Capitulo 39 ¿niño o niña?

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CAPITULO 39
¿Niño o Niña?

Camden Market era un nido de rufianes que vendían artículos falsos o embrujados a los muggles, no era raro ver a Harry acompañado de  algún otro auror haciendo guardia a cualquier asunto extraño que  hubiese en la zona. Por supuesto que él y Thomson, el auror, que había atendido a Ginny en el caso del Callejón Diagon,  se encontraban en guardia frente a un puesto de tacos  averiguando si la carne que usaban era  porcina o de dragón. Iban por el tercer taco cuando Gastón le tiró una mirada de lástima a Harry,  que este no pudo acabárselo y terminó por dárselo para que Gastón, quien se lo tragó de una mordida.

⎯ Harry, ¿no notas algo sospechoso en las pizzas del fondo? —  preguntó Thomson levantando la poblada ceja. Harry no pudo evitar sonreír, aquellas eran sus favoritas.
⎯ Creo que Gastón está preguntándose lo mismo —  El pastor alemán hizo un ruidito incomprensible y miró con atención a su dueño, como si esperara otro taco al pastor.

En cuanto empezaban a andar a uno de los puestos del mercado, el móvil del Harry comenzó a  vibrar dentro de su saco. Pensó en Ginny pero ella no solía localizarlo. Cuando vio la pantalla, dejó de caminar para tomar la llamada.

⎯ Doctora Jones ¿todo está bien con Ginny? —  contestó preocupado —
⎯ Señor Potter — escuchó la risita de la doctora Jones, y respiró tranquilo —  le he marcado para recordarle que ha olvidado la cita que teníamos a las 2 de la tarde el día de hoy
⎯ ¿la cita del día de hoy?  Creí que la próxima cita sería hasta en junio, acordamos eso la última consulta.

La Doctora Jones soltó la risita aguada que tanto le fastidiaba a Harry.

⎯ Señor Potter, creí que a usted y a su esposa le urgían por saber el sexo del bebé, así lo expresó  esta mañana cuando recibí su llamada.

Harry miró a Thomson de frente, lo esperaba para seguir andando. Ginny probablemente le interesaba tanto saber el sexo del bebé para irse de su casa, que había concretado una cita de emergencia. La decepción le pegó de golpe.

⎯ ¿cree que pueda esperarme? — preguntó Harry desesperado —
⎯ Por su puesto que puedo esperarlo. Supongo que no le molestaría tampoco firmar algunos de mis artículos de colección que he traído conmigo.
⎯ Claro que no me molestaría — mintió Harry —  en agradecimiento por recordarme.
⎯ Lo que sea por usted y su esposa — Harry la imaginó con aquella sonrisa de un perezoso  —   únicamente debo decirle, que puedo esperarlo por diez minutos, no más Señor Potter.

Harry maldijo. Se le llenaron los ojos de lágrimas por impotencia. Thomson pareció notarlo.

⎯ ¿la pelirroja de nuevo? — preguntó el moreno. Harry acertó con la cabeza – ve anda, yo te cubro. Cuidaré a Gastón
⎯ Gracias, viejo — y Harry salió corriendo

Gastón trató de seguirlo, pero Thomson no se lo permitió. Dobló detrás de un callejón donde desapareció.

Harry logró aparecerse a poca distancia de San Mungo, donde se echó a andar hasta atravesar los pasillos y llegar a tiempo.

No tocó, abrió la puerta y asomó su cabeza.  La pelirroja giró la cabeza y para sorpresa de Harry, a ella se le iluminó el rostro, al contrario de lo que él había pensado, parecía que ella lo estaba esperando. Se encontraba sola sobre la camilla de exploración.

⎯ ¡Harry! — exclamó ella como en suspiro —
Pero Harry, tenía  una cara de pocos amigos. La expresión de ella cambió a una más preocupada.

— No  tenías  por qué dejarme fuera de todo esto, quedamos en algo — le reclamó Harry. A Ginny se le llenaron los ojos de lágrimas —
⎯ Por favor, Harry no empieces, estaba a punto de suspender la cita  — suplicó Ginny. Harry hizo caso omiso y se acercó a ella.  A Ginny le empezó a faltar el aire.
⎯ ¿tanto te urge irte de casa? — le preguntó mirándola a los ojos. Ginny no pudo evitar soltar una lágrima, entre todas las razones, por ser descubierta.
⎯ Harry, necesito saber a lo que me enfrento...
⎯ Te enfrentas a un bebe de 5 meses y  a tu esposo, encabronado porque  piensas excluirlo de esto,  por capricho personal — le restregó Harry
Ginny pensaba hablar pero la puerta se volvió a abrir por segunda ocasión. Era la Doctora Jones.
⎯ ¡Perfecto! ¡perfecto! Estamos todos completos — la doctora comenzó a reírse mientras miraba a Harry  — Señor Potter, me alegra que sea tan amable en quererse ofrecer en firmar mi colección, agradecería que para su próxima visita, ambos fueran un poco más puntuales.
⎯ Claro, por supuesto. Si es que mi esposa no se le olvida recordarme la cita — Harry tiró una mirada mordaz mientras que Ginny apretaba la boca para no responderle.
⎯ Pues bien, Señora Potter, ya conoce el procedimiento.  Le pondré gel y se dejará explorar el vientre. Veremos si en esta ocasión se dejará ver su vulvita o su penecito.

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