Problemas

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Ayleen

—¡Hola,Hola!

Entró Mahogany tomada de la mano de mi hermano.

—Hey.—saludé y seguí barriendo.

James me vio y soltó una carcajada.

—¿Estás barriendo?—preguntó divertido.

—Sí.—dije obvia y puse mis ojos en blanco.

—¿Con un trapeador?

Ok...¡No me juzguen! ¡En mi vida he tomado un utensilio de limpieza!

—Es por eso que no es bueno contratar a alguien para que limpie tu casa.—dijo Mahogany negando con la cabeza.

—¡Esto es más difícil de lo que creen!—estallé—.Estoy haciendo mi mejor esfuerzo.

Con razón darle trapazos contra el piso no limpiaba nada.Ahora lo entiendo.

—¡Mahogany!

Salté de mi lugar cuando escuché los gritos de Matt y Tyler detrás de mí.

—¿Qué quie...?

—¿Te podemos pintar el cabello?—sonrieron emocionados,haciendo una cara de cachorro en combinación a su uniforme color verde mírame a fuerzas.

—No.—bufó.

—¡Ay,no sí!—chillé—. ¡Eso sigue de la lista! Entonces a mí sí píntenme el cabello,chicos.—dije emocionada y me senté de inmediato en la silla.

¡En serio me emocionaba tener mi cabello de colores!

—Está bien,que te desgracien el cabello a ti no a mí.—se cruzó de brazos.

Ay mierda sí es cierto.

Me arrepentí al caer en cuenta quienes eran los que me pintarían el cabello y traté de levantarme pero el maldito de Tyler me detuvo.

—Ah no,ahora te quedas.—dijo sosteniéndome con fuerza sin dejarme levantar y poniéndome una capa encima.

Hice berrinches y me retorcí pero no,no me salvé de que desgraciaran mi cabello.

—Mahogany...—Matt la miró con esa sonrisa de niño pequeño y se acercó lentamente a ella.

—Oh no,no,no.De ninguna manera dejaré que desgracies mi cabello.—se alejó.

—Oigan, ¿qué ustedes no estaban buscando un trabajo?—fruncí el ceño.

—¡Aaah sí! Matt sí píntame el cabello,mejor.—rió nerviosa y se sentó en una silla,poniéndose la capa ella misma.

—Te quedará fa-bu-lo-so.—chasqueó sus dedos e hizo una pose rara haciéndonos reír a todos.

Porque primadonna no se hace,se nace.

Pasaron como treinta minutos y los chicos ya iban acabando,Mahogany de hecho ya estaba casi listo su cabello.

De pronto la puerta se abrió y de ella entró nuestra jefa explota niños con varios niñitos detrás de ella.

—¿A ellos también los va a explotar?—jadeé.

—¿Qué...?

—¡Ay una niña!—exclamó de inmediato Cam y corrió hasta ella para cargarla.

—Sí es una...—y de pronto la cara de nuestra jefa se iluminó—. ¿Ustedes me los pueden cuidar?

—Oh no,no,no,no,no.—nos apresuramos a decir.

Cuando ya no este ; Hayes GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora