ERES MI PERDICIÓN

08: Tú no me dices que hacer

N/A: ¿Tendrá éste capitulo mas de 100 comentarios? Esa es la meta para que suba lo antes posible el siguiente capitulo.

René Saldívar

Seco una lágrima rebelde que salió y sigo mi camino fuera de la casa de Jackson ignorando a una señora que me ofreció no sé qué. No sé como terminé aquí y me arrepiento por completo de tomar sin cuidado. La hora tampoco me ayuda, soy la nueva y la irresponsabilidad de no ir a trabajar se verá fatal.

Un auto negro se frena frente mi impidiendo mi paso. Un hombre con traje se baja y abre la puerta de atrás.

—El señor Evans quiere que la lleve hasta su casa —dice y yo suelto una risa irónica.

—Dígale a su jefe que se joda —escupo y rodeo el auto siguiendo con mi camino valiéndome que voy tan mal vestida.

Maldigo cuando me doy cuenta que la casa de Jackson está en una residencia en la montaña. Camino en las calles colina abajo evadiendo las miradas juzgantes de los vecinos de Jackson. Vuelvo a frenar cuando la camioneta de antes se vuelve a poner en mi camino, a diferencia de antes, es Jackson quien sale de ésta y no el otro hombre.

—Sube al auto.

—Jodete —escupo.

—Sube al auto, René —vuelve a ordenar.

—¡Que te jodas! —empiezo a alejarme y siento sus pasos atrás.

—¡Sube al maldito auto!

—¡Vete a la mierda!

Sigo caminando hasta que me toma del brazo bruscamente volteando y haciendo que mi cuerpo impacte con el de él.

—Deja de llevarme la contraría —gruñe.

—¡Que te jodas! ¿Te lo digo en otro idioma?

Vuelve a pegarme a su cuerpo.

—Bájale a tu tono, loca. Solo me preocupo por ti.

—Eso no pareció cuando estaba en tu habitación —me zafo de su agarre—. Deja tu bipolaridad y déjame sola.

—No voy a dejarte en medio de la calle estando lejos de donde vives —se acerca.

—¡Ni siquiera vivo en una casa! Estoy en un jodido hotel.

—¿Y eso en que me involucra? —pregunta y lo miro mal tirándole un zapato que impacta con su pecho.

Lo rodeo caminando hacia la camioneta, entro en el asiento del conductor y le coloco seguro. Enciendo el auto y paso por un lado de él ignorando sus reclamos. Probablemente luego me arrepienta pero ignoro ese pensamiento y sigo mi camino.

****

—La fugitiva René Saldívar es buscada por robar un auto —frunzo el ceño y miro hacia atrás encontrándome a Abe que viene caminando hacia mi. Retomo mi camino por los pasillos del hospital a paso más lento hasta que llega a mi y camina a mi lado—. ¿Sabes la furia que estaba hecho mi hermano por lo que le hiciste?

—Él se lo merecía —me defiendo.

—Probablemente sea cierto lo que dices —sonríe—, ¿Tienes la hora?

—Tres de la madrugada —contesto viendo mi reloj—. ¿Por qué?

—Tengo cirugía en una hora y temo matar al paciente ―hace una mueca.

—¿Por qué no vas a dormir esta hora? —pregunto.

—No lo había pensado. Te veo al rato.

—Adiós.