Dolor, traición, venganza, rencor, deshonra y muy poco amor son el pan de cada día en el palacio de Topkapi ¿Qué darías tu por amor? ¿Eres capaz de renunciar a lo valioso? ¿O simplemente te resignas a perder lo que amas? ¿Realmente el amor soporta t...
Al final no llegué a ningún acuerdo con los venecianos, algo me dice que sus intenciones no son honestas y en estos casos, la experiencia vale más.
Debo llamar a Esmeray y Halime para hablar sobre la partida de mis hijos a sus provincias, además, debo informarles que a partir de hoy, ellos deberán de formar parte de las guerras. Sé que no estarán de acuerdo, menos Esmeray, ella no ha pasado por ésto y será una noticia dura.
—Las Sultanas Halime y Esmeray desean entrar.
—Que pasen— ordené, dejando el libro sobre el escritorio, para ponerme de pie.
Ambas entraron y de inmediato mostraron sus respetos; aún recuerdo cuando vi a Halime por primera vez, el cabello oscuro y ondulado, suelto a los cuatro vientos, había tenido que ser controlado, dejando ver a una mujer madura y de experiencia, los gruesos labios tan adelgazado después de tantas sonrisas y gritos de dolor, aquellos ojos que me veían con temor e inocencia, habían perdido el brillo, viéndome ahora con amor. Lamentablemente no puedo decir lindas palabras para Esmeray, no recuerdo nada de como nos conocimos, solo sé que era una mujer hermosa en su juventud, que pudo haber dejado enamorados a decenas de hombres, pero estaba aquí, habiéndome regalado un maravilloso hijo, por el que estaré eternamente agradecido.
—¿Necesitaba vernos?
—Así es, Esmeray, debo hablar de temas importantes con ambas.— dije señalando el diván para que tomarán asiento— Berat y Yussuf han crecido bien gracias a ustedes, se han estado convirtiendo en hombres capaces y de experiencia.
—Nos honra— respondió Halime en el tono habitual que usaba cuando no estábamos solos. Logré observar a Esmeray sonrojada por el cumplido.
—Ambos están llegando a la madurez y con ello deberán tomar por completo sus responsabilidades como sehzades, así que con el dolor de mi corazón les doy el anuncio de que ambos se irán dentro de un mes para hacerse cargo de las provincias asignadas— terminé de informarles.
—Estoy de acuerdo con su decisión, su majestad— sabía que no lo estaba, pero Halime conocía bien que llegaría el momento en que debía soltar a nuestro bebé.
—Si no es indiscreción,— habló Esmeray— ¿Puedo saber a qué lugar serán envíados?
—Claro que puedes, es el destino de tu hijo; en vista del estado en el que se encuentra Hakim, Berat irá a Amasya, le suplirá ahí hasta que se reincorpore;— me dirigí a Halime— Yussuf, por su lado, irá a Kutahya. Espero que ambos puedan cumplir y demuestren ser dignos hijos del gran imperio otromano.
—Doy mi palabra de que mi hijo no le defraudará— prometió poniendo la mano derecha sobre el corazón.
—De la misma manera, Berat cumplirá cada una de sus expectativas; si me disculpan, debo preparar las cosas para el viaje, estoy segura de que para él será difícil el cambio— se levantó del lugar.
—Sobre eso, toma asiento.— lo iba a necesitar— Las leyes del imperio indican que te debes marchar de Topkapi junto a él; comprenderás que Halime no puede hacer lo mismo porque son 3 los hijos varones, además alguien debe dirigir el harén, no es nada personal— concluí.
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