27: Cosas aseguradas.

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Jennie

—Dan, ya te dije que no hagas eso —repito por décima vez.

—¡No quiero! —grita y veo como mi hija toma los audífonos para no escuchar a Dan.

—No puedes hacer berrinche porque tu padre no está —me cruzo de brazos quitándole el vaso de agua el cual estaba moviendo frenéticamente derramando el agua—. Si en ocasiones no lo ves por días, ¿cómo es que ahora te quejas?

—¡Se llevó a René! —chilla—. ¿No podia irse solo y dejarme con ella?

¿Qué se supone que debo responder a ello?

—Dime, Dan —me siento en la silla frente a él. Es impresionante como intimida con sus ojos iguales a los de su padre—. ¿Qué es René para ti?

—¿No le dirás a nadie? —pregunta desconfiado.

—No.

—Quiero que sea mi mamá —hace una mueca triste—. Nunca he tenido una y ella perfecta. Solo que no quiero asustarla.

Me da sentimiento sus palabras. Conozco a René y sé que un bebé no está en sus planes o ser madre pero si llegara a pasar, lo querría mucho porque es ella y es de las personas que conozco que tienen un gran corazón. He hablado con ella y sé que se ha encariñado con Dan aunque no lo admita a palabras. El punto es que ese cariño que Dan tiene por ella, René lo tiene por él. Sé que no se alejaría de Dan a menos que Jackson se lo pida y eso tampoco va a pasar.

—René te quiere, Dan —acomodo su alborotado cabello—. Solo debes ser paciente.

Él asiente haciendo un tierno puchero y se baja de la silla yendo a molestar a Andrea. Esta niña si que no tiene ni una pizca de paciencia.

Edgardo entra a la casa con la llave que le di para emergencia y es que las cosas entre nosotros están raras. Supongo siempre estará esa espirita de que no le dije nada sobre la existencia de Andrea.

—¡Papá! —chilla mi hija yendo tras su padre que la carga como si no tuviera once años ya.

—Hola, princesa —Edgardo deja un beso sobre su frente antes de bajarla—. Hola, Dan —camina hasta el niño y este se queja cuando él le desordena el cabello castaño.

—¡Deja! —chilla.

—Veo que alguien no está de buen humor —murmura Edgardo caminando hacia mi.

—Entraña a su padre y a René —explico.

—Entraña a sus padres —murmura.

—René aún no es su mamá —contesto.

Me sonrie como si estuviera hablando con una niña.

—Jenn, es de Jackson y René de quien hablamos. Esos dos pueden pelearse por una y mil razón pero se seguirán amando y arreglaran las cosas. Por lo que Jackson no va a presionar a René pero si dejara que conviva con Dan porque ya lo hace y te apuesto a que ese niño va a ser Evans Saldivar —dice y muerdo mi labio no muy convencida.

—Si tú lo dices —me cruzo de brazos.

—Lo afirmo —termina antes de irse al sofá con los niños.

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