René Saldivar
Cuando llegué a Londres, tenía asegurado que no iba a hacer más amigos que Jenn, gran error porque Andrew apareció como una garrapata y no se separó. Hasta llegó a intentar algo con Jenn pero pasaba muchas horas en el hospital junto a mi y las cosas no funcionaron, aunque quedó una amistad entre los tres aunque ellos dos finjan odiarse.
—¿Dónde estás? —pregunta Jackson al otro lado de la línea.
—En el aeropuerto —contesto ajustando las gafas de sol sobre mis ojos.
Estoy afuera apoyada en mi auto deportivo y llamando la atención de muchos que pasan. Mi querido Andrew me hizo venir por él luego de decirme en un mensaje que hoy venía.
—¿En el aeropuerto?
—Sip —dudo en decirle o no que Andrew está aquí. No es que le agrade mucho desde el último suceso.
—No me dices quien es así que lo tomaré como indirecta de que no me quieres decir y no seguiré preguntando —me gusta que me de mi espacio— Te llamaba porque Jenn y Edgardo quieren salir a cenar, ¿quieres?
—Claro. Envíame la dirección que ahí estaré.
Cuelgo la llamada y coloco mi celular en la bolsa trasera de mi pantalón.
—Que ven mis hermosos ojos —levanto la vista de mis botines para encontrar a un muy feliz Andrew caminando hasta mi.
—¿Qué mierda haces aquí? —me cruzo de brazos haciendo que haga una mueca.
—Esperaba un abrazo o algo parecido, desgracia —se queja.
—Habló el calvo.
—Ja. Ja —rie sarcásticamente—. ¿Me haces el favor de decirme donde puedo encontrar un hotel que esté a mi nivel?
—Deja de ser engreído. Estarás aquí por tiempo indefinido así que ven a mi apartamento —hablo y me mira horrorizado.
—¿Quieres que Jackson me mate? Sé que no soy la mejor persona pero es muy vil de tu parte querer matarme así —lleva una mano a su pecho exageradamente.
—Deja de ser un llorón y sube al auto que no tengo todo el tiempo del mundo —mascullo.
—Que grosera se queda y se mete al auto dejando la única mochila que trae entre sus piernas.
—¿Solo trajiste una mochila? —cuestiono cuando entro al auto.
—Paso tanto tiempo en el hospital con el uniforme que ni ropa tengo, compraré aquí.
—¿Tienes dinero suficiente para estar cuantos días aquí?
—Un año, si eso quiero. Pero quiero ir a tu hospital y ver la posibilidad de que me guste —dice y lo volteo a ver por un segundo antes de centrarme en la carretera de nuevo.
—¿Lo que quieres es mudarte aquí?
—La lluvia de Londres me tiene harto y las tres razones que hacían compañía de mudaron aquí. Así que sí, quiero mudarme aquí pero quiero trabajar en el hospital donde tu trabajas. O tal vez me meta de mesero en el bar y restaurante que abrirá Jennie.
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ERES MI PERDICIÓN
RomansaRené y Jackson han sido mejores amigos desde que tienen cinco años gracias a que sus padres son muy unidos. Los chicos van creciendo y sus sentidos lujuriosos también. ¿Como tomarán la situación cuando estos deseos carnales empiecen entre ellos si...