René
—¿Estas seguro que eso va ahí? —le pregunto a John.
—No, pero es nuestra primera vez haciendo esto así que es comprensible que nos equivoquemos —contesta.
—No confío en ti —admito.
—¿No deberías darme al menos el beneficio de la duda?
—Definitivamente no confío en ti.
—¿Como van, chicos? —la señora Evans se acerca a nosotros.
—Creo que Jackson puso más carbón del que debía —respondo.
—Que esta bien —dice su hijo con tono cansado.
—Pediré unas hamburguesas por si sale mal —dice Lauren.
—Me parece perfecto —apoyo.
—Vaya confianza —se enoja Jackson—. Me va a salir bien y se van a lamentar.
¿A quien se le ocurrió dejar a Jackson a cargo de la cocina?
Niego con la cabeza y me doy la vuelta para irme a sentar con los chicos. Jackson los invitó y me siento más alegre de tenerlos a todos aquí. John y Edgardo se están tirando agua entre ellos y las chicas platican con Abe.
Intenté incluir a Anne pero esta se negó y no puedo culparla, solo conoce a Jackson y este no le presta atención, es un grosero pero tampoco es que haya podido hacer que cambie de opinión.
—....Pero puedes irte por neurologia
—escucho hablar a Abe.—Supongo —contesta Susan.
—¿De que hablan? —indago.
—Pues que parece que en este grupo todos quieren ser doctores a excepción de tu y yo —dice Jennie.
—Eso no es cierto —dice Abe—. René quiere ser cirujana pediatra.
—Vaya mierda —reprocha Jennie.
—Esperen —paro—. ¿Todos quieren ser cirujanos?
—Si —responden todos al unísono exceptuando a Jennie.
—¿En que área? —pregunto.
—Cardiologia —contesta Edgardo.
—General —dicen John y Bea.
—Yo no sé en que área —esa es Susan.
—Pues yo seré la rarita que va a ser maestra —dice Jennie con falsa felicidad.
—¿Que hay de ti? —le pregunta John a Jackson cuando se acerca.
—¿De que? —pregunta el nombrado confundido.
—Especialidad.
—Creo que neuro.
—Igual que tu hermano —contesto.
—Si.
—¿Que universidad, René? —pregunta John.
—Ah...¿que hay de ustedes?
—Creo que todos iremos a Stanford
—dice Edgardo.—Yo no —contesta Jennie—. Me voy a Londres.
—¿Y tú? —me pregunta Jackson.
—Londres —murmuro.
—¡Ah! ¡Genial! Tendré a alguien
—grita Jennie y observo como Jackson frunce el ceño.
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ERES MI PERDICIÓN
RomanceRené y Jackson han sido mejores amigos desde que tienen cinco años gracias a que sus padres son muy unidos. Los chicos van creciendo y sus sentidos lujuriosos también. ¿Como tomarán la situación cuando estos deseos carnales empiecen entre ellos si...