33: Juego de Hockey

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René

Demencia.

He fingido que no escuché el "tenemos que hablar" de Jackson por miedosa. Igual no ha seguido con el tema.

Tal vez tenga que ver con que me he perdido de su vista fingiendo que estoy ocupada con el colegio y papeleo de la universidad. No es que sea mentira pero tampoco es para tanto como para no verlo en una semana completa.

Canto con los audífonos puestos mientras hago la limpieza de la casa. Es más rápido si me distraigo con la música. Mis padres salieron de viaje de nuevo y Alexa esta encerrada en su habitación sin hablarme por lo que me toca hacer la limpieza si quiero que esta casa esté decente.

Abro la puerta sin mucho cuidado y salgo con las bolsas de basura para dejarlas en su lugar y que el camión se las lleve. La música si que me pone de buen humor, vuelvo adentro para ir por la pala y escoba para recoger algunas hojas que cubren la cera de la casa.

Puede que parezca loca cantando y bailando en frente de mi casa pero me vale ya que me estoy divirtiendo. Tampoco es que pasen muchos autos y tampoco hay vecinos afuera.

Doy un brinco asustada cuando me toman de los hombros a mis espaldas por lo que doy un paso atrás levantándo la pala a modo de defensa. Lo único que encuentro es a un Jackson que tiene una sonrisa divertida. Me quito los audífonos.

—Hola —saludo.

—Una semana.

—¿Eh? —eso, finge demencia.

—Una semana evitándome —enarca una ceja.

—Eso no es cierto, he estado ocupada —me encojo de hombros.

—Ya....

—¿No me crees o si?

—No, no lo hago —abre su auto que hasta ahora mi fijo que estaba ahí. ¿Como no lo sentí?

Tampoco es que seas bruja, linda.

Saca algo en un sobre y hace tirada la puerta.

—¡Oye! Vas a arruinar el auto —reprocho exageradamente.

—Me compro otro —dice tan naturalmente que pareciera que hablamos de comprar otro dulce.

Tiro la pala al piso frustrada.

—Oye, vas a arruinar la pala —me reprocha.

—Me compro otra —sonrio y él se rie ante mi respuesta.

—Vamos adentro, debo decirte algo —dice y se me borra la sonrisa de inmediato. ¿Por qué tengo tanto miedo?

—Deja de ser tan paranoica que es una invitación —explica al ver mi reacción.

Termino asistiendo y empiezo a caminar hasta entrar a la casa con el siguiendome atrás. Me freno volteando antes de llegar a la puerta él rápido sube la vista con una sonrisa.

—Deja de ver mi trasero —advierto.

—No puedes pedirme eso. Me diste una probada de tu cuerpo y ya no hay vuelta atrás —enarca una ceja divertido y solo lo miro mal antes de seguir mi camino rápido para que no vea mi trasero.

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