Capítulo 81: Infidelidad

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Momentos atrás

- ¡Su atención, Haseki Meryem Halime Sultán y sehzade Aslihan, están aquí! - anunció aquel agha, cuando vió la presencia de los antes mencionados, dirigirse al harén.

Cómo era la costumbre, todos dejaron sus actividades, para mostrar, por algunos segundos, sus respetos a la familia imperial.

Quién se llevó la verdadera sorpresa fue Turhan, que se encontraba muy tranquila comiendo y charlando sobre el nacimiento de Zeynep a las criadas.

- Sorpresa, - dijo detendiendose y viendo a la castaña - estoy segura que no esperabas verme, ¿Cuando aprenderán que siempre me levanto de la muerte?

- Efectivamente, no esperaba verte, pero como siempre, es un placer - respondió a la pelinegra, ocultando su sorpresa y nerviosismo.

- ¿Y que esperas? Hace un buen rato que debieron hablar con su majestad - ahora caminaba en su dirección.

- No puedes obligarme a hacer algo que no quiero - su tono seguía siendo tranquilo a pesar de que estaba aterrorizada.

- Yo no lo haré; será Murad quien entregará la carta. - la realidad golpeó a Turhan de forma abrupta: el yerno del sultán ya tenía un rato que había llegado a visitarlo, lo más probable es que no tarde en entregar toda la información - Te lo dije, dije que ustedes mismos cavaron sus propias tumbas, que yo solo me encargaría de que las usarán.

- Ésto es demasiado bajo, Halime; te creí demasiado buena, demasiado amable, para hacer algo de ésta gravedad.

- Aquella sultana fue enterrada junto a mis hijos, Turhan. Tu decides, mientras tú sigues perdiendo el tiempo aquí, Murad está más cerca de hablar.

- Créeme que pagarás muy caro ésto - de forma molesta se dirigió a los aposentos del sultán.

Cuando llegó al lugar tuvo que hacer todo lo que Halime le había dicho y estaba agradecida de haber llegado justo a tiempo para evitar que Murad hablara más de lo debido.

- Bien, si eso es lo que ambos desean, pueden hacerlo. Murad, ¿Podemos dejar ésto para después? Debo organizar el consejo para mañana anunciar la renuncia de Hakim.

- Claro - el rubio sentía un gran alivio de no tener que hablar sobre aquel tema tan delicado.

Turhan sabía que había perdido, pero ella se afirmaba a sí misma que Halime había ganado una batalla, pero no la guerra.

La mañana siguiente todos los Pashás fueron llamados al consejo para dar el aviso sobre la renuncia definitiva del sehzade.

- Después de hablar sobre el tema, se estuvo de acuerdo en renunciar - los únicos que no parecieron sorprendidos fueron Aslihan y Zülfikar, que extrañamente apareció con un brazo vendado y atado al cuello.

- ¿Qué opina usted de ésto, su alteza? - le preguntó Mustafa Pashá al sehzade.

- Como bien ha dicho mi padre, - su voz era un poco titubeante, pero no demasiado - yo mismo he sido el de la idea de dejar de lado el trono.

- En vista de que mi hijo ha expresado sus deseos, - concluyó el sultán - el sehzade Zülfikar queda como heredero total al trono otomano - dicho ésto, se puso en pie y salió con sus hijos tras él.

Caminaron de regreso al área de aposentos, hasta que llegó al punto en qué cada uno tomaría distinto camino para descansar.

- Espera Zülfikar, - le dijo antes de que se fuera - ¿Qué te pasó en el brazo? - era evidente la preocupación por su hijo.

Amable:Una sultana escondida |COMPLETA/CORRECCIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora