El indicado

106 4 5
                                    

Silencio,silencio total.Sólo nuestras cucharas rozando nuestros tazones con cereal y leche.

—Así que...—comencé—¿Invitarás a Mahogany al baile?

James me miró con los ojos abiertos y por la sorpresa el muy idiota escupió todo su cereal.

—¡Ay que maldito asco,James!—chillé asqueada y me alejé lo más que pude de ahí.

James me ignoró y tosiendo desenfrenadamente corrió hasta la nevera en busca de agua.

Lo miré tranquila y le di una cucharada a mi tazón con cereal.

—¡Me estaba ahogando!

—Lo sé.—mastiqué.

—¡¿Y por qué no hiciste na...?!

—¿Qué te traes con Mahagany?—lo corté.

Me miró sorprendido.

—¿Qué?

—¿Qué pasó,James? Antes me solías contar todo.

Trataba de que no me doliera pero el hecho de que él no me lo hubiera dicho me hacía sentir de lo peor.

—¿Mahogany te lo dijo?

Reí sin gracia.

—Ella no me ha dicho nada,James.Me di cuenta por mi misma.

—Ayleen,perdón...es que  era difícil,yo...yo,ella es tu amiga y quería esperar a decírtelo  y...maldita sea no quería que te dieras cuenta así.

Se tomó la cara entre las manos y dio media vuelta,dándome la espalda.

—No importa,ya.

Mierda no llores,no llores...

—Perdóname en serio,Ayleen,te lo iba a decir,lo juro...

Suspiré.

—Ya no hace falta.—me levanté de la mesa y tomé mi plato para dejarlo en el fregadero—Así que, ¿la invitarás?

Me miró.

—Sí,supongo.

—¿Te ayudo?—traté de sonreír.

—¿En serio?

Asentí sin dar importancia.

—Ahm,claro...¡gracias!—me abrazó,fuerte,muy fuerte.

—Perdóname,Ayleen.Ya nada va a cambiar entre nosotros.

Aguanté un sollozo.

—¿Lo juras?

—Lo juro.

Me separé de él.

—¿La quieres?—lo miré a los ojos.

—Sí.—dijo sin dudar—Aún  estoy confundido por Caroline pero no lograré nada sólo recordándola a  ella.Me daré una oportunidad con Mahogany,tal vez ella sea...

—La indicada.—dijimos al unísono.

Recuerdo cuando éramos niños,James con once años y yo con siete.

—¡Esa niña era una perra!

Chillé enojada,esa niña rubia había tratado de besar a mi hermano, ¿qué le hacía pensar que mi hermano quería su asquerosa baba?

—¡No digas eso! A mamá no le gusta que digas la palabra con p. Y no fue su culpa,yo también intenté besarla.

Dijo apenado y yo me le lancé encima a darle de manotazos.

Cuando ya no este ; Hayes GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora