Capitulo 23 "El secreto mejor guardado de Harry"

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Nota: este capítulo debería de llamarse "El secreto mejor guardado de Issa" porque me estuve resistiendo a soltarlo .

Capitulo 23
"El secreto mejor guardado de Harry"

Anímicamente las cosas estaban mal para Harry.

El trabajo no parecía ser lo mismo desde que Gabrielle había solicitado su cambio para el área jurídica y él había  firmado la solicitud.

Draco Malfoy había extendido por tiempo indefinido su incapacidad y no se había parado para nada en el Ministerio, tal vez, si Harry no tuviera ahora el doble de trabajo, por falta de Gabrielle, saldría a buscarlo  para enfrentarlo.

Lo único que realmente lo emocionaba, era llegar a casa por las tardes. El y Ginny, con una cena caliente y una charla que le arrancaría carcajadas, las mismas que se extenderían hasta medianoche, cuando Ginny caía rendida por el cansancio.

Cada mañana, la dinámica era la misma. El ruido de la llave de la ducha del baño de su habitación, lo despertaba. Al principio no había sido fácil pero a los pocos días Harry ya se había acostumbrado a que Ginny entrara después de haber regresado de salir a correr.

La puerta se abría para recibirlo con el aroma típico floral de Ginny que invadía su habitación con promesa de quedarse impregnado toda la mañana.

Seguido de todo aquello, Harry salía cada mañana para toparse con Ginny sentada en el comedor con un enorme plato de avena, con mezcla de diferentes semillas y frutas que parecía deleitarse por cada cucharada.

— Es lo único que no me causa nauseas  —respondió ella una mañana cuando Harry la cuestionó por  ser el quinto día de desayunar lo mismo —

No era difícil darse cuenta que él no era el único que estaba pasando por una pequeña depresión. Ginny también.

Y es que él no solo se había olvidado de que Ginny había perdido todas sus cosas en aquel incendio, sino que también su vida social. Extrañaba el quidditch,  su trabajo y los entrenamientos. La había descubierto acariciando una vieja revista donde salía la nueva Nimbus 2012.

— Tengo tantas ganas de volar, que si no fuera porque sé que me detendrás,  me escaparía en este momento para irme a Devon volando — susurró bajito Ginny una noche —

Harry le tiró una dura mirada y ella, no volvió a decir nada más.

Las cosas  no parecían mejorar tampoco para la vida social de Ginny. En una tarde que la había visto muy entusiasmada arreglándose para reunirse con el resto del equipo de las Arpías, Harry la vio regresar a casa a las once de la noche y dejarse caer en el sillón junto con él.

— Creí que tendrías una noche de chicas —   expresó Harry mientras le pegaba un trago a su cerveza —

Ginny observó el televisor. Había una terrible película sobre un muñeco que quería matar a un  niño.  La pelirroja tomó un puño de palomitas y antes de echárselas a la boca, se giró para hablar con Harry.

— Todas fuman, todas toman. No soporté el olor a tabaco y terminé vomitando sobre las botas nuevas de Gwen. — Ginny se metió un puño de palomitas a la boca mientras Harry la observaba — no fue divertido para mi y mucho menos para ellas.

Y deprimida, dejó caer su cabeza sobre las piernas de Harry, hasta quedarse dormida.

Uno de esos días, que Harry iba regresando de trabajar, al entrar al vestíbulo de su departamento, lo detuvo un gruñido amenazante, que lo había alertado a no mover ni un solo dedo, cuando levantó su rostro, ahí estaba Gastón, mostrando su dentadura como señal de advertencia, no podía mover ni un solo dedo.

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