Capítulo 12: Día de fiesta

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Fui a comer con la sultana madre y el resto de las concubinas del hombre al que amaba.

- ¿Qué tal los mellizos sultana?

- Muy bien Halime, ¿Y tú?

- De maravilla, el sultán desde mi regreso, hace 2 meses, en cada momento quiere estar conmigo - bien, le había dado un golpe bajo.

- Me da gusto señorita - dijo la otra víbora vestida de sultana - cuenta con el amor de nuestro señor, si fuera madre tendría el futuro asegurado.

- En esta vida, - interrumpió Kerem mientras la sultana Firuze observaba - el destino no está sobre piedra, solo Allah sabe que pasará.

- Bien dicho hija.

- Sin embargo, - interrumpió Safiye - lógicamente hay más probabilidades para un futuro brillante en las sultanas Turhan y Rasa.

- Madre, - dijo Rasa refiriéndose a la valide - me gustaría hacer una fiesta para que los niños se diviertan y sirve nosotros nos liberamos de un poco de estrés.

- Me parece buena su idea sultana - comenté.

- Bueno, ya que todas estamos de acuerdo está tarde será.

Trajeron los alimentos que se habían encargado pero en cuanto los miré mi apetito se fue por completo.

- Come Halime - dijo la sultana madre.

- No gracias, no tengo hambre.

- Pero si últimamente que vas conmigo comes hasta el doble.

- Quizá sea por eso - comentó Safiye- comió demasiado y ahora le hace indigestión.

- Probablemente sea eso - di la razón - discúlpeme madre, me retiro a descansar para estar mejor a la hora de la fiesta - me levanté e hice la reverencia para las sultanas.

Salí de ahí a mis aposentos y pedí a Hatice que nadie me molestará, que quería descansar y me quedé dormida.

Desperté sientiendome mejor y Hatice, que me acompañó a darme un baño turco, al salir me vestí con caftanes en tonos verdiazules, usé el maquillaje que consistía en labial, mejilla sonrojada y delineado oscuro.

- Halime vamos.

Salí a los pasillos del harén y había mujeres alegrando con música, otras bailando y unas comiendo.

Kerem me invitó a sentarme junto a ella con su madre, cuñadas y hermana pero de inmediato intentaron humillarme diciendo que no soy digna por no ser parte de la dinastía; respondí amablemente diciendo que prefería ser parte de la diversión.

- Çennet Hatun - le dije a una mujer mientras bailaba.

- ¿Qué ocurre?

- ¿Quién es la mujer que está con las sultanas?

- Es una adivina muy confiable ¿Quieres que le hable?

- No, pero escucha que dice por favor - Çennet hizo lo que le pedí y lo hice porque descubrí que era confiable pero mientras bailaba comenzó a dolerme fuertemente el bajo vientre y supuse que había sido porque ya tenía mucho que no lo practicaba así que me senté un rato para que pasará.

- Señorita Halime.

- Dime qué escuchaste.

- A la sultana Turhan le dijo que se cuidara porque al palacio llegaron vientos del noreste más fuertes que una tormenta y por más que buscara un refugio no lo encontraría.

-¿Y a Rasa?

- Le dijo que su futuro era incierto pero que el sol de este Palacio sería la salvación para su pequeña hija - No entendí nada.

-¿Que más...?- sentí de nuevo muy fuerte el dolor - tranquila Çennet estoy bien.

- A la valide le dijo que sus días serían cual flores, a Kerem le aseguró que un gran chubasco aparecería en su vida para llevarla a un hermoso arcoíris y a Safiye que los mismos vientos del noreste la acercarían a un piso donde tendría que caminar sobre vidrios rotos.

- No entiendo - dije sincera. De pronto el dolor en mi vientre se intensificó fuertemente al punto de que grité y Hatice junto a Kerem se acercó a mí.

-¡NazúAgha y DemirAgha! ¡Rápido que alguien lleve a la favorita del sultán con la doctora!

Fui llevada a la sala de sanación dónde Hatice, Çennet y Kerem le explicaron rápido a la doctora que me estaba sucediendo. La doctora palpó mi vientre de distintas maneras mientras yo permanecía recostada después pidió revisarme de manera más detallada así que se lo permití y finalmente dijo mirando a las sultanas:

- Felicidades Allah mediante en 8 meses llegará otro miembro a la dinastía - no podía creerlo.

- ¿Y sus dolores?¿Todo bien?- dijo asustada Hatice.

- Ella y el bebé se encuentran bien, es normal que tenga estos dolores pero probablemente se intensificaron porque estaba bailando y el movimiento se concentra en el abdomen.

- ¿Lo ves Halime? Allah es grande y no se olvidó de ti.

- Madre sultana, quisiera decírselo a su majestad.

- Adelante Halime, ve y dile a mi león que será padre nuevamente - me dijo sonriendo la sultana Firuze.

*****

¿Padre? Nuevamente sería padre; pero ahora era distinto, tendría un hijo con la mujer que amaba.

- Mehmed soy muy feliz.

- Ahora que lo dices - me arrodille frente a ella y besé su vientre - tienes un ligero borde aquí - señalé dónde acababa de depositar el beso lo cual la hizo sonreír.

- No mientas, acabo de saberlo, no se nota aún.

- Claro que sí, Halime conozco y he memorizado cada centímetro de tu cuerpo y me doy cuenta de que algo está cambiando.

- Mehmed tengo miedo.

- Tranquila, sultana de mi corazón, está noche te quiero aquí, junto a mi. Ahora anda y ve a la fiesta que preparó mi madre, por lo que veo ahora será en honor a mi concubina que se sentía ignorada.

- Te quiero Mehmed - escucharla decir esas palabras me llenaba el corazón.

- Y yo a ti - salió llena de alegría y yo una vez más estaba emocionado por ser padre.

*****

Llegué y las mujeres ya habían recibido el oro y dulces por mi embarazo, todo el harén, las 400 mujeres del padre de mi hijo, me felicitaban por tan buena noticia, era consciente de que para la gran mayoría era una desgracia que yo, una mujer que entré como simple criada, ganará el corazón del amo del mundo y ahora pudiera tener un descendiente candidato al trono.

- Allah la llene de salud y bendiciones señorita Halime - no estaba preparada para escuchar de las cosas más hipócritas en mi vida y estás solo eran las de Safiye sultán.

- Esperemos sea un hermoso sehzade lleno de felicidad - dijo Rasa que probablemente si lo dijera honestamente, pues aunque contra mi era aliada de Turhan, yo también podría ser su arma contra ella.

- Amén - contesté.

- Que está noticia sea motivo de honra para nuestra dinastía - dijo Turhan.

- Ven, siéntate con nosotras también.

- No gracias sultana Kerem, prefiero evitar peligros y más ahora que llevo un bebé en mi vientre - dije tocandolo - si me disculpan iré a alistarme porque está noche ceno con su majestad.

- Ve hija - dijo la valide.

- Çennet, Hatice ¿Qué ocurrió mientras no estaba?

Brevemente me contaron como la mayoría de mujeres, pero sobretodo las concubinas y hermana del sultán, blasfemaron contra mi, pero lo que me daba gracia es que se quejaban porque ahora la fiesta que era su idea ambiaría a ser en mi honor.

Mi pequeño bebé, aún no sé si serás niño o niña pero si sé que la vida nos prepara algo grande dentro de este imperio.

Amable:Una sultana escondida |COMPLETA/CORRECCIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora