Portugal...
Las fuertes lluvias parecían incontrolables en ésta temporada; la familia Esteves deseaba que lloviera para que la cosecha fuera buena, pero si continuaba a éste ritmo, el agua acabaría con todo.
— Tranquila hija, todo estará bien — tranquilizó la señora.
— Es que, temo que Arturo, Leo y papá se enfermen por estar en la lluvia.
— No pasa nada, además, el té de tu tía abuela cura todo — le respondió con una amplia sonrisa, mientras continuaba lavando los tomates para la comida.
Constantinopla (Estambul), Turquía
— ¿Ya tienes todas tus cosas listas, Mehmed? — preguntó a su tercer hijo.
El sultán Osmán siempre había sido duro con él, decía que era para forjar un futuro gobernante fuerte y poderoso; en el fondo lo hacía porque llevaba el mismo nombre que su medio hermano, aquel al que había mandado asesinar, cada que escuchaba que alguien lo mencionaba, cientos de recuerdos remolieaban en su memoria.
¿Por qué lo había nombrado así? Por tener una migaja de amor, Osmán no conocía, o no recordaba, lo que era el afecto de su madre biológica, solo de su madrastra, así que para que lo perdonara y volviera a quererlo, nombró a su propio hijo como al joven que había asesinado.
Muchos dirán "¿Por qué no buscó a Mahfiruze Hatice?" Simple, él no la reconocía como su madre y no estaba dispuesto a buscar a, quien alguna vez, hizo daño a la amorosa sultana Kösem.
— Está todo listo; espero ser bien recibido en el cuartel de los jenízaros — contestó el muchacho con el mismo tono frío de su padre.
— Espero que pongas en alto tu nombre y no avergüences a la dinastía, pero sobretodo: — al fin se dignaron a verse cara a cara — no me avergüences a mi.
— Mi sultán, le prometo que seré el mejor jenízaros de la historia.
— Más te vale; éste capricho tuyo me tiene loco. Vete — el muchacho obedeció lo que padre le había dicho.
El sehzade Mehmed sabía que por parte de su madre había sido un niño mimado, pero por parte de su padre, pareciera ser solo un bastardo y por eso había hecho ésto, quería que el sultán Osmán estuviera orgulloso de lo que su hijo era capaz y no por ser un príncipe, ésto lo iba a lograr por sus propios medios.
Portugal
La noche ya había caído y los hombres de la familia aún no llegaban, ¿Habría pasado algo malo? Ninguna de las dos quería crear malos escenarios en su mente, pero han sido tantos los ataques que han ocurrido por parte de bárbaros piratas, que ya se temían lo peor.
— Ya hija, ellos estarán bien; anda, ve a dormir — su madre dejó de frotar la espalda para animarla a ir a la cama.
— Si mañana todo está bien, ¿Podríamos ir a los viñedos? Tengo muchas ganas de uvas — preguntó Isabel, que en aquel entonces, tenía solo 13 años, estaba cerca de los 14.
— Cuando llegué tu padre le preguntaré — la chica se acostó en la cama y se cubrió con las gruesas mantas. Su madre apagó las velas que iluminaban.
|•|
A pesar de que duró mucho rato esperándolos, Isabel se quedó dormida; en cambio, en cuanto escuchó la puerta de la casa abrirse, despertó.
— ¡Papá! — llamó a su progenitor con todas sus fuerzas.
— ¡¿Isabel, estás bien?! — exclamó Arturo al escuchar su grito. Después de eso, todos entraron.
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Amable:Una sultana escondida |COMPLETA/CORRECCIÓN|
Ficção HistóricaDolor, traición, venganza, rencor, deshonra y muy poco amor son el pan de cada día en el palacio de Topkapi ¿Qué darías tu por amor? ¿Eres capaz de renunciar a lo valioso? ¿O simplemente te resignas a perder lo que amas? ¿Realmente el amor soporta t...