Capítulo 41: ¡Buenas noticias!

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El vientre de Hatice cada vez estaba más enorme y con ello aumentaban las muestras de afecto de su esposo, cada vez me convencían más de que su amor era de verdad.

¿Cuánto tiempo se habrían gustado secretamente?

No quiero pensar que tuvo que hacer ella para convencerlo pero lo hizo, Iskender se encargaría de proteger a mis hijos, sobre todo si llegase a hacerles falta.

Onur Pashá y Kerem se han vuelto más cercanos y es claro que su cercanía ha aumentado en gran manera dejando de lado su afecto por Iskender Pashá.

- Debes ir a clases.

- ¿Qué pasa?

- Mi sultana, el sehzade no quiere ir a sus clases.

- Çennet - salió de sus aposentos - lleva a Zülfikar con su maestro.

- Venga sehzade - el niño tomó su mano.

- ¿Zambak y Neylan ya se fueron?

- Hace rato Eylem Kalfa se las llevó con sus maestras - levanté mi mano para que se fueran.

- ¿Quién eres?

- Soy Ela hatun, me ha enviado la sultana Nûr-Banû.

- ¿Para qué?

- Dijo que la señorita Hatice se había casado y necesita ayuda con sus hijos.

- Bien, puedes irte que no necesito nada.

Salí al harén donde Efsun Kalfa y los Aghas intentaban separar a algunas mujeres que se estaban peleando porque no estaban de acuerdo en los sueldos que había pagado Turhan.

- ¿Cuál es el problema aquí?

- Sultana - dijo una mujer - estamos inconformes con lo que se ha pagado a estás criadas, - señaló a otras - se les ha dado más que al resto.

- ¿Para quién trabajas?

- Soy criada de la sultana Esmeray pero el dinero extra me lo dio ella y no la sultana Turhan.

- Bien, ustedes entenderán que esto ellas se lo han ganado por su trabajo, es un extra de su ama.

- En ese caso exigimos que seamos recompensadas.

-Mujer no te conozco, no puedo recompensarte si ni siquiera sé tu nombre, las mujeres que trabajan para mí saben que constantemente les doy regalos así que esfuérzate y si no estás de acuerdo háblalo con Turhan

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-Mujer no te conozco, no puedo recompensarte si ni siquiera sé tu nombre, las mujeres que trabajan para mí saben que constantemente les doy regalos así que esfuérzate y si no estás de acuerdo háblalo con Turhan.

- No es justo.

- Hablaré con la sultana está noche, con permiso que debo ir a los monasterios.

- Que Allah la proteja haseki.

Despues de un largo camino llegamos brindando regalos a todos los que se alojaban ahí, el hombre que años atrás había comenzado a llamarme hija me saludo muy feliz de verme y yo gustosa lo abracé.

Amable:Una sultana escondida |COMPLETA/CORRECCIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora