Capitulo 3.- Gabrielle "Ellie" Delacour

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Capítulo 3

Gabrielle "Ellie" Delacour





Cuando Fleur le pidió de favor si podía apoyar a su hergmanita Gabrielle para conseguir un puesto en el Ministerio, Harry no pudo evitar tener aquella imagen de la niña que acompañó a Ginny el día de la boda de Freur y Bill. Nunca imaginó que se encontraría con toda una mujer, bastante madura y hermosa. Aunque Ellie era muy parecida a su hermana, lucía de una personalidad única y muy distinta a la de Fleur, quien se caracterizaba por ser un poco petulante, franca y con poco tacto, Gabrielle se había convertido en todo lo contrario.


La llegada de Gabrielle al Ministerio fue toda una noticia, por sus pasillos la gentechismosa asomaban sus cabezas por fuera de las oficinas solo para verla pasar. No solo había crecido, sino que se había convertido en una mujer con una fuerte personalidad y con un porte que ni la misma Fleur había heredado. Al parecer Gabrielle se había llevado casi toda la herencia veela porque empezó a romper corazones desde la primera semana de llegada.

A pesar de su baja estatura, su cuerpo estaba bien moldeado y proporcionado, caminaba todos esos días con faldas debajo de la rodilla, de corte Chanel, muy ajustadas a su pierna, haciendo juego de un saco que se terminaba por quitar entrado a la oficina de Harry. El cabello impecable, probablemente se ponía la famosa crema de peinar Bruja Bella, o tal vez era de nacimiento, pero no se despeinaba ni un sólo cabello rubio de su cabellera. Su rostro pequeño, de ojos azules intensos y mirada intensa, una nariz respingada pequeña, y una boca en forma de corazón. Siempre olía a fresas, probablemente algún perfume con base de maderas y chocolate, que dejaba impregnado el lugar donde había estado delatando su presencia. Las chicas del Ministerio solían cuchichear a sus espaldas, mientras que los chicos reconocían no solo de su belleza, sino de su porte y elegancia con la que llegaba cada mañana.


La sinergia laboral con Harry fue inmediata, él no tuvo que explicarle mucho lo que tenía que hacer y tampoco le explicó la confidencialidad con la que tenía que trabajar. Pasó la prueba de fuego varias veces cuando los reporteros de Corazón de Bruja trataron de infiltrarse a su oficina. Ni hablar con el concepto de romper las reglas, tema donde Harry era un experto; el silencio y la aceptación de Gabrielle estaban más que presentes.


Harry no supo cuándo, tal vez un pestañeo, un acomodo de cabello o una muy notoria declaración "me gustas" de parte de ella, hizo que terminara involucrándose en una relación bastante extraña y cómoda para los dos. Ellie, como cariñosamente le llamaba, le había dado las llaves de una de las habitaciones más grande del The Majestic, donde lo esperó por poco tiempo. Lo dejó cautivado, no solo por la iniciativa de ella, (tal y como le gustaban las mujeres) sino por lo poco que sabía de ella. Lo que parecía haber empezado como una aventura, se volvió una obsesión los primeros dos años del romance, una incógnita que al principio él no lograba entender. En la oficina se portaba fría, analítica y no había manera de hacerla ceder sus encantos, pero al menos cada ocho días, al terminar la jornada, ella le dejaba una llave en el bolsillo del saco; no hubo día que él no faltara. A pesar del romance que estaban teniendo, Ellie era demasiado prudente con el tema familiar o relacionado con las misiones donde Harry se ausentaba por semanas.


Enigmática era la palabra con la que Harry la describía. Las primeras noches juntos, a Harry le costaba descifrarla, saber que le gustaba o si había disfrutado al igual que él, pero ella era hasta en eso era silenciosa y cuidadosa, limitaba sus emociones a la hora de expresarlas, dejándolo con la duda latente.

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