Capítulo 79: La carta

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Estoy esperando el momento indicado para atacar, si es necesario esperar años, lo haré. Prefiero esperar para conseguir más de una prueba, y así no queden dudas, que precipitarme y echar todo a perder.

- La chica ha accedido, sultana.

- Eso es perfecto, HamzaAgha, pero ¿Por qué me ayudas a acabar con Turhan?

- He servido por bastante tiempo a usted, el sultán me ha confiado su vida y entiendo las razones, además, tengo mis propios motivos - el sol de la mañana nos daba de frente, pero debido a la altura de mi guardaespaldas, su sombra me protegía de la luz.

- Dimelas - sabía que no todo se hace así como así en ésta vida.

- Salgo beneficiado de que usted sea Valide Sultán, seguiría sirviéndole con éste puesto en el que gano bastante bien; además si le doy la espalda llevo las de perder, es la haseki del imperio, madre del que ahora es heredero, - meditó un momento antes de continuar - cuenta con el apoyo de algunos Pashás y el pueblo la ama, más que a la sultana Turhan; sin duda no puedo dejar pasar la oportunidad - reí ante las razones que daba para seguir a mi lado.

- Eres un interesado.

- Sin embargo mis intereses son sinceros; - colocó su mano derecha sobre el corazón - el sultán Mehmed, durante su adolescencia fue buen amigo mío, cuando se encontraba en cuarteles jenizaros por capricho; - en la antigüedad, Ibrahim había mencionado algo de eso - yo era muy molestado por el resto, nadie me quería cerca, sin embargo el sultán quiso ser mi único amigo y nos mantuvimos así por un tiempo, aunque nos distanciamos, aún confiamos uno en el otro.

- Quiero pedirte disculpas, - dejé de caminar y giré para verlo - te he juzgado mal en el pasado.

- No pasa nada, supongo que se vuelve incómodo tener a alguien sobre usted todo el tiempo cuidándola.

- Algo hay de eso. ¿Dónde está mi hijo, Zülfikar? Debo hablar con él.

- Le recomiendo no hacerlo por el momento, - agitó las manos - parece encontrarse en una situación un tanto... Delicada y confusa.

- ¿A qué te refieres? - mi instinto de madre se puso en alerta.

- No sé si pueda contárselo - su negativa no hizo más que enfurecerme.

- ¡Maldita sea, Hamza! ¡Acabas de prometerme lealtad, pero no eres capaz de decirme que ocurre con mi hijo!

- Lo sé, sin embargo, creo que él se lo contará a su debido tiempo, sus hijos jamás le han ocultado nadaz, ni debe angustiarse.

- No es eso, si hay algún problema con ellos, nuestros enemigos pueden usarlo en nuestra contra y sería el fin de todo - esperaba que ésto lo llegará a convencer de hablar.

- Aún así, mis labios son una tumba - mi mirada se volvió pesada contra él.

- Bien, ya que no piensas hablar, busca a Bahadir Pashá, debo hablar por él para que ayude a Murad a crecer dentro del imperio; ha dejado claro que no quiere nada, pero no podemos dejarlo a la deriva.

- Estaré esperándolos fuera de las puertas del consejo - asentí.

- ¿Aún hay parejas casándose?

- Parece que la última fue antes de ayer - las celebraciones se habían extendido un poco más de lo esperado y no era por razones del Palacio, la gente del pueblo parecía disfrutar, pero creo que ha ha sido suficiente.

- A partir de mañana se va a comenzar a limpiar todo para volver a la normalidad.

- Como ordene, mi sultana.

Amable:Una sultana escondida |COMPLETA/CORRECCIÓN|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora