Capítulo 59 "El Intruso"

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Gracias por seguir aquí!
Espero que les guste
Nos leemos mañana



Capítulo 59
El Intruso

Querer volver a casa, se estaba volviendo una necesidad primaria cuando Harry no salía a supervisar a la calle. le urgía por volver y fingir un poco que tenía el cuerpo molido. Ginny siempre lo recibía con una sonrisa, para después llenarlo con besos.

Las tardes se estaban volviendo tan perfectas que parecían acabarse en un solo parpadeo deseando que el día pasara tan rápido para volver a casa y echarse a un lado de ella para hacer lo que fuera. Ver la t.v. o una larga, tranquila y sensual sesión de lento y amoroso sexo.

Aquel día, el calor se había puesto tan intenso, que se había escapado a su departamento una hora antes, apareciéndose justo en el callejón aledaño de su edificio. Sólo quería echarse en el sillón, para beber alguna bebida helada mientras, podría tocar el vientre de Ginny y susurrarle palabras a su hijo.

Sin embargo, en cuanto pudo vislumbrar su edifico, todos los planes que tenia se vieron abajo.

En el lobby de su edificio había una ambulancia y al menos cuatro patrullas con las sirenas prendidas. Pensó lo peor.

Corrió hasta abrir las grandes puertas de cristal y miró en el suelo, siendo atendido por paramédicos estaba el enorme cuerpo de Natt. Estaba bastante confundido y no podía moverse. Harry corrió hasta tratando de acceder al viejo portero.

— ¿Qué ha pasado? ¡Natt! Natt! — gritó Harry a través de las espaldas de los paramédicos —
— Señor Potter, Señor Potter — gritó con preocupación el enorme hombre — déjenme hablar con él.

Los paramédicos, que parecían inmovilizarlo sobre una camilla, se negaron en automático en dar acceso a Harry.

— No podemos, nuestra prioridad es el paciente — negó uno de los jóvenes uniformados. Era rubio, de casi dos metros —
— Ha sido su puerta la que han irrumpido, es su casa donde han intentado entrar — reclamó el portero. Harry pasó sobre los hombres para acceder a Natt —

¿Qué demonios había pasado? ¿qué había sucedido? Y lo peor, temió Harry ¿Dónde estaba Ginny y Gastón?. Con el corazón brincándole sobre su pecho y sin importar que los paramédicos casi le empujaran, pudo postrar su rostro frente al de Natt. El moreno no solo se miraba desorientado, sino que tenía una herida en la frente donde goteaba sangre a chorros.

— Señor Potter, lo siento mucho, en verdad. Le prometí seguridad cuando llegó a este edificio y no pude evitar detenerlo — la voz de Natt sonó pausada, lastimosa y trató de enfocar a Harry —
— ¿Qué ha sucedido, Natt? ¿Está Ginny en el departamento? ¿le ha pasado algo?

El hombre negó con la cabeza. Harry sintió que uno de los paramédicos le apretó el hombro, en señal de que se retirara, pero Harry jaló con fuerza, él no se movería hasta saber lo que había ocurrido.

— La Sra. Potter y Gastón salieron hace un par de horas, no han regresado. Un hombre alto con el rostro marcado, trató de entrar, apuntó con un arma, un arma que sacaba rayos; me atacó cuando le impedí el paso — soltó Natt. El hombre suspiró de cansancio, y Harry se aferró más a él —
— Lo está haciendo que se esfuerce demasiado, hágase a un lado — le dijo el otro paramédico a Harry —
— Vas a estar bien, Natt — le gritó Harry mientras lo hacían a un lado — ¡Vas a estar bien! Me voy a encargar de eso —

Harry suspiró mientras veía como se llevaban al hombre. Uno de los paramédicos le hizo señas a Harry antes de subir a Natt a la ambulancia. Se acercó para escuchar lo que su portero le decía.

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