ERES MI PERDICIÓN

20: Declaración

René

Termino de bajar las escaleras y Jackson alza la mano para que la tome y deja un casto beso sobre esta. Debo levantar la cabeza para poder observarlo bien y no perder su mirada.

Luce un delicado traje de rey color negro con una cinta cruzada en el cuerpo, una roja en cintura y algunas medallas en su pecho, lleva el cabello perfectamente peinado y una hermosa corona. Se ve....muy bien.

—Te ves....hermosa —admite y sonrio.

—Tú también te ves muy bien —murmuro.

—¿Quieren que nos vayamos? —Pregunta Bea.

—No, ya vamos tarde —salgo de mi burbuja.

—Entonces vamos —Suelta Susan.

—Pero antes —Jackson intervine sacando una caja de terciopelo azul bastante grande—. Te falta esto —la abre dejando ver una hermosa tiara con pequeñas piedras en esta.

—Wow —escucho a Bea.

—Esto es....

—Dejame que la coloque por ti —me corta sacándola de su caja, deja la caja en la mesa de recibidor y toma la tiara con ambas manos para colocarla sobre mi cabeza—. Perfecta.

—Muchas gracias —logro decir.

—Si soy un rey por esta noche, necesito mi reina.

—Agh, muy dulce —se queja Susan—. Lo espero afuera.

Reimos en grupos y salimos. Tengo mucho cuidado que el gran vestido no se ensucie y subo a la ya conocida camioneta de Jackson. Agradezco que la camioneta sea tan grande como que quepan siete personas porque solo Bea y yo ocupados la parte de enmedip con nuestros grande vestidos.

John se fue de copiloto eligiendo la música que cantamos a todo pulmón en todo el camino a excepción de Jackson porque solo se rie y se concentra en manejar y Susan porque no es de su gusto.

Jackson logra encontrar donde estacionar el auto y todos bajamos. John se adelanta con Susan que lleva un vestido pero es muy simple y nada pomposo como el de Bea y el mío.

Ambas nos colgamos de cada brazo de Jackson porque es el único chico. Siento las miradas de los estudiantes que se encuentran afuera y entro en un poco de pánico cuando estamos frente a la entrada.

—¿Listas, señoritas? —pregunta Jackson pasando la vista entre Bea y yo.

—¡Claro! —contesta rápidamente Bea.

—¿René?

—¿Tengo opción? —pregunto.

—No —responden los dos al unísono.

—Entonces entremos —tomo una larga respiración antes de indicarles que caminemos.

El flash de la cámara me deja ciega luego de que nos tomaran la foto de recuerdo al nada más entrar. Ni que fuera la graduación para que tenga eso.

Me olvido un poco de todo para pasar mi vista por todo el salón. Es uno muy grande que rentaron ya que no fue en ninguna de las dos escuelas y esta repleto de alumnos. La decoración es en colores negro y dorado por lo resalto con mi vestido claro entre la multitud y el escenario. Esta repleto de cortinas, globos, letras grandes, puestos de venta, pista de baile, luces de todos colores, estudiantes y hay muchas mesas pero sin sillas. Solo son las muy mesas altas donde los estudiantes debes estar parados y solo sirve para apoyar las cosas. Cosa muy elegante pero nada cómodo. Solo hay unos cuantos sofás en las esquinas y todos ya están repletos de estudiantes, lo que significa que terminaré con un horrible dolor de pies al finalizar la noche.