Sentí escalofríos sacudir mi cuerpo,me tambaleé sintiendo un nauseabundo mareo.
Pase saliva y miré de nuevo el papel con dificultad por mis manos temblorosas.
Por casualidad abrí el sobre y me encontré con algo que nunca imaginé.Tecleé rápidamente en mi teléfono queriendo aclarar mis dudas que en estos momentos no había por donde empezar.
"Estrés postraumático"
Entre más leía más me confundía.Jadeé desesperada y en un arranque solté un alarido.
Ahora entendía mejor.Por eso las pesadillas, por eso los nervios, por eso despertar a mitad de la noche sin nadie quien pueda consolarme y de nuevo estar yo,sola enfrentando todo.
Me di jalones ante las desesperación y comencé a darme golpes en la cabeza sin darme cuenta mientras pensaba una y otra vez.
Necesitaba recordar.
Necesitaba saber lo que estaba pasando.
Tomé las llaves del auto que mi padre me dio en mi cumpleaños número catorce y azoté la puerta.Con un desdén de saber ahora porqué me consentía tanto.
No hay mejor sosiego para el culpable que el consentir.
Manejé demasiado rápido,viendo las luces y sombras pasar por detrás de mí.No sabía lo que hacía,ya no me sentía como yo soy,no podía sentir nada más que enojo y frustración.Estacioné el auto y subí al elevador de la empresa de mi padre,entré de forma brusca a su oficina.
Doris la mano derecha de mi padre me detuvo.Ella lo cubría y lo ayudaba en todo,seguro con muchas cosas más.
—Quítate.
—No puedo Ayleen...
—¡Quítate!—esta vez no me contuve y con las fuerzas que saqué de no sé donde de un empujón la moví y entré a la oficina.
Abrí la puerta y en el portazo mis ojos se expandieron.
Ahora lo hacía de nuevo,pero no con la mejor amiga de mi mamá si no con su venteañera secretaria.
Al verme se separaron de inmediato,mi padre enmudeciendo y la chica pasando por detrás de mí como rayo abrochando su camisa.
—Yo...Ayleen
Desde aquí pude ver su sorpresa,sin saber si quiera qué decir.
—¡Eres un maldito!—solté en un alarido,casi desgarrando mi voz— ¿Cómo pudiste hacerme esto? ¡A mí,a mi mamá! ¡A Danielle! ... a James—jadeé—¡Me engañaste! Todas esas veces que según iba a terapias, ¡era mentira! ¡Tú lo sabias,mi mamá lo sabía!—temblé—Pero estoy casi segura que ella no sabía los motivos, ¿cierto?
Frunció el ceño sin saber y al captar abrió los ojos con demasía.
—¿Cómo...?—murmuró
—El sobre,Greg.
Ningún hombre que lastime a su hija a propósito puede llamarse padre.
Mi cuerpo tembló debido a los jadeos pero me sostuve.
—Siempre te traté de complacer en todo,hacía lo que tú me pedías,obedecía a lo que decías.Siempre quise ser tu orgullo y que por fin estuvieras ahí—las lágrimas quisieron salir pero no podía llorar aunque quisiese.Ahora deseaba con toda mi fuerza ser desde ahora otra persona—Pero ahora al saber todo lo que hiciste no quiero saber nada de ti—levanté la quijada —Sólo espero que no hagas sufrir a Danielle todo lo que me has hecho sufrir a mí—salí con fuerza adorando las puertas dejándolo sin palabras.
(...)
Llegué a mi casa furiosa;decepcionada de mí,de mis padres,de todo.
Subí a mi cuarto y con rabia tiré todo.
Grité escandalosamente queriendo acabar con todo esto.
Al voltearme vi la pequeña caja musical que un día Greg me obsequió y con dolor la estrellé contra el piso.
Me miré en el espejo,con el maquillaje corrido,demacrada y haciéndome falta algo.
A mis ojos no me reconocía pero al final de cuentas, ¿alguna vez lo hice?
Sonreí,a duras penas pero... sonreí
Me limpié las lágrimas de forma brusca y caminé hasta el armario para buscar mi cometido.
Saqué ese vestido negro y esos tacones de diez centímetros.
Tomando las llaves de mi auto nada me detendría.
(...)
Me formé y al llegar mi turno el guardia me miraba desde arriba,negándome la entrada debido a mi identificación.
Le sonreí ampliamente e hice por buscarla. ¿Por quién me tomaba?
—Sí,aquí está—Y de mi bolsa saqué mi sarcástico dedo de en medio— ¿No sabes quién soy?—pregunté con superioridad,teniendo un nudo en la garganta por sentirme así.
Él me miró asustado al reconocerme.
—Lo siento,señorita.Pase.—se hizo a un lado con mi mirada prepotente sobre la suya
Entré,había demasiadas personas rozándome.Me escabullí entre ellas para poder pasarme a la barra y pedí uno,dos,tres tragos de vodka.No me importaba en lo absoluto.
Nunca había tomado en mi vida,como buena primeriza me pego muy fuerte.Tanto que solo puedo recordar a un chico de ojos verdes sobre mí,quise moverme pero no pude y aunque pudiese,mi vida ya era una mierda, ¿qué caso tenía?
Vi oscuridad,vi borroso y entre los destellos lo vi a él y a sus brazos rodearme.
(...)
Cuando en la mañana me desperté en pijama creí que había sido un sueño pero al tocar mi cabello y notar que mi cabello aunque lleno de suciedad seguía intacto al igual que mi resaca todo se vino abajo golpeándome con la realidad.
Me mantuve así,sin decir o hacer algo,solo éramos yo y mis pensamientos.Suspiré hondo y sentí el frío contra mis pies.
Me levanté decidida de la cama y me dispuse a buscar entre los cajones papel y algo para escribir,a lo que sólo encontré en el piso unas crayolas de Dani.
¡Qué descuidada es esta niña!
Sostuve entre mis manos la hoja y la puse en la mesita de noche,tomé el crayón entre mis manos y comencé a escribir.Ya no sería la misma chica de antes,ahora seria quien siempre fui.
—Ayleen, Ayleen...—me sacudía por los hombros Tyler.
—¿Ehm?—dije confundida saliendo de mi trance,a pesar de todo aún me atormentaba por más que pasaran los días.
—Te pregunté que de dónde conocías a ese chico—los ojos de América me miraron obvios.
—Sí, pero luego te quedaste viendo a la nada como idiota y tus ojos empezaron a ponerse llorosos.—dijo Tyler confundido.
—Nada,sólo olvídenlo—acaricié mi brazo.
—Está bien y... ¿de dónde lo conoces?—insistió.
—Historia larga—dije retomando postura y agitando la mano para quitar importancia,dando por terminado el tema.
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Cuando ya no este ; Hayes Grier
FanfictionUna lista con cosas qué hacer antes de morir,13 adolescentes y una chica suicida. "Es la mejor etapa de nuestras vidas,así que calla y sostente fuerte" -En edición-