Stitches

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—Necesito un descanso como de...una semana lejos de mi familia.—reí cansada y los chicos asintieron de acuerdo.

—Tu vida es como una novela,Ayleen.—negaron con la cabeza.

—Con una mamá como la tuya, ¿quién quisiera vacaciones?—Cárter rió y mi cabeza dio una vuelta de 180 grados peor que la niña del exorcista.

—¿Qué dijiste?

Me miró asustado y soltó una risa nerviosa.

—No,no nada...

—Así me gu...—no terminé de hablar porque choqué con alguien.

Volteé por instinto y al ver que era Amé sonreí.

Amé se miraba agitada y asustada e incluso algo pálida.

—¿Qué pasó? ¿Viniste por lo del embarazo? Tranquila falsa alarma.—reí.

—¿Embarazo? ¿Qué? N-no...es Cameron—jadeó—.Estábamos en su casa y nos pusimos a jugar pero el resbaló con una tapa de una lata que habíamos utilizado y se cortó el pie y-y empezó a sangrar demasiado...

—Tranquila,respira,Amé—la miré preocupada.

—¿Y dónde está Cameron ahora?—preguntó Nash angustiado.

—Está detrás de esa cortina—la señaló con la cabeza—.Justo ahora iba a ir por una silla de ruedas por si no puede caminar después de que lo suturen.—Amé mordió su labio y no paraba de temblar.Ella en serio estaba muy asustada.

—Gilinsky y yo iremos por la silla,ustedes vayan con el.—Dijo Matt y se fue a toda prisa con Gilinsky.

Asentimos y seguimos a Amé para ir con Cameron.

Abrió la cortina y lo primero que vimos fue a Cam acostado en una camilla con el pie escurriendo en sangre.

—¡Mierda,Cameron!—jadeé asustada.

—Hermano, ¿estás bien?—Nash se acercó hasta él.

Pues claro,ellos son inseparables.

—Parece que te mordió un tiburón.—Johnson rió y nosotros no pudimos evitar hacerlo.

—¿Te pondrán puntos?—preguntó Cárter.

Cameron asintió en una media sonrisa.

—¿Cuántos serán?—pregunté.

—¿Unos doce?—preguntó Nash.

—No creo que sean doce.—frunció el ceño y negó con la cabeza.

—Me pareció haberles dicho que no los quería aquí de nuevo, ¿cierto?

Volteamos en dirección a la voz y la misma doctora que me había cocido la lengua y que curo a Cameron y a Hayes nos miraba divertida.

—¿Otra vez tu muchacho? ¿Y ahora qué pasó?—le sonrió cruzándose de brazos.

Cameron sonrió inocente y levantó a duras penas su piel cubierto de sangre.

Cuando ya no este ; Hayes GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora