Ya había pasado una semana desde que me encontré con Rasa, todo volvía a la normalidad con excepción de Turhan, había algo raro en su actuar pero parecía que nadie lo notaba.
- Çennet, trae mi velo.
- Ya voy ¿Vas con el sultán?
- Así es, me ha pedido que vaya al jardín privado.
- ¿De verdad? - dijo sorprendida - ha de ser hermoso.
- Una vez fuí - mi amiga puso una cara aún más graciosa por el asombro - cuando el sultán conoció a la sultana Neylan salí a escondidas.
- ¿Y que hiciste? - dijo emocionada.
- Nada, quería alejarme de todo y solamente canté una canción de mi país.
- Muy bonito y todo - dijo sacándome de mi recuerdo - pero deja te acomodó el velo para que vayas.
Çennet terminó de ponerme el velo pero después llegamos a la conclusión de que haría frío fuera del palacio así que mejor me puse una capa color crema y con bordados en las orillas color naranja, había sido regalo de la sultana Kerem. Cuando estuve lista salí al jardín y en efecto hacía frío.
Avancé hasta el toldo que habían mandado a poner con cortinas que cubrían 3 de los lados que se formaban; cuando iba a entrar un agha grito "Atención" lo que significaba que adentro había un hombre que no era parte de la dinastía ni parte del consejo o algo parecido pero no di mucha importancia.
El sultán caminó hasta dónde estaba yo, que no era muy lejos, acarició mi vientre y mi bebé, como si reconociera que se trataba de su padre, comenzó a moverse mucho, pateando justo donde había puesto la mano.
- ¿Cómo se encuentran?
- Bien su majestad - el hombre que estaba parado de espaldas cambio su posición a una de alerta lo cual me preocupo.
- ¿Sabes por qué te mandé llamar?
- No lo sé mi señor.
- Bien - fue todo lo que dijo y sin que lo notaramos el señor volteo a vernos.
- Siéntate, arreglaré unas pocas cosas con el efendi, no tardaré nada - dijo y me besó en la frente.
*****
Ya había pasado la primera parte.
¿Leo sería capaz de recordar y reconocer la voz de su hermana? ¿Cómo iba a reaccionar ahora que sabía quién era yo?
Caminé hasta dónde se encontraba mi cuñado que estaba inmóvil.
- Caminemos - dije y el volteó a verme con una expresión que pedía explicaciones pero yo aún no estaba listo para darlas. Cuando llegamos hasta las fuentes nos detuvimos, me giré y su mirada continuaba pidiendo respuestas.
- Veo que lograste reconocer la voz de mi esposa.
- ¿Su esposa? - dijo sorprendido.
- También creo que has notado que soy el Kanuni Sultán Mehmed Khan - en ese momento se veía demasiado pálido - tranquilo - dije - ella aún no lo sabe y... está esperando a mi hijo.
- ¿Embarazada?
- Es sultana Halime Bas Kadinn - antes no se desmayó.- ¿Le ha dado más hijos?
ESTÁS LEYENDO
Amable:Una sultana escondida |COMPLETA/CORRECCIÓN|
Ficción históricaDolor, traición, venganza, rencor, deshonra y muy poco amor son el pan de cada día en el palacio de Topkapi ¿Qué darías tu por amor? ¿Eres capaz de renunciar a lo valioso? ¿O simplemente te resignas a perder lo que amas? ¿Realmente el amor soporta t...