Dolor, traición, venganza, rencor, deshonra y muy poco amor son el pan de cada día en el palacio de Topkapi ¿Qué darías tu por amor? ¿Eres capaz de renunciar a lo valioso? ¿O simplemente te resignas a perder lo que amas? ¿Realmente el amor soporta t...
Ese día fue de los más duros de mi vida: entramos en el harén como si nada; parecía que nadie notaba que iba atada de manos, más bien toda la atención se centraba en ver al sehzade que había regresado del mundo de los muertos.
Al pasar por el harén las mujeres se acercaron a vernos, en cuanto Hatice lo noto corrió a liberarme y preguntar si estaba bien, le indiqué que no.
¡Su majestad el sultán Mehmed Khan ha muerto!... ¡Asciende al trono el... Sehzade Selim!
Quizás ya no amaba a Mehmed pero había sido mi corazón, mi luz, mi alma, mi amor.
Nadie podía aceptar lo que estaba ocurriendo, yo no permití que Neylan escuchará algo al respecto pero no podían evitarse los rumores. La sultana Firuze desesperada pedía a Selim que le dijera dónde estaba el cuerpo de su hijo. Kerem y Safiye no asimilaban nada, de Turhan, Gülbahar y Nûr-Banû no tenía ni idea de su reacción.
Después de algunos días había perdido las esperanzas de volver a ver a Mehmed. La valide fue al palacio de lágrimas, como ordenaba la ley, pero a Turhan y a mi nos dejó en Topkapi, sin embargo no nos permitía ver a nuestros hijos más que una vez a la semana por poco tiempo.
No tardó en buscar mujeres para acostarse con ellas y de inmediato comenzó a mandar como nuevo sultán. Todo el pueblo estaba en confusión, nadie comprendía que había ocurrido con los sehzades y dónde estaba Mehmed.
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El día en que me intentó asesinar Ahmed, el hombre que siempre acompañaba a Selim, me habló al oído.
- Tranquilo su majestad, por años estuve espiando al príncipe Selim estoy de su lado.
Ese hombre que ni siquiera conocía salvo mi vida y me apoyaba; durante días estuve escondido para observar los movimientos de mi hermano con Ahmed de mi lado.
En pleno consejo los pashás confundidos atendían lo que ocurría con el nuevo sultán, mientras yo permanecía oculto entre los guardias vestido como uno. En cuanto Selim salió de ahí no espere más: Apuñale a mi hermano.
Todos se acercaron intentando atacarme; descubrí mi cabeza mostrando quién era.
- ¡Infieles! - gritaba mientras todos estaban aún más confundidos - ¡¿Cómo se atreven?! ¡Soy el sultán Mehmed Khan, hijo se Osman Khan y el que se atreva a traicionarme deberá pasar su cuello por mi espada! ¡Ya no toleraré más errores! - entré en palacio a paso firme con Ahmed tras de mi - Haz que lleven a Selim con la doctora y después a las mazmorras.
Cuando pase por el harén el guardia estaba muy confundida pero aún así me anunció.
