EXTRA II
(Ubicado en la fiesta de cumpleaños número 16 de René)
René Saldívar
No voy a mentir al confesar que las lagrimas quieren desbordar de mis ojos. Se supone que este debería ser un día especial para mí, pero siento ese vacío en mi pecho.
—Linda, vas a terminar llorando si sigues así —se queja mi padre acariciando mi espalda.
—No te atrevas a llorar que mucho costó que estuviera ese maquillaje, René —gruñe mi madre terminando de arreglarse. No paso desapercibido la mirada de pocos amigos que le da papá, pero no me centro mucho.
Básicamente, hoy estoy cumpliendo dieciséis y aunque como dije ante, debería estar feliz; hay una persona que debería estar aquí conmigo cumpliendo su promesa y no lo está haciendo.
Jackson había prometido que estaría aquí conmigo y el idiota se fue de viaje con su padre y aunque en teoría regresaría a tiempo, ayer llamó lamentándose de que no podría venir.
Como dije: Idiota.
Termino haciéndole caso a mamá y pienso en otras cosas ahuyentando los malos pensamientos. Debo disfrutar mi fiesta, aunque mi mejor amigo no esté aquí. Suspiro alisando la falda corta de mi vestido. Llego la hora de recibir a mis invitados.
***
—Esto está muy bueno —murmura Cristina con la boca llena de pastel.
Ella es una nueva amiga que he hecho en los cursos de francés. Patéticamente no tengo amigas o amigos más que Jackson y el susodicho no está así que decidí invitarla para tener a alguien con quien hablar y no estar solo rodeada de amigos de mis padres. He de admitir que es una buena compañía y me ha hecho reír en lo que va de la fiesta y eso es mucho decir. Además de que me ha librado de las garras de mis primas que solo preguntan por mi mejor amigo. A veces detesto que este tenga tanto atractivo.
—René, cariño —habla mi papá y volteo a verlo—. Hay alguien a quien no has saludado —Se hace a un lado dejándome ver la persona que logra que mis ojos se abran demasiado.
Me levanto de la silla casi tirándola al piso cuando corro hacia Jackson sin importarme que todos me vean raro. Escucho como algo cae al suelo cuando me atrapa al tirarme como mono.
—Viniste —murmuro bajándome y el se agacha a recoger lo que boté. Su celular.
—No podía perderme tu fiesta. Sabía que me extrañarías —no deja de lado su característico tono burlón.
Esto es lo que necesitaba para que mi fiesta fuera perfecta.
ESTÁS LEYENDO
ERES MI PERDICIÓN
DragosteRené y Jackson han sido mejores amigos desde que tienen cinco años gracias a que sus padres son muy unidos. Los chicos van creciendo y sus sentidos lujuriosos también. ¿Como tomarán la situación cuando estos deseos carnales empiecen entre ellos si...