Capítulo 22: Familia Imperial II

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Tres días después de aquel día me sentía mucho mejor y me había reincorporado a mis actividades en el harén.

Conocí mejor a la sultana Nûr-Banû y Gülbahar; eran también muy distintas en actitudes: la primera era inteligente, de temperamento fuerte y directa pero siempre mostrando respeto. La otra, por su parte, era muy dócil con un temperamento muy apacible y débil pero no le quitaba astucia.

Primero convivió conmigo Nûr-Banû: ese día no había salido de mis aposentos ya que no me sentía muy bien porque el bebé había llorado casi toda la noche.

- Sultana.

- Dime Çennet.

- Una de las sultanas quiere visitarla - aún las confundía.

- Dile que pase - en ese momento entró Nûr-Banû caminando con elegancia y gran porte con un vestido color rubí y adornos en su cabello con joyas del mismo color.

- Halime.

- Sultana - incliné mi cabeza ya que estaba en la cama con el bebé en brazos.

- No sobrevivirás - dijo secamente.

- ¿A qué se refiere? - pregunté confundida.

- Soy directa - dijo enarcando una ceja - has sobrevivido al rapto, la muerte de tu familia, un intento de asesinato y uno de suicidio, pero no has logrado arrancar tu corazón.

- ¿Qué?

- La madre sultana me ha contado sobre tu vida, sé lo que has aprendido y vivido pero tus sentimientos te hacen débil, eres muy inteligente, lo noté desde el momento en el que supe que diste a luz en el monasterio.

- No entiendo de que habla - simplemente sonrió.

- Quieres a las personas muy fácilmente y ese será tu punto débil en este lugar, no vengo a asustarte, vengo a hacerte fuerte. Soy la hija de una concubina más del harén de mi difunto padre, mi madre era exactamente como tú, amaba demasiado las personas y eso causó su muerte; no quiero que tu hijo viva el mismo destino que viví yo. Yo seré tu guía en este Palacio, Kerem igual que yo te va a apoyar pero cada una de manera diferente y así lograrás ver crecer a tus hijos - después de esto salió como si nada dejando mi cerebro muy confundido.

Pensando en esto me alisté para continuar con mi día pero cuando llegué a la puerta entro Gülbahar y dijo con un tono de voz muy dulce y bajo:

- Hola Halime, vengo a ver a Zulfiqar.

- Pase sultana - ella entró también elegantemente con un vestido gris con adornos color oro y el cabello completamente recogido.

- Duerme muy bien.

- Así es, durante casi toda la noche no durmió.

- Allah mediante tendrá una larga y hermosa vida.

- Amén.

- Halime, ven siéntate conmigo.- eso hice - No causes problemas en el harén, todo es muy incierto aquí pero no debes más que aceptar que mi hermano cuenta con un harén lleno de mujeres y todas le pertenecen.

- Eso lo comprendo Sul...

- Aún no acabo, para mí las 3 valen lo mismo, son las madres de mis sobrinos pero no busques problemas con Turhan.

- Yo no soy ese tipo de mujer sultana.

- Bien - sonrió - ¿A dónde ibas?

- Quería caminar un poco por el jardín.

- Te acompaño.

Caminamos mientras conversabamos sobre su matrimonio y consejos para cuidar de Zulfiqar, después de eso fuimos llamados a la parte privada donde estaban acomodadas las pequeñas mesas con los cojines y alimentos; aún hacia fresco así que pusieron varios toldos para cubrir del frío a todos.

Cuando entré ya estaban ahí el resto de mis cuñadas con sus familias, la madre sultana y las otras concubinas con sus hijos mientras que el mío estaba cobijado con varias mantas con Hatice cargándolo.

Esta ocasión era de las pocas en las que el pequeño Zulfiqar y Hakim podrían fraternizar y parecían disfrutarlo, al menos el segundo porque lo que es mi hijo dormía tranquilamente.

- ¿Se parece a mí? - dijo el pequeño de casi tres años y su madre sonrió.

- No cariño, tu eres rubio y el es pelinegro - no sabría decir si lo dijo para ofenderme.

- Se parece a usted señor - comentó Nûr-Banû.

- Es innegable el parecido con mi león - dijo la valide.

- Un hijo que no se parece a su padre no es su hijo - contestó serio Mehmed.

- Majestad, me gustaría conversar en privado con usted.

- Vamos Sahin Pashá - se retiraron dejándonos solas con los niños jugando.

- Supongo que hora estás feliz Isabel Hatun.

- Mi nombre es Halime Bas Kadinn.

- Mi hija a veces olvida las cosas - contestó su madre para evitar discusiones.

- Créeme madre - contestó Gülbahar que también era su hija de sangre - lo hace, a veces también olvida que también empezaste como hatun y que la vida da muchas vueltas - tranquilamente bebió su jugo de almendras; mi lobezno comenzó a llorar de hambre así que lo cargué en brazos e hice reverencia para retirarme a alimentarlo en mis aposentos.

*****

- Dime Sahin.

- Tenemos una campaña pendiente mi señor y no podemos posponerla más tiempo.

- Eso es, - dije pensativo - no quiero abandonar ahora a Halime, no hace ni un mes que dio a luz y no quiero dejarla sola.

- Señor, la sultana estará en buenas manos no tiene de que preocuparse.

- No estoy seguro de esto Sahin - no lo estaba, algo no me daba confianza.

- Estará bien, se encuentra con las sultanas y el hasodabaçy estará al tanto del harén también.

-¿Por qué no te encargas tu de los infieles?

¿Por que era necesaria mi presencia ahora?

- Ya lo hemos intentado majestad pero creemos que el problema se arrancaría de raíz si usted va.

- Manda a preparar todo - dije no muy convencido.

Esa tarde hablé con Onur y Leo poniendo a ambos al tanto de quién era el otro para evitar problemas pero continuar siendo discretos sobre la identidad de Leo que continuaba haciéndose llamar Assim efendi; hablé también con DemirAgha, NazúAgha y Efsun Kalfa para que se mantuvieran al tanto las sultanas y mis hijos, además en secreto encargué máxima protección para Halime. Finalmente hablé con mi madre para informarle que partiría en 3 días.

3 días después

Estaban todas las mujeres en orden para despedirme: mi madre a quien besé en la mano en señal de respeto, Gülbahar, por ser mi hermana mayor, quien hizo el mismo proceso que yo hice con mi madre pero conmigo y después besé su frente, Nûr-Banû continuaba, seguía Safiye, Turhan y noté que estaba Rasa.

- Rasa ahora que el sehzade Zulfiqar nació Halime va antes de ti - obedeció sin protestar pero era más que evidente su enojo.

Hice el mismo procedimiento que anteriormente hicimos mis hermanas y yo pero está vez con Halime y no pude resistir solo besarla en la frente así que también di un casto beso en su boca, cosa que la sorprendió; y finalmente llegué a Rasa para despedirme.

Ahora continuaban los pequeños que era cargados por sus niñeras:
Yassira Hatun cuidaba de una mano a Hakim y con la otra a Jalila. Çennet Hatun cargaba a Zulfiqar que intentaba tomar el collar de está y Ehian cargaba a Neylan. Di un beso a cada una de sus pequeñas cabecitas y partí para no volver en unos largos meses mientras pedía a Allah porque nada cambiara.

Amable:Una sultana escondida |COMPLETA/CORRECCIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora