Capítulo 19.- "El Trato"

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Capítulo 19
"El trato"

Parecía que esa historia ya se había repetido. A pesar de que no había sol, por la ventana se podía apreciar el cielo gris de las 7 de la mañana y el aire estaba tan viciado de cenizas y olor a madera quemada que probablemente en semanas no desaparecería.

Ginny ya se encontraba en una de las 20 habitaciones de la casa grande de Madame Alice, dormida entre edredones rojos que a Harry le recordaban su vieja cama en la torre de Gryffindor.

Sentía la furia correr por sus venas al recordar aquella imagen de Draco soltando a Ginny tan cerca del fuego, para luego echarse a correr, se repetía una y otra vez en su cabeza, tal cual una película. Él no podría dejarla, él se quemaría por ella, pero soltarla y ponerla en riesgo ¡jamás!

Ahí estaba, vigilándole el sueño, con sus ropas apestosas por el humo y con sus manos aun con resto de cenizas. Se había empeñado a buscar objetos de Ginny una vez que el juego se había apagado, pero todo, se había convertido en cenizas.

— ¿Por qué siempre estás ahí cuando algo me pasa? —  dijo una Ginny con la voz ronca
— Te juro que no soy el culpable —  respondió Harry  alzando la cabeza y viendo a la pelirroja bastante mortificado —  soy un imán para los problemas.

Ginny empezó a toser con gran esmero. Harry se levantó y le pasó un vaso con agua que ella bebió en su totalidad.  Tenía el rostro deformado de la preocupación.  Se retiró las cobijas y se llevó la mano a su vientre para asegurar si él bebé aún seguía ahí.

— El bebé está bien —  le respondió Harry con mucho cariño —  he traído un medimago en la noche y te ha revisado  de pies a cabeza. No tienes nada de qué preocuparte —  concluyó  Harry  mientas se acercaba a ella —

Ginny dejó soltar un fuerte sollozo, se llevó las manos a su rostro para evitar que Harry la viera derramar lágrimas, pero una crisis de tos desvió cualquiera otra acción voluntaria. Ginny tenía el rostro enrojecido y con una gruesa capa de algún ungüento que le habían aplicado para sanar las quemaduras de piel que tenía en el rostro, brazos y piernas. Ella observó sus brazos cubiertos por vendajes y le preguntó  a Harry con una mirada.

— El medimago te aplicó una pomada especial para quemaduras. El día de mañana te las podrás quitar —  le respondió Harry con el rostro preocupado —  no tienes porqué preocuparte, el aseguró que sanarás rápido porque las quemaduras fueron leves.

Ginny suspiró. Cerró sus ojos con fuerza como tratando de entender todo lo que estaba ocurriendo.

— Ginny, debes descansar —  aquello parecía más como una súplica que como una referencia por parte de Harry —
— ¿y Gastón? —  preguntó Ginny tal cual si esperara una mala noticia. En su mirada se podía apreciar un temor latente— .
— Se encuentra descansando —  Harry se sentó a su costado —  Malfoy lo atacó. Fue justo cuando Gastón salió tras de él. Creemos que debió de haberle tirado un fuerte hechizo aturdidor para impedir que lo siguiera.
— Pero, estará bien ¿cierto, Harry? —  preguntó Ginny. Harry agitó la cabeza, no quería entrar en detalles para preocuparla —
— ¿mi casa? —  dejó escapar un suspiro con la pregunta. Ella empezó a toser de nuevo tan fuerte que tuvo que hacer una larga pausa —
— Ginny... —  Harry  la miró tal cual si fuera culpa de él todo aquello que le estaba ocurriendo —  Traté de recuperar algo, pero todo se quemó. Lo siento mucho, Ginny.

Ginny lo miró con un gesto de infinito dolor. Grande lágrima caía sobre sus mejillas, sin un llanto presente.

Ella tomó sus manos, observándolas como el hollín seguía aferrado en las palmas de Harry. Ahí estaban las cenizas de sus objetos, de sus recuerdos, impregnadas en la piel de Harry. Gruesas lágrimas se derramaban sobre el rostro de ella.

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