maldita ciudad, a ver a mis padres y a recuperar todo lo que dejé allá. Tú... tú puedes quedarte aquí, estarás bien.

— No, no lo estaré —sentía su voz comenzar a temblar y sus ojos arder ante el deseo de llorar, pues antes no hubiese considerado realmente la posibilidad de que Jungkook le abandonase—. No quiero nada con ella ni con nadie, tú eres lo que quiero, eres mi todo. No puedes irte y... dejarme aquí luego de todo lo que pasó.

— Yoongi...

— Pídeme lo que quieras y te lo daré. Haría todo por tí, tan solo quiero que puedas darme otra oportunidad, no volveré a equivocarme.

— Ella debe estar muy enamorada de tí, ¿sabes? Créeme que no me necesitas.

— Jungkookie, te necesito como no tienes una idea. No veo un futuro sin tí.

— Nunca volverás a ser como antes, se acabó. No hay más. Demonios, no hagas esto más difícil, estoy cansado de tí.

— No puedes dejarme —se acercó, acariciando el cuello del menor para luego juntar sus frentes, mirándole a tan poca distancia.

Jungkook no fue capaz de apartarle; estaba molesto con él, tan dolido por todo lo que había pasado con aquella chica pero es que, a pesar de todo, seguía tan enamorado.

— Jungkookie, quería ese trabajo para tí y las cosas se me salieron de las manos, mi prioridad siempre fuiste tú, pero ella se atravesó en el camino y no podía sacarla, me desvié, fue un error. Quiero remediarlo, ¿bien? Déjame remediarlo.

— No hay arreglo —trataba de mantenerse firme, de no caer ante la preciosa mirada de quien había sido su primer gran amor, el primer hombre con quien había visto un futuro.

—Jungkookie, eres mi bebé. Lo eres desde que te conocí, ¿cierto? Desde que nos vimos por primera vez, desde que me dejaste besarte fuiste mío, no podemos separarnos.

— Dios, Yoongi. Detente —sabía perfectamente a dónde se dirigía todo aquello y le apenaba tanto.

Daddy se equivocó. Lo siento. Voy a pensar mucho más antes de hacer cualquier cosa, no volveré a dañarte, bebé.

Yoongi, esto es ridículo, para.

— Si no entras en el papel, claro que lo es. Vamos, relájate.

— Hace años de eso. Olvídalo.

— Recuerdo tan bien tus palabras y tu bonito rostro sonrojándose cuando lo pediste. Soy mucho mayor que tú y eso siempre te gustó, ¿cierto? Te prometí jugar a ello contigo cuando estuvieras listo para hacerlo, podemos intentarlo.

— No es complicado, es solo sexo con roles marcados, fin.

— Jungkook, va más allá del sexo. Si vamos a hacerlo, lo haremos bien. Voy a darte todo lo que quieras.

— No voy a perdonarte lo de ella solo porque quieres cumplirme una estúpida fantasía.

— Déjame intentarlo, intentemos comenzar de nuevo y... y si no estás convencido de mi amor por tí, entonces me iré. Voy a dejarte en paz.

— Igual no... no hay nada qué hacer. La decisión está tomada.

— Me iré contigo, te seguiría hasta el fin del mundo si fuese necesario.

— Deja de hablar así.

— ¿Cómo? Dime que no te encanta que te hable bonito. Lo adoras.

— Lo haces para tu maldita conveniencia. No me quieres de ese modo.

— Te amo más de lo que crees. ¿Por qué te cuesta tanto confiar?

— Porque eres un hijo de puta, tal vez.

— Esa boquita, pequeño.

— No soy un niño.

— En eso estoy de acuerdo; no eres un niño, eres un bebé, mi bebé bonito.

— Detente, por favor —sentía su respiración chocando con la suya y una de sus manos soltar su cuello para bajar hacia su cintura. Era tan débil ante él.

— Todos saben que soy bisexual, pero, ¿sabes? Muchos me han cuestionado sobre mi gusto por ambos géneros cuando mis fantasías, relatos, vídeos y en todo lo que tenga que ver con lo sexual, siempre me relaciono con hombres —su voz chocaba contra los labios del menor y este tan solo le miraba con atención, esperando que continuase—. Las relaciones homosexuales son más interesantes por una razón: En lo hetero, el hombre siempre la mete a la mujer pero... entre dos hombres, suele existir la versatilidad, es lo más normal.

— No me gusta ser el de... arriba, te lo he dicho.

— Lo sé, lo sé muy bien. A eso voy; lo interesante es que, cuando un hombre es completamente pasivo, es en un nivel muy, muy... ¿grande? ¿Me entiendes?

— Habla claro.

— Siempre supe que debías tener un fetiche por mí, por mi edad.

— Y por qué mierda has esperado tanto para decidirte a esto.

— Porque me amabas.

— ¿Qué?

— Un amor ciego no va a llevarnos a nada. Si realmente quieres ser mío, necesito que me conozcas con todo y mis defectos, que aprendas a que no puedes entregarte a mí como si nada, a llenarte de algo de independencia y, así, haremos de esto algo más bueno, más sincero.

— ¿Tu infidelidad fue planeada?

— No, mi amor. Fue parte de mí, quise probar a una chica, no tengo por qué mentirte. Ahora, si te dijera que quiero besarte, ¿qué harías?

— Ni siquiera entiendo nada de lo que dices. Un maldito imbécil como tú no lo merece, ya no puedes tenerme comiendo de tu man- —calló, sintiendo los labios del chico contra los suyos, la suavidad de sus movimientos apoderándose de su ser, sus manos acariciando su cuerpo con tanto cuidado, acercándole más a él.

Fueron solo unos pocos segundos, un pequeño instante de debilidad en el que Jungkook no pudo reaccionar, no fue capaz de intentar alejarle.

— Bebé, nunca dejarás de ser mío, aunque lo desees  —susurró, soltándole para salir de ahí.

Porque el odio y el amor eran uno mismo, cada uno era necesario para que el otro pudiese existir; un enamoramiento llevaba al odio, el odio llevaba al amor, un bucle obsesivo.

Algo tan natural y tan común en el mundo, el amor-odio está en toda relación.

Y, para Yoongi, saber usarlo a su favor es una habilidad bastante útil.












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Nota: Se supone que ya puedo descansar, son vacaciones, pero estoy muy triste :(

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Disasterology 윤국 YoonKook • Donde viven las historias. Descúbrelo ahora