Nueva Oportunidad

Capitulo 34 "Las 10 reglas de Ginny"

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Capítulo 34
"Las 10 reglas de Ginny"

Había pasado alrededor de una hora del suceso. Harry podía sentir el olor de Ginny aferrado en la nariz como un perfume como un fiel recordatorio de lo que había vivido escasos momentos. Se había quedado el rostro de la pelirroja tan clavado en su mente, que podía seguir viéndola, como se remojaba sus labios, mientras le sostenía la mirada. Podía recordar cada uno de sus gestos previos a alcanzar el orgasmo. La luz de la mañana le había dado una claridad tan singular, que aun podía verla levantar de la cama y salir de la habitación sin decir nada.

La pudo tocar de nuevo.

Acariciar sus labios empapados mientras se miraban de frente, sumergidos en ellos mismos, Casi pudo besarla, mientras se robaban el aliento mutuamente, mientras salían gemidos de ambas partes, provocados después de estarse tocando tan compulsivamente, hasta que cada uno pudo venirse.

Harry no sabía qué demonios había pasado. Volver al departamento fue toda una tortura.

Pensaba si Ginny había gastado su día pensando en aquel suceso como él también lo había hecho, y por un momento, sintió una culpa enorme, temía que Ginny se sintiera comprometida con él y que buscara alguna manera de recompensarlo por lo que había hecho por ella.

Tal vez ya era momento de hablar, de explicarle todo a Ginny. Pero por otra parte, ella se lo había dicho,  "También yo me toco, pero no me gusta hacerlo sola" y el imaginarla  tocándose,  le hizo retomar el deseo de volver a repetirlo. Tal vez, ella ya no querría, tal vez después de eso, ella ya no estaría en casa. La simple idea de que eso pasara, le había volado la cabeza.

Llegó a las  4:30 de la tarde a su departamento, aun había sol.

En el fondo había música puesta, probablemente una canción de jazz, que Ginny tarareaba algún verso  "pretty baby" refiriéndose a un chico. Era una canción bastante antigua que ya antes se la había escuchado cantar, cuando estaba de buen humor. Gastón, estaba al final de la sala, echado, bastante cansado de su caminata vespertina.

⎯ ¡Hola Harry! Te esperaba más tarde  — le recibió con una sonrisa. Traía puesto unos pantaloncillos cortos y una camiseta azul ceñida al cuerpo. Estaba cocinando — tenía ganas de pasta, espero que no te moleste  si  te hago esperar
⎯ No, para nada — se acercó sigilosamente, como si esperara de ella una maldición. Ella se percató de eso, le miró sonriendo como si nada  pasara  —  ¿Cómo cocinarás la pasta?

Ginny se detuvo frente a él. Dejó su cucharon a un lado, como si adivinara lo que estaba pasando.

⎯ Al pesto  —  dijo alzando la barbilla — no tolero últimamente la salsa de tomate.

Harry bajó la vista. Sabía que no podría aguantar más sosteniendo las palabras en su boca.

⎯ ¿Podemos hablar?  — se sinceró Harry —

Ginny giró mirándolo directo a los ojos. Tomó el control del estéreo y le bajó a la música casi al mínimo. Se sentó en la mesa. Ella aun sostenía una leve sonrisa de confianza en su  boca. Suspiró levemente. Harry no la pudo ver más hermosa en ese momento.