Capitulo 10. "La tormenta tocando la puerta"

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Capítulo 10
"La tormenta tocando la puerta"

Las cosas parecían normalizarse en el Ministerio. El furor por Harry parecía estar pasando, aun así, la cancelación de la segunda edición del libro "Mortífago" había llegado a los oídos de Harry, quien no se había inmutado a festejarlo junto con Ron en algún bar en día entre semana.

Las cosas volvían a su vida tan cotidiana que Ellie no lo había vuelto a invitar a su departamento, en cambio, habían regresado a la vieja habitación de hotel del The Majestic, donde la lencería y condones habían vuelto deprimiéndolo más de lo que había creído.

La realidad, era que él había quedado extasiado con la visita que había realizado días atrás al departamento de Gabrielle. Le había fascinado lo real y natural que habían fluido las cosas. Una Gabrielle que él no conocía, vestida con un pijama color azul, el cabello recogido en una coleta y la cara lavada, que lo habían hecho descubrir que debajo de todo aquel maquillaje, ella tenía varias pecas que adornaban el entorno de su nariz. Tal vez, todo aquello lo había puesto tan romántico que al notarlo Gabrielle, había decidido retroceder a lo que Harry consideraba "la vieja confiable" la habitación en el The Majestic.

Harry había llegado al extremo de auto invitarse a un evento de ella, justo en una mañana que había descubierto una invitación de una boda sobre el escritorio de Gabrielle.

⎯ ¿quieres que te acompañe? —preguntó Harry con las manos en los bolsillos y luchando por parecer casual—.

Gabrielle levantó su mirada bastante sorprendida, no parecía creérsela.

⎯ Es en las afueras de París — soltó ella bastante impresionada—
⎯ Bueno, podemos ir y venir en ese fin de semana...

Harry le sonrió, ella desconcertada vio la invitación sobre su escritorio meditando la situación.

⎯ Tengo planeado tomarme toda una semana, pero no podemos tomar vacaciones al mismo tiempo. ¿Quién se quedaría cubriendo la oficina?
⎯ Es lo de menos —sonrió Harry — no tengo nada que hacer justo ese fin de semana de la boda. Puedo ir y venir ese fin de semana.

Ella le miró con una expresión en la cara entre sorpresa y emoción, luego pareció luchar para que no se le notara.

⎯ ¿Podemos hablarlo después? —preguntó ella sin dar una respuesta en concreto. Harry acertó con la cabeza con cierta esperanza de que las cosas avanzaran—.

Todo aquello lo había mantenido un poco sumergido en Ellie y había dejado de enfocarse en Ginny, quien había desaparecido del mapa por varias semanas, desconectándose por completo de todo aquello que rodeaba a la pelirroja, hasta del frasco que seguía en el cajón de la cómoda de su recamara con el recuerdo de Hermione.

⎯ Eso fue fantástico. ¡Tiene que enseñarme ese hechizo! ¿Cómo lo pronunció? — Dennis Creevey iba casi corriendo tras de Harry extasiado después de detuvieran a un carterista cerca de Tralfagar Square —.
⎯ Se supone que ese hechizo te lo debieron de haber enseñado en la academia — se giró Harry harto por responderle por quinceava vez a Dennis —
⎯ No es el mismo, estoy seguro, este tenía más fuerza, más potencia. Hasta alcance a ver destellos azules...
⎯ Oye Dennis, ¿puedes tranquilizarte un poco? — sugirió Harry —.
⎯ ¿acaso me veo demasiado ansioso? Mi esposa me dijo que tratara de tranquilizarme un poco en tu presencia, que te espantaría
⎯ Tu esposa tiene razón, lo estas logrando — admitió Harry —.
⎯ Bien, ¿crees que podamos ir a algún sitio calmado? debo realizar una llamada.

Harry se detuvo justo en una esquina donde había varios turistas tomando fotos. Dennis pareció meterse en una cabina telefónica y meter un par de monedas al aparato. Miró al joven a través de las ventanas deseando más que nunca que la jornada laborar terminara. Era verdad que el chico era bueno, hacia su mejor intento, pero se estaba hartando que cada movimiento que él hiciera, Dennis se lo festejara. Lo había hecho detenerse en un par de ocasiones para tener oportunidad de que él anotara una libretita las recomendaciones que Harry le daba.

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