Más que recuerdos

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Después de una rápida parada por un heladito ya estábamos en el hospital esperando que atendieran a Hayes y a Cam.

—Ayleen,eso es asqueroso.—dijo Mahogany con una mueca de asco,viendo la sangre que dejaba en mi helado cada vez que comía de el.

Me encogí de hombros y seguí comiendo gustosa mi heladito de vainilla.

—No entiendo tu asco por  la sangre,Mahogany—dijo América soltando una risita para acto seguido  darle una mordida a su sándwich de helado—.Debiste verla cuando estábamos con Cam,parecía que se iba a vomitar en cualquier momento por  el...hey, ¡sí es cierto! ¡Cameron,tu brazo!—volteó a verlo preocupada.

Cameron la miró divertido y se encogió de hombros.

—No es nada,sólo me raspé el brazo cuando ese idiota me tacleó.

América lo miró no muy convencida y se levantó de su asiento para hablar con la recepcionista.

En seguida volteé a ver a Cameron,le di un leve empujón y moví mis cejas de forma pícara.

—¿Qué?—dijo divertido.

Señalé a América de forma obvia y le di otro empujón.

Negó con la cabeza,divertido.

—Cómete tu helado,es lo que deberías de hacer.

Miré alarmada mi helado y, ¡oh no,mi helado se muere,maldita sea!

Lo lamí varias veces pero ya era demasiado tarde,mi helado ha muerto.Es una pena,era tan joven y delicioso.

—Mi hedado...—vi lo que ahora es mi helado,sólo crema derretida en el piso.

—Ayleen,no deberías de hablar.Tienes tu lengua lastimada,recuerda.—dijo Hayes,aventando la envoltura de su helado en la basura.

—Di,due-eh mudo.—hice una mueca de dolor.

—No te entendí pero creo que dijiste "Sí,duele mucho", ¿no?

Asentí con la cabeza.

—No,no dijo eso.Dijo: "soy estúpida"  sólo que no se le entiende.—dijo James poniendo su brazo encima de mi cabeza.

—No creo que haya dicho eso,James.—dijo Aaron—.Tal vez haya dicho "soy idiota" pero estúpida no.

—No,no.Tal vez dijo las dos.—opinó Tyler.

Puse los ojos en blanco, ¿es en serio que están discutiendo eso ahora?

Aventé la cabeza de James contra la de Aaron,y la de Aaron rebotó contra la de Tyler,haciéndolos gemir de dolor.

—¡Auch!—dijeron los tres al mismo tiempo,tocando sus cabezas.

Sonreí orgullosa de mi cometido y me volví a mi lugar como la diva que soy.

—Dice la recepcionista que ya podemos pasar.—dijo Amé acomodando un mechón de su castaño cabello detrás de su oreja.

Y toda la manada de  adolescentes (es decir,mis amigos y yo);fuimos hasta donde nos había  guiado la recepcionista.Era un hospital grande y como sólo íbamos  asegurarnos que no les hubiera pasado nada a Cameron y a Hayes,sólo nos  llevaron tras una cortina que tenía unos asientos alcochonados y una  camilla.Nos sentamos en ellos y nos dispusimos a esperar a la doctora  que llegó a los minutos.

—Ay no,más adolescentes.—puso los ojos en blanco y masajeó sus sienes.

La miramos confundidos,digo,sé que no somos muy tranquilos que digamos pero no somos tan malos.

Cuando ya no este ; Hayes GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora