Capítulo 25: Una rival débil

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Esa tarde Dilara salió casi arrastrada por los guardias mientras yo observaba sin palabras. Después el Sultán me pidió disculpas que al principio no me convencían pero al escucharlo decir que había construido el orfanato y que lo había nombrado Amable ganó de nuevo mi corazón.

Hoy ese día se mira muy lejano. Hace 10 meses de esto y han ocurrido demasiadas cosas:

Nûr-Banû regresó a su Palacio junto a su hijo al igual que Gülbahar y su esposo.

A los dos meses de mi reconciliación quede embarazada y ahora tengo 8 meses.

Gülbahar tuvo una niña hermosa hace dos meses.

Safiye constantemente viene con rostro triste y frustrado. Cuando ella no está aquí manda a llamar a Leo para hacer unos adornos en su Palacio.

Rasa se la mantiene encerrada en sus aposentos y solo sale para llevar a Neylan a con el resto de las mujeres pero como paso su primera etapa de vida conmigo me siento en la necesidad de cuidarla.

Turhan parece un poco estresada con los mellizos que constantemente se esconden de su daye.

Creo que Hatice ahora que ha conocido a Leo le ha gustado, pero no sabe que es mi hermano.

Y Kerem ya no se encuentra tan triste por la boda de su hermana y por raro que parezca nos hemos divertido mucho juntas haciendo a un lado algunos protocolos sin que nadie lo sepa.

Esta mañana he sido llamada a la hasoda pero hay cierta tensión en el Palacio, diría que se podría cortar con un cuchillo. Ha habido mucho escándalo desde muy temprano provocando el llanto de Zulfiqar y que a mi se me pusieran los nervios de punta.

Entré y miré a Rasa inquieta, junto a ella a Kerem y a Mehmed muy serio en su escritorio.

- Habla mujer - dijo Kerem

- Yo…

- ¿Qué tienes que decir Rasa?

- Mi Sultán... - dijo con la voz quebrada mientras yo observaba atenta.

- En vista de que no te atreves a hablar lo haré yo, - inquirió la sultana - está mujer fue la que provocó que la sultana Halime estuviera a apunto de morir con la viruela.

- ¡¿Qué?! - se notaba la ira en los ojos del sultán.

- Señor no podía permitir que tuviera a su hijo - estaba llorando y yo paralizada - usted me amaba y me cambio por mi criada.

- ¡Vete!

- Señor por favor, soy una sultana, su concubina.

- Rasa no eres una sultana, - dijo bruscamente - eres una Kadinn…¿cómo lo hiciste?

- No era viruela mi señor, causaba reacción similar pero no lo era.

- Te irás al palacio de lágrimas esta tarde - ella se arrodilló frente a él gritando y pidiendo perdón- prepara a la niña , se va contigo, cada viernes la iré a visitar.

- ¡No me haga esto!

- Aghas saquenla de aquí - salió lentamente y yo solo observaba.

- Kerem llévate a Halime.

- Si su majestad.

Salimos y afuera estaba Rasa dando órdenes a una de sus criadas para preparar todo. No entendía bien que era lo que acababa de pasar pero me di cuenta de que no podía depender siempre de Kerem o Nûr-Banû y al fin abrí los ojos para está guerra donde solo los fuertes e inteligentes sobreviven.

Íbamos a mitad de camino cuando pregunté:

- ¿Cómo supiste?

- La vez en las que salimos ya tarde al jardín privado y me quedé otro rato sola mire que dos mujeres ajenas al harén salían muy misteriosamente junto a una criada de Rasa así que mande a investigar y logré su confesión.

Amable:Una sultana escondida |COMPLETA/CORRECCIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora