René
Empaco todo lo que voy a necesitar para el campamento. Es desde el viernes hasta el sábado por la noche así que no es mucho tiempo. El domingo es mi cumpleaños y agradezco que las fechas no hayan chocado.
—¿Y si te vuelves a enfermar? —reprocha mi madre. Ella no esta muy feliz de que su hija adolescente se vaya a un bosque con otros adolescentes. Lo bueno es que fue mi padre quien firmó.
—Estaré bien, mamá —la tranquilizo—. No soy una tonta.
—Tú no, pero los chicos si. Puede pasar cualquier cosa ahí —esta bastante preocupada.
—Una patada en la entrepierna y salgo corriendo —digo—. Eso haré si intentan sobrepasarse conmigo. Además, Jackson estará ahí.
—¡Ah! Hubieras empezado por ahí —admiro su cambio drástico de miedo a alegría—. Mi querido Jackson te va a cuidar.
—¿Por qué siento que lo quieres más a él que a mi? —cuestiono.
—Deja tanta habladura y vete que se te hace tarde. Tu padre te espera abajo para llevarte a la escuela.
Jadeo sorprendida. ¿Que rayos acaba de pasar frente a mis ojos?
Tomo mi mochila donde metí solo lo indispensable y la coloco sobre mi espalda. Tomo el abrigo grueso con la otra mano empezando a caminar hasta el salón donde mi papá espera viendo el periódico.
—¡Estoy lista! —anuncio.
—Bien, princesa —papá deja el periódico de lado y se levanta tomando mi mochila para cargarla hasta el auto.
Este es un momento en el que pienso en lo idiota que he sido lamentando un padre ausente cuando tengo a un gran hombre a mi lado que me trata mejor que el hombre que solo me ejendró. Creo que debo empezar a dejar las cosas de lado y ver lo bueno en mi vida.
—¿No estas dejando nada? —pregunta.
—Noup, llevo todo —contesto mirando mis pies.
—Mira al frente que tendrás un accidente por esa mala maña que tienes —reprende.
—Si, lo siento —subo a los asientos traseros.
—¿Llevas condones? —escupo el agua que tomaba cuando habla—. ¡Oye! Llevé el carro a lavar ayer, no lo arruines.
—¿Por qué hablas de condones? —pregunto espantada.
—Linda, eres una adolescente de diecisiete años y no te juzgaré por tener sexo. Solo....cuídate que soy muy joven para ser abuelo —explica.
—¡Papá! —chillo— No necesito condones.
—Solo te advierto —se encoje de hombros—. No quiero que arruines tu vida y no es que diga que un bebé lo va a hacer, pero quieres ser una gran doctora y un bebé no creo que sea lo que quieras ahora. Aunque....sabes que ese bebé vendría a un hogar donde seria más que amado por todos si eso llega a pasar, pero....no es excusa para que seas descuidada.
—Ya entendí, papá —contesto.
—Eso espero —da una palmada en mi hombro y cierra la puerta.
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ERES MI PERDICIÓN
RomansRené y Jackson han sido mejores amigos desde que tienen cinco años gracias a que sus padres son muy unidos. Los chicos van creciendo y sus sentidos lujuriosos también. ¿Como tomarán la situación cuando estos deseos carnales empiecen entre ellos si...