Capitulo 50 "Las palabras de mamá"

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Capitulo 50
"Las Palabras de mamá"

⎯ Voltea hacia arriba —  una luz le daba sobre las pupilas — muy bien
⎯ ¿Qué tanto ves? — le preguntó Ginny
⎯ Que tienes un defecto en el iris — le sonrió el Dr. Thomas — 
⎯ Hablo en serio ¿puedes decirme que es lo que ves?

Dean le tomó las manos, parecía acariciarlas.

⎯ Adivina — le sonrió él —
⎯ Mmm   creo que estás pensando en que no me hecho la manicura y que me traerás alguna chica que sepa arreglar uñas y...
⎯ No  — soltó una risita — reviso tu oxigenación
⎯ ¿en las manos?
⎯ En las uñas —  Dean el soltó las manos y empezó a leer el expediente —  bien. Al parecer en el turno pasado tuviste la visita de la Dra. Ruvilkever y tu monitoreo salió bastante bien.
⎯ ¿eso qué significa?
⎯ Que pronto volverás a casa — le volvió a sonreír Dean —

Una emoción invadió su pecho. No quería permanecer más tiempo en aquel lugar muggle. Estaba harta de los olores y de que la trataran como una especie de bebé gigante.
⎯ Me alegra — le dijo Ginny   tratando de enderezarse —  estoy deseosa de ir a un baño real y no esa bacinica fría que me pegan en el trasero.
⎯ Temo decirte que el reposo absoluto seguirá al menos dos semanas más.

Ginny se giró para verlo. Tenía un rostro de miedo.

⎯ Es por tema de seguridad — le respondió Dean  un poco preocupado — necesitamos que el bebé se amarre bien a ti.
⎯ El bebé... — un suspiro se escuchó en la habitación —
⎯ ¿sigues sin acostumbrarte?
⎯ En todo este tiempo creí que sería niña y ahora que sé que es niño, es demasiado raro.
⎯ Pronto encontrarás un nuevo nombre que ponerle, aunque Dean suena bastante bien...

Ginny se rio mirando con recelo a Dean.  Pero el recordar que era un niño y que podía perderlo, la aterró. Dean se dio cuenta del cambio de gesto sobre su cara, porque inmediatamente cambió el tono de voz con el que hablaba.

⎯ Oye, el bebé está sano — le toco el hombro cariñosamente — eso solo protocolo de seguridad. Mira todo esto como "preventivo". Necesitamos asegurar que tu y el bebé estarán bien.
⎯ Pero me siento bien — exclamó Ginny —  no me gusta estar en este lugar.

Dean dejó el expediente al pie de la cama y se sentó a un costado de la cama de Ginny.

⎯ ¿quieres volver a casa?
⎯ Si los dos estamos bien...
⎯ Veré que puedo hacer — Dean se paró para salir por la puerta —  ... tal vez si me invitaras una comida...

Ginny alzó las cejas con sorpresa. Parecía entender a donde iba todo aquello.

⎯ Me dices que tenga reposo absoluto y tu pretendes ir a un lugar a comer...
⎯ Puedo ir a la Madriguera, solo a charlar. Dicen que tu mamá prepara la mejor tarta de melaza del mundo.

Ginny lo miró extrañada...

⎯ ¿cuándos días más debo de permanecer aquí? — preguntó Ginny —
⎯ Al menos cinco más ...
⎯ Si es necesario... — Ginny suspiró — adelante. La comida esta puesta sobre la mesa de la Madriguera. Mis padres están demasiado agradecidos contigo y yo te debo también que el bebé y yo estemos bien.

Dean le dirigió una sonrisa a la pelirroja.

⎯ Entonces, ¡ya está! El pastel de melaza es mío.
⎯ ¡EY! — exclamó con reclamo la pelirroja — no todo el pastel, solo un trozo, el resto será mío.

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