Calmar al estilo de Ayleen

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—¡La vida me sonríe otra  vez! ¡Porque mi lengua ahora puedo mover!—canté a todo pulmón mientras  esparcía el shampoo por todo mi cabello.

¿Qué por qué estoy tan  feliz? Pues porque-eh-eh ¡Ya puedo mover mi lengua sin que me duela!  Bueno,aún me duele pero poquito.Ya no tengo los puntos,sólo una cicatriz  casi invisible y es lo mejor,ya habían pasado varios días y ya era  justo y necesario no sentir dolor.

—¡Muevo mi lengua y no  me duele-eh!—seguí cantando hasta que shampoo salvaje apareció y me cayó  en el ojo—¡Ah! ¡ah! ¡auxilio! ¡auxilio!

Escuché la puerta del baño abrirse.

¡Pero si yo le había puesto seguro!

Puta vida,me pueden secuestrar y me secuestrarán con shampoo en los ojos.

Me pegué más a la ducha y medio abrí un ojo.Alcancé a ver como una mano se asomaba entre la cortina y sostenía algo en ellas.

—¡Aaaah...!

Ni siquiera pude gritar  bien porque un tubo metálico me dio justo en la cabeza.Por cómo se  sintió pude adivinar que era el aromatizador en aerosol,James  y Dani ya  me habían golpeado "accidentalmente" con el otras veces.

—Cállate ya,sólo ponte agua y con eso se te quitará.

Escuché la voz de James y segundos después el sonido de su bragueta.

—¿Es en serio que vas a ir al baño aquí? ¡Yo sigo aquí,idiota!—tallé mi ojo y conseguí ver un poco más...¡mierda,mierda! ¡Arde!.
Alcé  las manos,tanteando que la agua cayera en mis manos pero sólo conseguía  sentir la húmeda pared—¡Ah,me voy a morir!—grité como loca y seguí  buscando hasta que, ¡dín,dín,dín! Encontré el agua.

—Ayleen, ¿podrías callarte un momento? No me dejas concentrar.—gruñó James.

—¡Ay  ya cállate! Eres un asqueroso,bien puedes irte a otro de los putos  cuatro baños que hay.—dije tallando mis ojos,logrando que el jabón ya no  fuera parte de mis ojos.

—Nop,no  puedo.Mamá se está arreglando para no sé qué y sabes que ella se tarda  siglos;Dani no me dejó usar el suyo,el mío estoy casi seguro que si  entro ya no vuelvo a salir.Está hecho un asco.Oh y el tuyo lo intenté  usar antes de entrar aquí y adivina que,rompí tu lavamanos y ahora tu  habitación está inundada,así que ahora estoy aquí.

—Agh,sí,sí,pero  no puedes...espera, ¡¿qué?!—asomé mi cabeza por la cortina y me  arrepentí a los segundos cuando vi el trasero de mi hermano,el cual  estaba de pie al lado del inodoro dándome la espalda,haciendo sus  necesidades y jugando con su teléfono al mismo tiempo—¡Ay pero más  asqueroso no puedes ser!

Mis ojos ya no son puros...

—Ay ya,no seas nena,ya terminé.—escuché el sonido del grifo abrirse.

—¡Cállate y ya salte,James!—dije asqueada.

—Soy lo mejor que has tenido,Ayleen.Ámame.—corrió un poco la cortina y asomó su dedo corazón.

Me acerqué a su dedo y lo mordí.

—¡Auh! Maldita  salvaje.—Y por fin escuché cómo azotó la puerta,señal de que ya se había  largado de una vez por todas de mi habitación.

Puse los ojos en blanco y  terminé de bañarme.Agarré mi bata de baño y enrollé mi toalla en mi  cabello y cuando estuve lista salí rumbo a mi habitación para ponerme  otra ropa que no fuera la pijama.

Subí el cierre de mi chaqueta y troté escaleras abajo para llegar a la cocina.

Abrí la nevera con ansias de encontrar algo de desayunar. ¡Ya eran las doce de la mañana y aún no comía nada!

Cuando ya no este ; Hayes GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora