Hacía ya más de dos meses que el sultán se había marchado y mi embarazo comenzó a ser evidente, todos me mostraban un respeto, en su mayoría un poco hostil.
Era viernes y debíamos juntarnos a leer el Corán, cómo era costumbre llevábamos cubierta la cabeza por un velo. Parecía juego pero Rasa llevaba uno igual al mío solo que en distinto color. Todo había transcurrido con normalidad hasta al salir.
- Halime detente - di la vuelta y vi a la sultana Rasa así que hice mi reverencia.
- Sultana - dije cortésmente.
- ¿Qué tal el embarazo?
- Sabes que es cansado.
- Lo sé, todo el palacio ha notado que tienes muchos antojos pero a la vez muchas náuseas.
- Vaya - dije - se ve que aquí no soy tan importante que todos vigilan lo que me pasa.
- ¿Acaso no temes que ahora que no está mi señor te pase algo?
- Soy consciente de que yo y mi hijo corremos peligro Rasa, pero no es razón para alarmarnos.
-- Quién sabe, Allah no lo quiera, les pase algo a ambos.
- No te preocupes por mi, mejor cuida de la pequeña Neylan - me negué a hacer reverencia y continúe mi camino.
*****
En los aposentos de la primera esposa del sultán, Rasa, se comenzaba a idear un plan en mi contra.
- ¿Cómo planea hacer eso sultana?
- Será simple Ehian.
- Yo opino que es muy peligroso.
- Tu no te preocupes, cuando el sultán vuelva ya será demasiado tarde.
- Pero ¿Y sí sospechan de usted?
- No te preocupes no lo harán.
- ¿Cómo puede estar tan segura?
- Me las ingeniaré para que parezca una enfermedad cualquiera y si empiezan a buscar culpables será más obvio que sea Turhan.
- No comprendo sultana.
- Ay pero que tonta eres. Amenaza más a ella que a mí ese bebé, así que al ella morir el sultán buscará un refugio.
- Ya entiendo, iré a buscar lo que me pidió.
"Sin duda ha llegado el fin de la era de Halime, la era de que su sol se esconda y salga el mío".
*****
"Halime, mi resplandeciente sol, la luz de mi vida que ilumina cada día de mi existencia. Lamento hacerte esperar a ti y a mi hijo, quiero que sepas que estoy bien, pero mi corazón te extraña cada día, se angustia y se hace pequeño al no tenerte a mi lado.
Mi sol, mi luz, mi amanecer, mis días son nublados y grises, mi sol se ha ocultado por un momento en mi horizonte pero me alegra saber que resplandece en otros lugares.
Tu esclavo, tu hombre, tu esposo, sultán Mehmed"Oh Mehmed, si supieras cuánto te echo de menos no te volverías a ir.
-Sultana, el agha de la cocina le envía dolma - dijo Çennet.
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Amable:Una sultana escondida |COMPLETA/CORRECCIÓN|
Ficción históricaDolor, traición, venganza, rencor, deshonra y muy poco amor son el pan de cada día en el palacio de Topkapi ¿Qué darías tu por amor? ¿Eres capaz de renunciar a lo valioso? ¿O simplemente te resignas a perder lo que amas? ¿Realmente el amor soporta t...